Necesito a mi Mayordomo

VI

Buen día, señores lectores. Como aún tengo algo de tiempo para que me atiendan, les contaré que ha estado pasando desde mi huida de la mansión Phantomhive.

Cuando le dije a mi amo, que mi cuerpo como demonio aún se estaba desarrollando sexualmente, no fue más que una vil mentira. Mi alma lleva décadas y siglos en vida, solo mi cuerpo es algo novedoso, modelado a la perfección del ex-Conde Vincent Phantomhive.
Nosotros no tenemos etapa de desarrollo, ya que nos crearon con ello.
Pero no mentí cuando le confesé de mi problema.

No mentí, solo removí un poco la basura, contando la verdad a medias.

Últimamente, hace algunos meses, he comenzado a tener terribles pesadillas;- Pesadillas despiertas.- Me duele mi corazón, y me arde el pecho en momento que veo a mi amo. Mi cuerpo se desvanece a su suerte por las noches, y mi alma intenta escapar desesperada.

Si, ustedes piensan que estoy enamorado de él. Lo sé, y comprendo. Pues, eso estoy temiendo.
El amor, y sentimientos parecidos son un veneno mortal para alguien como yo. Un demonio. Un ser creado del odio.

En algún momento sentí la felicidad, antes de caer al abismo por seguirle el juego a Lucifer. Si él no hubiese existido, si no hubiese pasado lo que sucedió hace millones de años, quizás sería feliz actualmente.

Para mí, alguien de mi nivel, el sentir amor por alguien, es una herida mortal. No estoy acostumbrado, me duele el pecho incontrolablemente. Incluso, cuando me golpeaban con las armas de los dioses de la muerte, las alas de Ash o Ángela, las manos del enterrador, no sentía tanto dolor como ahora.
Estoy enamorado, de alguien que jamás sentirá amor por mi.

Decidí escribir esto, entre líneas de un libro que encontré. Ya que necesito desahogar mi alma con palabras bien escritas.

El amor que un demonio logra dar, no es igual al de un ser humano. El amor humano es despreciable, asqueroso, e impuro,-Me he reído escribiendo esto, ya que yo soy igual-. Pero me refiero a que el amor de un demonio, debe ser puro. Solo una vez, nosotros podemos enamorarnos. No porque lo deseemos, si no porque nuestras energías bajan considerablemente, deseamos el proteger ese algo, tanto, que incluso nos damos cuenta cuando esta a punto de cortarse un dedo con un alfiler.

Para el demonio, el amor es más que una estética. Ya que no es eso, para nosotros, el amor es el infierno.

Y para mí, que mi corazón lo robo mi presa, es peor.
El saber que tendré que alimentarme de el amor que me está comiendo, es un doble dolor que no puedo soportar...

Después de escribir lo anterior, debí dejar de escribir por algunas horas. Mi dolor había aumentado, recordando lo que pasaría en algún futuro.

Pero, volviendo; ya no logro pensar con claridad. Necesito volver, cumplir mi parte del trato.

Siento una soledad tremenda, un dolor en el pecho terrible, lágrimas en los ojos... Pero no míos.
Concentrándome, he logrado visualizar como se encuentra mi amo.

Entonces, logre darme cuenta de que estos sentimientos de tristeza, dolor y soledad provenían de el. Se encontraba en su cama, con sus manos rotas, solo, y la mansión destrozada.
Pero, el estaba peor. Mi corazón dio un brinco desesperado, había comenzado a doler nuevamente. Se estaba haciendo peor, dolía tanto que era insoportable.
Mi cuerpo estaba rompiéndose, estaba tan solo como el, pero no me daba cuenta de cómo él se había estado sintiendo.

Me fui porque necesitaba pensar, aclarar lo que estaba ocurriendo, y de alguna manera dejar de amar a aquel joven impuro.- Acabo de soltar otra dolorosa risa.- Eso es imposible.

Lo amo tanto que me duele el cuerpo. No solo amo su forma de llamarme, su forma de tratarme cuando hacemos el amor, si no el. Lo amo a el.

Recuerdo cuando terminaba el acto sexual, y me iba de inmediato de la habitación. Ya que, si sabía que si me quedaba, volvería a sentir ese terrible dolor interior. De culpa.
También recuerdo las lágrimas silenciosas de mi amo, cuando me iba. Tomaba entre sus cortas manos lo que en algún momento toque, lo abrazaba, mientras se hundía dolorosamente en el objeto con mi aroma, y esencia tendida en el.

Pero, yo no hacía nada. No porque no quisiera, no podía. Si me acercaba a el, más de lo que normalmente me encontraba, dolería más de lo que siento cuando huelo sus ropas. Más aún, el orgullo de un conde no puede rebajarse, aunque lo haya visto y socorrido, me hubiese golpeado obligándome a salir de la habitación.

Pero... Ya no puedo más, querido libro. Ya no puedo contener mis penas más. Te estoy mojando con gruesas gotas de agua que caen de mi rostro.
He caído a un nivel tan bajo que me da vergüenza ver mi cuerpo y rostro.
He caído un nivel más bajo en la estética del demonio. Y creo que seguiré cayendo lenta y tortuosamente. Espérenme con ansias señores los que van hacia abajo, los esperare con gusto, para sentarnos a conversar, si es que pueden.

Corrí tomando mis cosas, mis zapatos sonaban en las oscuridad. No había viento ni aire ya que no lo necesitaba, pero sentía que alguien gritaba desesperado mi nombre. Sentía que se rompía su voz gritándola. Mostraban mi marca del contrato, y volvían a gritarla. Sin importarle lo que los demás pensaran.

Ahora voy, mi joven amo. Y aquí dejaré este libro a su disposición.
Quizás en algún tiempo haya alguien que lo encuentre, puede prestarle atención, o tirarlo en el acantilado. No me importa. Pero mis lagrimas, mis dudas, tristeza, el amor, fueron plasmados aquí. Podré decirlo ahora, y millones de veces más...

Solo soy un demonio disfrazado de mayordomo completamente enamorado.