Capitulo 19

20 3 0
                                    


Terminaron durmiendo hasta el mediodía, lo cual no era sorprendente dado lo

tarde que se acostaron. Molly despertó y se encontró acurrucada contra el cuerpo de

Fox, sus pechos apretados contra su torso. Un brazo tatuado y musculoso estaba

cerrado alrededor de su cintura mientras que el otro yacía bajo su cuello; el muslo,

pesado con el músculo y espolvoreado de vello que raspaba deliciosamente contra

su piel, empujaba entre las suyos. Bostezando, se acurrucó más y se revolcó en la

sensación de seguridad cálida, la tormenta emocional de la noche anterior la había

dejado en carne viva.

Fox le había dicho que tenían todo el día libre para hacer lo que les gustara, y lo

que a ella le gustaba eran mimos en la cama con su estrella del rock. Por lo menos

hasta que él despertara. Le sintió revolverse diez minutos más tarde y le dio un beso

en el hombro.

—Hola.

—Mmm. —Era un sonido profundo y somnoliento antes de que él la atrajera

imposiblemente más cerca de su cuerpo.

Con los dos desnudos, la sensación era sensual, pero en ese momento, también

era buena. Él se sentía fuerte, sólido y protector a su alrededor, como si estuviera

acariciándola. A pesar de que estaba claramente excitado, era la excitación

perezosa de la mañana, y parecía mucho más interesado en abrazarle a su cuerpo

que en el sexo.

La derretía, la idea de que su duro rockero pudiera no estar en contra de mimos

en una mañana de fin de semana en la cama. Frotando la nariz ligeramente sobre su

piel, le dio un beso en el pecho, lamiendo con la lengua para saborearlo.

Eso inició un ronroneo soñoliento. Decidiendo comportarse, ella se quedó

acurrucada contra él en silencio, sus huesos laxos y sintiendo un bienestar increíble.

Nunca nadie la había abrazado así, jamás la habían hecho sentirse tan protegida y

anclada.

Más que quince minutos después él se revolvió de nuevo, con la mandíbula como

si bostezara. Acariciándole la espalda en lentos círculos, él le acarició el pelo con la

barbilla.

—Me gusta despertar con una bibliotecaria sexy y suave.

Su voz ronca por el sueño hizo que sus terminaciones nerviosas vibraran.

—A mí también me gusta despertar contigo. —Acariciándole después de esa

confesión sincera, dijo—: ¿Qué quieres hacer hoy?

—Ver algunos koalas.

Molly se echó a reír, pensando que era una broma.

—No, lo digo en serio. —La golpeó juguetonamente en su trasero—. He estado

Rock kiss 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora