Capítulo XXII (Final segunda parte)

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Walter Skinner presionó el botón que indicaba el sótano, una sensación de Déjà vu lo invadió, la joven mujer que le acompañaba no tenía idea de la historia que ese sótano encerraba, las palpitaciones en su pecho parecían las de un adolescente acercándose a su primer día en la escuela. Nadie imaginó el final de la historia que comenzó en el sótano de una oficina olvidada. Las puertas del elevador se abrieron para develar el pasillo oscuro flanqueado por estantes que contenían sinnúmeros de expedientes viejos y que conducía a la puerta de la mítica oficina en la que en un letrero se leía "Expedientes X". Le tomó un segundo tomar la decisión de abrir ante la impaciente mirada de la chica, cuando había juntado la fuerza necesarias giró la perilla y antes de que él se girara le dijo -Agente Mulder, le presento a su nueva compañera.-

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Los ojos de Scully no entendía la imagen que estaba frente a ella, con fuerza zafó sus muñecas del fuerte agarre de Mulder y se incorporó, todos trataron de interponerse en su camino pero ella los apartó con determinación sin apartar su mirada del final del pasillo, Mulder le siguió los pasos a buena distancia indicándole a los demás que la dejaran, que debían respetarla. Scully caminó por el pasillo de la iglesia que le supo a eterno, la luz ambarina que iluminaba al féretro parecía irreal, se repetía una y otra vez "Esto no está pasando, esto no está pasando". Cuando finalmente alcanzó el féretro, cerró los ojos antes de mirar dentro, repitiéndose "Esto no está pasando". Finalmente los abrió y vio el pálido rostro de William encerrado en esa caja que significaba la despedida sin retorno, el viaje final de su vida. Sintió la mano de Mulder sobre su hombro y en un sólo movimiento se deshizo de ella, abrió el cristal que la separaba de su hijo y acarició su rostro. No había lágrimas en sus ojos, estaba seca por dentro y un dolor insoportable invadía todo su cuerpo, sus dedos recorrían los límites del rostro de su hijo, vio sus juveniles manos entrelazadas sobre su pecho y en ellas pudo ver que sostenían su cadena de oro con la cruz, se aproximó para besar su frente y el frío mortal de su piel le congeló el alma. Sintió una mano sobre su espalda y un rayo de lucidez la iluminó -Esto no está pasando Mulder.- Las manos de Mulder la sostuvieron firmemente por los hombros pero ella se incorporó y lo miró firmemente, tomándolo con sus dos manos por la solapa le repitió -Esto no está pasando Mulder. Mi hijo no está ahí, mi hijo está en un hangar esperando que lo rescate.- Mulder trató de abrazarla pero ella comenzó a gritar -No Mulder, escúchame. Esto es un mal sueño, mi hijo no está ahí.- Podía escuchar los sollozos de Mónica y al girarse pudo ver el rostro descompuesto de todos -No lo entienden, debemos ir por él, estamos perdiendo el tiempo. Deben despertarme, tenemos que ir por él, yo sé donde está.-

El sacerdote apareció detrás de la puerta de la sacristía, Scully al verle le reconoció de inmediato -¡Usted! Dígales lo que está pasando, usted es el que me ha puesto aquí, ayúdeme a salir, debo despertar.- El sacerdote se aproximó al féretro y colocó su mano sobre éste sin hacer un solo gesto, mientras Scully le seguía con la mirada -¡Haga algo!- éste comenzó a rezar, cuando terminó de hacerlo levantó la vista y clavó sus ojos en ella -Los caminos del Señor son misteriosos hija y lo único que podemos hacer es resignarnos, acepta tu destino y el de tu hijo con resignación.- Scully negó la cabeza en un movimiento casi compulsivo -No, no, no... No me resigno, esto no es real.- El sacerdote se aproximó a ella y colocó su mano sobre su frente -Es tan real como tu quieres que sea, éste es tu futuro si no haces nada para remediarlo, despierta ya.-

El cuerpo de Scully se removía incontrolable mientras Mónica la sostenía por los hombros -Creo que está convulsionando, debemos llamar a una ambulancia. Kevin ve por Mulder y John, rápido.- Cuando el cuerpo de Scully dejó de moverse Skinner la tomó entre sus brazos y la cargó -No tenemos tiempo de esperar a una ambulancia, debemos llevarla de inmediato.- Se dirigió a la camioneta y esperó a que Mónica le abriera la puerta, en tanto Mulder y el resto aparecían, Skinner la colocó en el asiento delantero del copiloto. Mulder vio a lo lejos como Walter colocaba el cuerpo inerte de Scully en el asiento, su cabeza se desmayaba sobre su costado totalmente inconsciente -¿Qué pasó? ¿Qué tiene?- Mulder se aproximó corriendo, apartó a Mónica y Skinner, tomó el rostro de Scully con sus dos manos -Vamos amor no me hagas esto, no me puedes dejar...- empezó a depositar pequeños besos en su rostro para finalmente besar sus labios -Vamos Scully, no me hagas esto.- Observó su pecho y no se movía, acercó su rostro hasta sus labios y no pudo percibir su aliento -No, no, no. ¡Scully!- La tomó entre sus brazos, la sacó del vehículo y la depositó sobre la acera, comenzó a masajear su pecho tratando de reanimarla -Vamos Scully.- Los demás observaban incrédulos todos sus movimientos -Vamos mi amor, no me dejes así.- Alternaba sus movimientos de resucitación en el pecho con bocanadas de aire sobre su boca.

Tienes que cerar el círculo para encontrar la verdad #PGP2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora