Pov. Yadira
El sol había salido hace algunas horas, y cuando estaba volando cerca de una gran ciudad el pequeño Cyndaquil comenzó a moverse en mis brazos. Dirigí mi irada hacia él, para verlo somnoliento y bostezando, luego se estiró y como si fuera magia una gran energía apareció y se movía enocionado en mi brazos.
-Vaya pequeñin- le dije mientras lo dejaba a mi lado en el suelo de la plataforma- no sabía que guardabas tantas energías -
El Cyndaquil me miró alegre, se acercó con cuidado al borde de la plataforma y se quedó interesado mirando hacia abajo. Noté como observaba a la gente caminando en la ciudad, de una tienda las personas salían montando bicicletas, de otra salían de una sonrisa o de una cara amargada desde un edificio con muchas luces y música.
-Muy bien, ya terminó la hora de ver el suelo- le dije a la vez que lo tomaba en mis brazos y lo miré con una sonrisa- hay que buscar un desayuno para dos, y espero encontremos un árbol emparedados- y ambos comenzamos a reír.
Nos adentramos en un bosque al sur de la ciudad de bicicletas a buscar bayas. Ambos mirábamos la gran variedad de tamaños y colores de bayas, el pequeño no sabía el sabor de cada una de modo que no sabía cual le gustaría. Mientras buscabamos más bayas, encontré unas muy extrañas con forma de durazno. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo y me opté por sacar algunas y ofrecerle al pequeño. Este miraba curioso la baya mientras la olfateaba con miedo.
-vamos solo es una baya, estoy segura que te gustara ya que pareces de naturaleza activa o alegre y...- dejé de hablar al darme cuenta de los conocimientos que tenía sobre naturalezas y...
-La naturaleza de Coco determina su gusto por las bayas dulces, asi como las naturalezas miedosas, activas, alegres e ingenuas. Recuerda que las dulces son como estas bayas Meloc-
La voz de ese chico volvió a resonar en mi mente, sorprendida de escuchar aquellas palabras que nunca salieron de su boca al encontrarnos las veces anteriores.Miré a Cyndaquil quien se encontraba feliz y satisfecho. Aún seguía sin comprender cómo adiviné que aquella baya le gustaría pero decidí pensar eso en otro momento y por ahora lo importante era desayunar.
Reposaba junto a Cyndaquil bajo la sombra de los árboles, mientras el dormía yo miraba relajada la realidad de las personas que cruzaban el bosque; entrenadores, acompañados de sus pokémon valiéndose por ellos mismos, disfrutando las batallas, dando animos a sus compañeros, aprendiendo de las victorias y derrotas. No sabía la razón pero siempre pierdo la noción del tiempo mirando a los entrenadores en acción, desde mis primeros días cuando descansaba mis entrenamientos miraba fascinada a los reclutas practicando e insultándose. Ahora, miraba con atención a los entrenadores que se estrechaban las manos en señal de respeto y de una buena batalla.
-jojojo tanto tiempo sin ver a una muchacha conviviendo de una forma tan natural con los pokémon y su alrededor-
Pendiente de mi entorno,oculté mi rostro con el gorro de la capa y lista para un ataque tomé una pose de pelea, esperando el ataque. Pero grande fue mi sorpresa al ver a un hombre de edad, bajo, algo robusto, algunas canas y una sonrisa de oreja a oreja. Este me miraba alegre y un poco sorprendido, teniendo sus manos en su estómago.
-¡Oh vaya! Tanta energía y experiencia en una joven tan fuerte como tu jajajajajajaj- y comenzó a reír de una forma contagiosa, pero mantuve la postura sin vacilar. El pequeño Cyndaquil se despertó y al verme en guardia en seguida se levantó y se acercó a mi quedando detras de mí y mirando temeroso al hombre, mientras él miraba curioso a mi pequeñin

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Mi Pequeña Monstruo [Finalizado]
FanfictionLuego de 5 años del accidente en hoenn, Sapphire es enviada a inspeccionar la exguarida del equipo aqua, pero nada es como aparenta. Conoce esta aventura donde una gran lucha esta por desatarse protagonizada por los héroes de Hoenn. Historia alterna...