Fiestas atrasadas 1/2.

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*Hace un año y pico*

Como era común en casa (mansión) de los hermanos Agreste, el árbol y las luces resplandecían con llamativa viveza.

Las fiestas, el alcohol y las mujerzuelas no se harían de corta espera esta año tampoco.

Bueno... tal vez lo último de la lista un poco.

Los regalos de alguna compañía que intentaba persuadirles de manera generosa, e igual manera, de algún compinche o viejo conocido estaban desprendidos debajo del árbol, con diferentes formas, tamaños y colores, un espectáculo que hace unos años los hermanos no gozaban.

El veintitrés de Diciembre fue un día un tanto exuberante, pues, tanto Adrien como Felix no sabían que regalarse mutuamente, sí, habían vivido bastante tiempo juntos, pero no sabían con exactitud qué regalarse el uno al otro pues, lo que Adrien quería darle a Felix era lo que realmente él quería para si, y lo mismo aplicaba con él Agreste mayor.

Vaya dilema.

Adrien pensaba regalarle a Felix una consola ultimo modelo que venía con cinco juegos incluidos, una ganga según el chico.

Felix por su parte tenía pensado regalarle un auto a su hermano, un lanborghini, tal vez color negro con dos líneas blancas a los costados... sí, eso sonaba bastante bien.

Y si se lo preguntaban, sí, terminaron comprando lo que ellos querían.

Pero el problema no recaía solo en los regalos, no, no.

El verdadero problema recaía en que, desde que el Agreste menor comenzó a trabajar como mano derecha para el Agreste mayor, él menor había tenía que ir y venir fuera del país en nombre de la empresa (cosa que no acababa de convencer al Agreste mayor, pero él menor era realmente persuasivo cuando quería algo).

Aún así, el problema no terminaba del todo ahí, él mayor había comenzado una campaña solo unos meses antes y justo el veinticuatro iba a haber una fiesta para los miembros asociados ( y como él era quien organizaba todo, no podía darse el lujo de no asistir a su propia fiesta).

Adrien estaba en España ese mismo día, teniendo una junta con unos empresarios que habían querido formar un tipo de alianza con su empresa y se sentía lleno de energía; había convencido a aquellos vejestorios no solo de formar una alianza, además, se habían ofrecido a hacer un contrato para futuros trabajos. No podía estar más orgulloso de si mismo.

Mientras tanto Felix, el para nada feliz Felix, estaba en Italia, sintiéndose (a pesar de estar rodeado de tanta gente) solo. Extrañaba a ese maldito mocoso que le hacía sentirse como adolescente descojonado y al mismo tiempo como si fuera un padre de unos cuarenta años. Era frustrante ser el hermano mayor.

Dos cuarto de hora después, cuando se había asegurado de haber saludado a todos sus invitados y haber mantenido una amena conversación con la gran parte de las personas presentes; su asistente le había informado que debía dar un cordial discurso de agradecimiento, y, luego de alargar un suspiro y ajustarse la corbata, puso su mejor sonrisa de comercial de dentífrico y comenzó con lo previsto en su programa de la noche.

***

«Lo sentimos, señor. El vuelo programado ha sido cancelado debido a las fuertes ventiscas»

Le había dicho esa barbie sin dejar de comérselo con la mirada y mordiéndose los labios exageradamente rojos, debía recalcar.

Se sentía algo decepcionado de no poder pasar la navidad con Felix y Plagg, quien también se había quedado en Italia.

Esta vez es para siempre «Miraculous Ladybug».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora