Castaway

Capítulo 11

Toda nuestra vida sería diferente, finalmente podríamos recuperar nuestra identidad. Recuperaríamos nuestra patria, volveríamos a tener cultura llena de costumbres, tradiciones, podríamos volver a ser mexicanos.

Lo que ahora necesitábamos era la atención de las personas, que dejaran de concentrarse en ellos mismos y se preocuparan por su país en recuperar todo lo que perdieron sin darse cuenta.

-Lo lograste –dijo Zayn con una gran sonrisa.

-Esto apenas empieza, ahora podemos saber cómo es el resto del mundo –estaba muy feliz, habíamos superado lo más difícil.

-Vamos con los demás, nos esperan –abrió la puerta de la habitación.

En el edificio había más luz debido a los rayos de sol que apuntaban hacia él, de alguna manera sentí como si un gran peso hubiera sido quitado de nuestros hombros, el aire se sentía menos denso.

Todos nos esperaban dentro de la oficia de Leondre, quien aún se encontraba en el suelo atado. Zayn tomó mi mano y la levantó en forma victoriosa.

-Excelente Kayla –Sivan se encontraba parado en el umbral–. Lo lograste.

-Muchas gracias –sonreí–.

-Yo me encargaré de Leondre, ustedes pueden salir y continuar con lo que acordamos –dijo Sivan–.

-Iremos a la legión, nos necesitan ahí –informó mi padre, refiriéndose a la familia de Bea, mi mamá, mi hermano y él–.

-Gracias por todo Bea, sin ti nada de esto hubiera sucedido –le agradecí con un abrazo–.

-Gracias por confiar en mí –dijo–. Nos veremos pronto.

Todos se despidieron y salieron para dirigirse a la legión, nuestro próximo gobierno, una muy buena opción.

-¿Estas lista para saber que hay afuera? –preguntó Zayn y asentí con la cabeza.

El edificio estaba un poco destrozado debido al encuentro que existió horas atrás, la mitad de los pertenecientes a la legión se encontraban ahí, pelearon por lo que nos pertenecía.

Caminando por las calles notábamos como las personas poco a poco salían de sus casas preguntándose qué era lo que sucedía, algunos parecían confundidos, otros enojados, pero todos querían saber qué estaba pasando.

Una nueva era comenzaba, la luz nos cegaba a todos, ahora debíamos de hacer lo correcto. Establecer un nuevo gobierno, alguien que nos escuche y respete como los mexicanos que somos, que fomente nuestra cultura y que realmente vea por nosotros.

Llegamos hasta las afueras de la cuidad, donde se encontraba una gran pantalla que se supone que debería de ser prendida únicamente cuando la guerra hubiera terminado, pero ese era el momento. Esta se podía ver desde todo el país, todos estaban observando. Lentamente me acerque al botón de encendido sintiendo un poco de miedo.

-¿Quieres hacerlo conmigo? –le pregunte a Zayn.

Asintió y caminó hasta llegar a un lado mío. Apretamos el botón al mismo tiempo, esperando una respuesta. Paulatinamente encendió, y una imagen se poso frente a nosotros. Muchas personas estaban reunidas en un mismo lugar, parecían celebrar algo.

-Hoy se conmemoran 40 años desde que la cuarta guerra mundial terminó, todos nos reunimos en el capitolio para recordar a las valientes personas que participaron en ella –dijo una mujer a través de la pantalla–.

Ella siguió hablando más yo no escuchaba. La guerra había terminado hace 40 años, todo fue una mentira, el mundo vivía en paz. Ahora estábamos a salvo.