SEGUNDA PARTE: Capitulo 24

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La primera impresión de Molly de la casa de Fox en la zona de Pacific Palisades

de Los Ángeles fue de un conjunto de reluciente cristal y azul brillante contra un

telón de fondo inesperadamente verde de abetos y otros follajes. La estructura

moderna llena de luz, estaba situada en una ladera, era todo ángulos cuadrados y

ventanas del suelo al techo que proporcionaban una magnífica vista de la bahía de

Santa Mónica a lo lejos, mientras que el agua de la infinita piscina de la segunda

planta caía en un cascada fría a un estanque de abajo.

—Es hermosa —dijo ella, de pie en el salón iluminado por el sol que daba a la

piscina de borde infinito. El sol caía fuera, pero dentro hacía fresco, el aire

acondicionado silencioso—. No es lo que esperaba.

—¿Qué? —Ese hoyuelo apareció en su mejilla—. ¿Algo de soltero sucio?

—Um, sí —admitió Molly, con ganas de darle un beso, pero sintiéndose

extrañamente tímida en este nuevo lugar, literalmente un mundo aparte de todo lo

que conocía.

Riendo, Fox abrió las puertas al patio que rodeaba la piscina y la abrazó a su

lado. Su beso fue lento, la forma en que frotó la nariz contra la de ella, fue un

momento muy dulce y cautivador.

—Tengo un servicio de limpieza, vienen una vez por semana a menos que les

diga que no lo hagan. No me gusta nadie en mi espacio cuando estoy trabajando en

una nueva canción. —Un mordisco juguetón en su labio inferior—. Sin embargo,

haré una excepción para la desnuda Molly.

Frunciendo la nariz, ella respondió:

—¿Puedes pedirles que no vengan este mes? —Necesitaba tiempo para

instalarse sin tener que lidiar con extraños. Lo único bueno era que no tendría el

estrés del trabajo, el certificado de editora de textos que había terminado el año

pasado con el fin de obtener un ingreso extra, antes de que su promoción en la

biblioteca lo pusiera en segundo plano, ahora iba ser parte de su nueva vida.

Haría falta tiempo y un montón de trabajo duro, pero planeaba construirse una

carrera como editora e investigadora independiente, con el énfasis en esto último.

No quería que Fox pensara que estaba con él por su dinero, y además, tenía que ser ella misma, necesitaba ser la Molly que era la canción perfecta de Fox. Eso la

mantendría sobre sus dos pies.

—La casa se ve limpia de todos modos —agregó.

—Lo que tú quieras. —Fox hizo un gesto hacia la zona de la cocina que fluía

fuera del salón—. Su número está en el frigorífico si quieres hacer la llamada tú

misma.

Molly sonrió, le gustaba la idea de saltar directa a su vida en común.

—Lo haré. —Su mandíbula crujió con un enorme bostezo antes de que pudiera

Rock kiss 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora