-Explícame otra vez, por favor.
-Marinette, es la tercera vez que te lo explico- masculló Tikki algo enojada.
-Es que no me hago a la idea de que Chat me vio pero luego borraste mi cara de su memoria- dijo la chica mirando por la ventana del taxi, ya había pasado un día desde que chat y ella se habían visto y... Se habían besado, ¡por Dios! ¡Había besado a su compañero! Y que beso...
Marinette se sonrojaba notoriamente cada que pensaba en esos dulces labios, se sentía (aunque todavía no lo aceptaba del todo) con unas ganas tremendas de volver a besar a Chat.
Tikki suspiró.
-Bien, escucha atentamente por qué será la última vez que lo repita- dijo, Marinette asintió- vale, la venda que le diste a Chat no era normal, tenía magia, tal magia solo se iba a activar solo en caso que él se enterara de tu identidad, cosa que pasó y ya lo sabes -le mando una mirada dudosa- pero... Él recordará tu cara cuando él y tú se vuelvan a ver, el recordará que Marinette es LadyBug cuando Chat y LadyBug se vuelvan a encontrar...
Tikki miró atentamente a Marinette, esperando uno de sus ataques de drama y exageración.
-Vale.
Pero nunca llegó.
-¿Enserio? ¿Solo así? ¿Acaso te da igual?- preguntó exasperada Tikki, no podía entender cómo Marinette se tomaba tan a la ligera esto cuando hasta hace unos días ella hubiera dato todo para que su compañero nunca se enterara de su identidad.
-No me da igual- musitó con el ceño fruncido- pero tampoco me interesa mucho, después de todo ni él ni yo nos hemos visto fuera de LadyBug o Chat Noir.
-Okey-dio por finalizado Tikki, estaba segura que Marinette ya no diría más.
Llegaron al aeropuerto de París, pasaron unos minutos para luego poder subir al avión privado que aquel colegio de Inglaterra le había mandado especialmente para ella.
El viaje fue largo y silencioso, sin palabras de Tikki o Marinette, que no parecía estar de ánimos para más que dibujar o hacer bocetos.
Las horas pasaron, era de noche cuando llegaron a Inglaterra, un lugar hermoso y totalmente diferente a París.
Marinette bajo de su avión privado y camino dentro del aeropuerto, los de aquel colegio le habían escrito diciéndole que alguien pasaría por ella para llevarla a su nuevo departamento y al día siguiente al colegio.
Pasaron solo unos segundos cuando escucho una voz a su costado, llamándola.
-¡Dupain-Cheng!- gritaba un chico alto y guapo con un letrero en sus manos donde tenía escrito sus apellidos.
El chico era castaño, con el cabello perfectamente peinado hacia atrás, de ojos azules brillantes, era alto e iba vestido con una camisa formal azul a la par de unos pantalones azul oscuro.
-¡Yo!- dijo Marinette acercándose al chico, quien pareció sorprenderse un poco al verla.
-¿Dupain-Cheng? ¿C'est toi?- masculló el chico en un patético intento de francés que hizo reír a Marinette.
-Sí, soy yo- dijo ella en inglés y con una pequeña y tímida sonrisa.
Al chico se le iluminaron los ojos.
-¡Gracias a Dios!- gritó el chico llamando la atención de muchas personas que pasaban por allí- Hablas inglés! ¡Excelent!- el chico casi casi se ponía a llorar a los pies de Marinette, cosa que la hizo reír bastante.
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Esta vez es para siempre «Miraculous Ladybug».
Fiksi PenggemarMarinette y Adrien están a punto de aprender que no todo es fácil. Después que aquel cambio, los dos jóvenes descubrieron cosas muy... Interesantes. Todo sería nuevo, desde los zapatos nuevos de Adrien, hasta aquel chico que estaba colado por Marine...