Capítulo 2

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Los mexicanos no teníamos permitido salir del país. El presidente Leondre estableció la ley en la que está prohibido salir después de que comenzara la guerra, y así proteger a la sociedad. La guerra ha durado más de 60 años, nadie sabe lo que sucede afuera de México, también está prohibido.

La pequeña mano de Adil estaba sostenida a la mía, caminábamos hacia nuestra casa, Bea también venía con nosotros porque vivíamos muy cerca.

-¿No te gustaría saber qué está pasando afuera de México? -Le pregunté a Bea- sabiendo que Adil no escuchaba porque tenía puestos sus audífonos probablemente escuchando música.

-Me gustaría, pero no podemos -suspiró-. Ya nos hemos metido en muchos problemas Kayla, será mejor que lo olvides.

-Lo sé, tan solo tengo muchas preguntas. He leído muchas cosas en los libros que mis padres tienen y México no era así ¿Por qué no podemos saber nada de la guerra? -dije desesperada-.

-Porque Leondre lo dice, él es nuestro presidente -me respondió sin mirarme.

-¿Qué te sucede? Tu nunca dices ese tipo de cosas -la miré extrañada. Nosotros odiamos al gobierno.

-Tal vez despidieron a mi papá, tal vez viviremos en otro lugar, tal vez nunca nos volvamos a ver.

-Bea, lo siento tanto, perdóname -dije sin entender.

No podían despedir a su padre del trabajo, si no tienes trabajo en México no puedes sobrevivir. ¿Cómo había pasado todo esto? Su padre trabajaba junto al mío ¿despedirían a mi padre también?

-No te preocupes Kay, solo fue a mi padre -dijo como si me leyera la mente-. Si no puedes contra el enemigo úneteles. Mis padres estuvieron siempre en contra del gobierno y las consecuencias llegaron.

-Pero esto no puede pasar, no puedes unirte a ellos y lo sabes -me detuve al llegar a la puerta de mi casa.

-Adil -lo llame-. Entra a la casa, en un momento estaré ahí -mi hermano asintió con la cabeza y entró a nuestra pequeña y vieja casa color amarillo.

-Creía saber lo que era correcto y lo que no, pero ya no más. Perdimos todo, no quiero perder a mi familia y mucho menos a ti, eres mi mejor amiga, eres la hermana que nunca tuve -susurro Bea son tristeza-.

-Si tan solo supiéramos cómo es el mundo, cómo viven en otros países, todos sería muy diferente.

Yo siempre he creído que debe de estar sucediendo algo más fuera de México que guerra. ¿Vivirán igual que nosotros? No lo creo. Desearía ser libre, poder ir a donde quiera, hacer actividades que hacían en los libros de mamá como los deportes o las fiestas, incluso ir de vacaciones, ser capaces de elegir.

-¿Entonces no nos volveremos a ver? -pregunté mirando al suelo.

-No lo creo, pero sé que tu puedes hacer un cambio -Me abrazó fuertemente-. Me tengo que ir.

-Espera ¿Cómo lo haré yo sola?

Era imposible que yo venciera al gobierno sin ayuda, ni siquiera consigo que mis padres me hagan caso.

-Busca pista en mi casa cuando puedas, sé que hay muchas cosas que te podrían ayudar -dijo dándose la vuelta para irse.

-¿Como qué? ¿De qué hablas Beatriz? -pregunté confundida. Ella rió por la mención de su nombre completo, lo odiaba.

-¡No lo sé! -gritó corriendo en dirección opuesta-.

Me quede parada varios minutos asimilando toda la información, hasta que el ruido de una fuerte alarma me hizo correr dentro de mi casa.


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¡Gracias a todos por leer!   :)














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