Tienes que cerar el círculo para encontrar la verdad #PGP2017

Capítulo XX

¿Qué significaban aquellas palabras que giraban en su mente sin cansancio?, dormido o despierto su cerebro no se cansaba de repetirlas una y otra vez "Tienes que cerrar el círculo para encontrar la verdad".

Si te detuvieras por un momento a pensar en la consecuencia de tus actos, seguramente cambiarías las decisiones que te llevaron a estar en el lugar en que te encuentras, pero la vida no da ese tipo de oportunidades, el Dios Cronos se come a todos sus hijos y no deja nada para el futuro.

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William tecleaba sin cesar y apenas podía escuchar a sus compañeros hacer lo mismo, la consciencia de las palabras de su padre pesó sobre sus hombros de pronto, la vida de miles o quizás millones de personas estaban en sus manos, pero había algo muy excitante en todo aquello, una sensación de poder que no había imaginado nunca; donde su padre vería responsabilidad, él veía poder.

Casi era capaz de visualizar a su propio cerebro encendiendo neuronas nunca antes utilizadas, sentía que su cerebro se iluminaba en regiones inimaginables. Si una tomografía mostrara imágenes de su cerebro en ese momento seguramente se vería un tizón ardiendo en su totalidad. Un ligero hormigueo le recorría el cuerpo, dejó de escuchar su entorno y sus ojos parecían visualizar más allá de lo que estaba frente a ellos, podría ver en su cerebro las imágenes de la red completa y el mapa mental que él mismo se había trazado para llegar a su objetivo y contrarrestar el ataque. Estaba frente a la computadora más potente que hubiera conocido jamás y le producía la sensación de estar manejando una auto de carreras cuando apenas sabía andar en bicicleta.

El primer paso era localizar la fuente de ataque y para ello debían cruzar todos los contrafuegos y rebotes de señal con los que estaba cubierta, cosa que les hubiera llevado meses con un equipo normal, el segundo paso era introducir el gusano que habían preparado para saturar el sistema que controlaba el ataque, era elemental y casi rústico, pero pensaban que sería suficiente si lograban derribar todas las barreras de protección del sistema, era casi tan sencillo como introducir un troyano después de desactivar el antivirus de una computadora convencional, por eso necesitaban un ataque combinado y al unísono.

Kevin trabajaba a la par que William, las gotas de sudor corrían por su frente pues la tensión invadía su cuerpo, a pesar del sistema de enfriamiento, el traje le hacía sentir que se encontraba en el mismo infierno, pero no el congelado si no aquél que arde en llamas. Había una sensación que le acompañaba sin dejarle pensar con claridad, no sabía qué era y se la había a tribuido a la tensión de la situación que estaban viviendo, era evidentemente peligrosa y arriesgada, sin mencionar las posibles consecuencias de todo aquellos si ellos llegaran a fallar. Por instantes lograba concentrarse al grado de que el mundo a su alrededor desapareciera y únicamente percibiera el recorrido de sus pensamientos en el trabajo que estaba realizando.

La voz de William sonó excitada al conseguir el primer objetivo -Lo encontramos.- todos sintieron un pequeño alivio al escucharlo, Mónica tuvo que preguntar -¿Cuánto tiempo más necesitan?- Kevin respondió -No lo sé, pero hemos avanzado mucho. ¿Cuánto tiempo más nos pueden dar?.- La voz de John pareció calma -Hasta ahora todo está controlado y tranquilo, creo que les podemos dar el tiempo suficiente para que terminen.- Mulder y Scully se sintieron aliviados al escuchar las comunicaciones, ellos seguían patrullando aquél inmenso lugar laberíntico. Todo iba de acuerdo a lo planeado y se encontraban cada vez más cerca de salvar al mundo nuevamente.

Mulder se perdió un poco en sus pensamientos, ¿cuántas veces habían salvado al mundo realmente? Nunca tuvo claro si en alguna ocasión lo habría logrado, en ocasiones le invadía la sensación de ser nada más que una pieza de ajedrez en un tablero infinito en el que él nunca tuvo la posibilidad de tomar una decisión por sí mismo, simplemente se sentía utilizado y manejado. En ocasiones pensó que simplemente fue un títere en manos de su padre o el Sindicato y ahora se sentía nada más que una pieza manejada por las caprichosas manos de Dios o del destino.