Capítulo 23

10.2K 415 12
                                    

En los días de hoy estamos siendo bombardeados constantemente por opiniones y estándares establecidos por la sociedad de lo que es "bueno o malo", de lo que es considerado "bonito o feo",  de como debemos vestirnos, que debemos tener, que debemos lograr para demostrar que somos alguien, algo que llamamos "moda" y que muchos son los que se convierten en víctimas de éstos patrones y juicios masivos.

Miré como lucía mi cuerpo en esa pequeña remera color blanco y, aunque mi abdomen no era tan chato como realmente lo deseaba, me dediqué a mi misma una ultima mirada de confianza hacia mi reflejo. Acto seguido, me di vuelta mirando a Soledad que lucía un short igual al mio y una remera también igual solo que con los colores invertidos. Habíamos comprado esas prendas el día que fuimos al shopping Soledad, su prima y yo y, me pareció que esta noche era la indicada para usarlas. [Ropa de las chicas en multimedia]

Me planche el pelo con la planchita de Soledad y me dirigí a la sala de estar cuando oí la voz de Martín quien también se encontraba con nosotras.

–Estas preciosa...

–¡Gracias! Tu no te quedas atrás -Dije dándole un leve empujón-

–Date vuelta y cierra los ojos Lu

Obedecí dándole la espalda y sentí sus manos rodeando mi cuello.

–¡Listo!

Corrí hacia el espejo y lo vi, se trataba de un colgante de plata muy fino con forma de corazón. Era la primera vez que él me regalaba algo y por eso me sorprendió mucho. Le di un fuerte abrazo y nos dirigimos los tres al instituto que se encontraba a pocas cuadras de la casa de Soledad.

***

La música sonaba muy fuerte al ritmo de una canción bastante movida, Soledad se encontraba bailando con Simón un tanto alejados de mí, Martín se hallaba charlando muy animadamente en la barra con una chica la cual yo no había visto antes. ¿Qué hay de mi? Me dispuse a bailar sola ignorando al sexo masculino con el cual había tenido tantas malas experiencias en mi corta edad.

***

Narra Tobías:

Nos habían ubicado en un lugar con poca iluminación pero que a la vez, tenía una gran perspectiva hacia la pista de baile permitiéndonos ver si algunos de los alumnos se golpeaban debido a alguna pelea u algún otro inconveniente que pudiera suceder. No podía evitar mirar para todos lados buscando con la mirada a Luna pero hasta el momento solo había visto a Soledad y a Simón muy cerca nuevamente. No podía entender como ese idiota era capaz de engañar a mi Lu. Resignado de no encontrar a Luna me senté pesadamente sobre un sillón cuando un voz me sorprendió

-Te encuentro preocupado...

Giré mi cuello y vi a mi interlocutora, se trataba de Solange, una profesora de Historia de unos 28 años apróximadamente con la cual, según recordaba, había cruzado un par de palabras varias veces en sala de profesores. Era atractiva, no iba a negarlo, pero no lo suficiente como para llamar mi atención.

-Se nota mucho

-Tu cara lo dice todo... Que anda pasando por ese corazón loco

-Loco y abandonado querras decir. Tu cara no indica tampoco que estes rebozando de alegria. -Dije mirandola detenidamente-.

-Estas en lo correcto... Sabes algo, estoy buscando a alguien que me de la alegría que tanto ando buscando. -Dijo coquetamente acercandose un poco mas a mi y acariciando mi pierna.

Por un momento me dio la impresión de ver a Luna entrar a los baños por lo que desvié la mirada un momento de Solange pero, ya era demasiado tarde, con la velocidad de un rayo esta se sentó en mis piernas mientras devoraba mis labios sin piedad.

Narra Luna:

Me encontraba felizmente bailando al ritmo de "Voyage Voyage" que, a pesar de ser una canción en frances la cual no entendía del todo la letra, me gustaba mucho a decir verdad. Sentí la necesidad de ir al baño y así lo hice, nos encontrábamos en pleno verano por lo que el calor se sentía bastante fuerte en el ambiente, abrí el grifo y refresque mi rostro con agua fresca mientras miraba mi reflejo en el espejo, arreglé un poco mi cabello y, cuando me dirigía de nuevo hacia la pista de baile a unos cuantos metros de mi frente a mis ojos vi un espectáculo semejante que me dejó perpleja. Tobías se encontraba sentado en un sillón y en sus piernas, una mujer se hallaba besando sus labios con furia mientras se agarraba fuertemente de su cuello. Tomé coraje y me acerqué un poco más a ellos para cerciorarme de no estar en un error y entonces pude divisar que la mujer era nadie más y nadie menos que Solange, mi profesora de historia del año pasado. Un escalofrío recorrió mi cuerpo a la vez que mi mente empezaba a dar vueltas. ¿Será que su novia es ella? ¿O es otra de la larga lista de sus juegos y conquistas?
Sentía la rabia correr desde mis pies hasta la punta de mi cabello y con furia me dirigí hacia la barra y pedí al bartender el trago más fuerte que tenga, lo pagué y lo bebí rápidamente.
Después de cinco o seis tragos de alcohol mi vista empezó a dar vueltas y en un momento sentí como me agarraban del brazo con brusquedad. Volteé mi cabeza súbitamente y sentí como mis hombros me pesaban al ver quien era la persona que me tomaba con fuerzas.

–P... P... Patricio, ¿Qué haces aquí? ¡Te ordeno que me sueltes maldito gusano!

Era Patricio, mi ex novio, ese que a la vuelta de mis vacaciones me había confesado que me había engañado.

–¿No te alegras de verme nena? -Dijo aumentando su amarre y empujandome con fuerzas hacia afuera de la fiesta-.

–Eres un maldito infeliz, me fui tres meses a otro país y mientras yo pasaba todos los días pensando en ti tu corriste en brazos de alguna otra perra... ¿Qué te hace pensar que me puede hacer feliz verte de nuevo?

–¿Qué dices linda? Las cosas no fueron de esa forma...

Lo miré detenidamente cuando me percaté que Patricio se encontraba bajo los efectos de algún estupefaciente y olía fuertemente a alcohol. Me arrastró con furia hacia una pared y pegó su cuerpo contra el mío mientras decía incoherencias...

–Patricio alejate de mí, nosotros ya no tenemos nada... Patricio... Patr...

–Cierra la boca maldita perra, esta noche serás mía quieras o no...

Sentí el pánico correr por mis venas y los ojos se me llenaron de lágrimas

–Patricio te lo suplic... Ahhhhh Dios no...

Sentí un fuerte dolor en mi brazo derecho y vi como la sangre se deslizaba, Patricio me había hecho un gran corte con lo que creo, una navaja.

–Si no te quedas quita tendras de esos cortes por todo tu cuerpo, ¿Entendido pedazo de mierda? -Dijo entre dientes en mi oído mientras arrancaba sin piedad el colgante que antes había colocado Martín en mi cuello, arrojándolo al suelo-

No le hice caso y atiné levantar mi brazo izquierdo clavándole mis largas uñas en lo que creo fue uno de sus ojos, provocando un grito ahogado de su parte mientras seguidamente buscaba en sus bolsillos alguna cosa mientras amarraba mi ya débil brazo ensangrentado. Sentí un gran pinchazo sobre este mientras rápidamente perdía el control de mi cuerpo y me desplomaba con mis ojos cerrados sin fuerzas sobre el frío suelo de la noche.



Tobías. El profesor es mi amor -{EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora