"Triste tonteria".

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Se quedaron quietos, mudos, tensos; él cerro los ojos con fuerza y movió despacio sus labios contra los de ella, degustándo y saboreando los pequeños y dulces labios de su amada, duraron apenas unos segundos, ella se tensó pero no se apartó no dijo nada, solo le miro a los ojos, sin saber que responder a eso.

-My lady... Tú me gustas, eres la primera chica que me a gustado y... La verdad yo... Tú... Por favor sal conmigo- le pidió lleno de esperanzas de ser correspondido.

Ladybug se separó de él, se levanto y con una voz llena de rencor dijo:

-Lo estás haciendo a propósito, ¿no?-le preguntó, él le miro sin entender- Sabes... Sabes que me acaban de rechazar y tú... Tú solo vienes y te "confiesas" ya se lo que quieres Chat, pero no, ¡De ahora en adelante ningún hombre me derrumbara! Y tú, Chat Noir, no serás la excepción- le gritó roja de furia.

"Oh mierda, al parecer es un muy mal momento para confesarse" escuchó la voz de Plagg en su mente.

-My lady, yo nunca haría tal cosa, tú me gustas, de verdad, nunca te haría algo como-.

-¡No me mientas!- le interrumpió, al parecer su lady estaba desenfócada o más bien, estaba mal interpretando la situación.

Tanto Chat como Adrien no sabían -o sabía, mejor dicho- como calmar la furia ciega de su lady, pero, llegando a este punto él ya estaba en la punta de sus nervios, ya no sabía si irse o seguir rogándole a su chica que le entendiera.

-¡No miento!- también grito él-¡Te amo, ladybug! ¿¡Por qué no lo entiendes!?-Ya también se había desesperado, ¡La parisina estaba siendo incoherente!

-¡Tú no me amas, no te gusto! Solo te gusta mi alter-ego, no mi yo real, ¡te gusta un personaje! ¡No tienes derecho a decir que te gusto si no me conoces y no sabes quién soy! ¡Estás siendo ilógico, abre los ojos, Chat Noir!- exclamó y lagrimas volvieron a brotar de sus ojos, pero, esta vez, había sido su culpa. Él, Chat Noir había hecho llorar a su lady... No, había hecho llorar a Ladybug.

Se quedaron callados, el corazón de él minino ya se había roto con un pequeño y seco -crack-.

-Lo entiendo, perdón, my lady. Esto no volverá a pasar, pero, para que lo sepas, Ladybug, yo te amé desde el primer momento que te vi, te amo, más bien, pensé que me corresponderías si era coqueto o amable, o si te daba algún regalo, pero veo que no, ahora, solo quiero que sepas que yo... Chat Noir, renunció a tu amor, Ladybug- dijo triste y con lágrimas en los ojos, se levanto y saltó lejos de la torre Eiffel, saltó lejos de su antiguo amor, lejos de su lady.

Y allí lo tienen, la razón por la que él joven parisino caminaba triste por las calles de París en un viernes lleno de lluvia no era una tontería, un corazón roto nunca era una tontería.

-Vamos a casa, Adrien. Tengo hambre- pidió Plagg con un tono cauteloso, nunca se sabía cómo reaccionaría él muchacho.

-Seh... Sería lo mejor-murmuro el muchacho.

Caminó rumbo a casa, lejos de su amada heroina, a los pies de los faroles de las calles.

Con el corazón roto...

Y un pequeño kwami amante del queso a su paso.

Esta vez es para siempre «Miraculous Ladybug».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora