Capitulo 14

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Fox nunca hablaba de su madre más allá de lo obvio, pero cuando Molly levantó

la cabeza, limpiándose los ojos con el dorso de las manos para librarse de los restos

de sus lágrimas antes de tocarle la cara con los dedos, sabía que ella estaba a

punto de preguntarle más. Contestaría. Después de la honestidad brutal de lo que

ella había compartido, hacer otra cosa era impensable.

—Tu madre, ¿estabas enojado con ella porque te abandonó siendo un bebé? —

Sus ojos estaban aún hinchados por los malos recuerdos de su adolescencia, pero

su voz era dolorosamente suave, como si tuviera miedo de hacerle daño.

Joder, ¿qué demonios iba a hacer al respecto? Porque de ninguna maldita

manera iba a alejarse de Molly.

—Eso fue lo mejor que hizo por mí —dijo—. Mi madre era joven, no podía

manejar un niño. —Se encogió de hombros—. El abuelo y la abuela podrían haber

estado pasados de moda, no ser demasiado expresivos, pero yo estaba seguro,

saludable y feliz.

Uno de sus primeros recuerdos de su madre era de ella diciéndole que se

"comportara", porque sus abuelos habían sido muy buenos en postergar sus planes

de jubilación para cuidar de él. Así que siempre había sabido que no era una opción

que sus abuelos hubieran tomado, pero eso no había importado. No cuando nunca

le habían tratado como si fuera sólo una responsabilidad.

—Mi madre solía venir de vez en cuando. —Sus músculos se tensaron, la ira era

una quemadura oscura bajo su piel—. Me traía regalos, jugaba a un juego o dos,

luego se iba. — Durante días después, su perfume floral y rico, permanecía en casa.

Así fue cómo supo que iba de visita otras veces, mientras estaba en la escuela o con

los amigos. No había sentido celos de eso—. Sabía que era mi madre —dijo a Molly

—, pero para mí, se sentía más como una tía lejana, así que nunca me sentí

menospreciado o tratado injustamente. Los abuelos fueron mis padres.

Molly le dio un beso suave en la mejilla mientras le acariciaba la nuca con las

manos, como si supiera que lo que venía iba a ser malo.

Abrazándola, Fox abrió la puerta a los ecos del dolor de un niño perdido.

—Cuando tenía siete años, mi abuela murió, y mi abuelo tres semanas más tarde.

—Se había destruido su mundo.

Molly lo abrazó con fuerza llorando en silencio. Enterrando la cara contra su

cuello, él respiró su olor cálido y dulce, y le contó el resto.

—Me fui a vivir con mi madre y su familia.

Molly contuvo el aliento.

—Sí —dijo retorciendo los labios—, se había rehabilitado un par de años después

Rock kiss 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora