Thoughtkeeper

Capítulo 7

Siento cómo el autobús para, abro los ojos, cojo mi mochila, me coloco bien los cascos y bajo del autobús. Sigo tarareando las canciones de Green Day hasta que llego a mi casa. Nada más llegar voy corriendo hacia mi habitación y me desvisto, cojo unas mayas de mi armario y una camiseta de tirantes limpia, y me visto. Corriendo voy hacia la cocina, mientras oigo cómo la puerta de la entrada se abre y llegan las dos enanas con mi madre, cojo unas barritas de cereales y corro hacia la puerta antes de que la cierren. "No, Andrea, no, no puedes merendar tan poco, vuelve aquí y come en condiciones" oigo a mi madre decir antes de que pueda salir pitando.

- Mamá, tengo baile, te prometo que cuando vuelva meriendo, es que África me está esperando ya abajo.- Le digo mientras pongo una cara de cachorrito.- Te lo prometo.- Vuelvo a decir. Me mira con un gesto de desaprobación pero no dice nada así que aprovecho para coger mi móvil de la entrada y salir por la puerta. "¡Te quiero!" Le digo a través de la puerta para que no se enfade.

Bajo del ascensor y salgo del portal-¡Hola! - nos decimos al unísono. África no tarda ni un segundo en empezar a hablarme de que tal le ha ido el día mientras caminamos hacia el local, y cuando ya lleva medio camino hablando, me pregunta sobre lo que tan ansiosa quería yo hablarle en realidad.

- Pues tía, nose, las cosas con él no muy bien la verdad, a ver, yo te explico esta la guarra esta que ha nacido para joderme la vida, lo sé, porque a parte de ser una lapa con Hugo toodo el rato, no para de intentar hacer que yo quede mal. No sé si me explico, por ejemplo digo algo y tiene que decir luego ella algo mejor, poner cara de asco o cualquier cosa para dejarme mal, y sinceramente, yo no sé qué coño le pasa en serio te lo digo.- Mientras le cuento mis penas y aventuras Afri sólo asiente, porque a parte de hablar muchísimo, algo que sabe hacer muy bien es escuchar para luego dar o aplicar una de sus lógicas llenas de brillantina y unicornios que te haga sentir mejor.- Luego a parte está Hugo, que no me hace ni caso, suda de mi como de las piedras, parece que le intereso más que la reproducción de un percebe. Y lo peor es que creo que me sigue gustando sabes. Porque luego lo pienso, y digo joe, cuando es majo es monísimo con migo, su sonrisa me encanta, me hace reír, tiene unos ojazos que pa que... Ah, y no sé si te lo había dicho, se ha cortado el pelo, y le resalta mucho más la cara y bua, cada vez que le veo me recorre una cosa que como que no la puedo explicar, me mata. Y esque encima hay algunos momentos así como aleatorios en los que él me mira y yo le miro y como que nos sonreímos, pero luego aparta la mirada, pero no sé si eso es realidad o son ilusiones, en serio África, no sé lo que me pasa.

- Pues mira tía, tal y como lo pintas, está claro que te gusta y mucho, ¿sabes que dicen que si un chico te lleva gustando un año significa que estás enamorada de él?

- Pues no, pero es que yo no llevo ni tres días, ¡que me estas contando!

- Ya bueno, pero yo creo que a él también le gustas porque esas miradas que tú dices no las hace alguien al que le caes mal ni nada por el estilo, así que tú me dirás.

- Puuf, pues ni idea, vamos dentro que ya son las seis.

- Vaalee.- Me dice con una cara como si estuviera triste. Seguimos toda la clase hablando entre calentamento y baile, y así hasta salir del local.

- Mañana agujetas ya lo verás. -Le digo. Las dos nos reímos, nos desviamos unos minutos del camino para comprar unos regalices, nuestra chuche favorita y seguimos andando hacia la urbanización.

-¡Ay! no me lo creo, aquí es donde pasó, es aquí, no me lo creo, parece que pasó en otra vida. No me lo puedo creer, ¿qué me ha hecho Áfri, qué me ha hecho?- Nos reímos mientras me mira con un gesto de compasión y volvemos a hablar del tema que no me cansa ni por un instante.

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