Estos extras suceden entre el último capítulo y el epílogo, durante los siete años de matrimonio de Derek y Janelle. Disfruten ♥
***
Hoy era nuestro primer aniversario. Un año completo de casados y no tenía ni una maldita idea de qué le podía regalar.
¿Qué sería bueno? Estaba pensando en regalarle algo que vi un momento atrás, pero cuando me di cuenta de que era mi reflejo en el espejo tuve que comenzar a pensar de nuevo.
Jan era una mujer de gustos sencillos, exceptuándome a mí, y no podía pensar en algo que no tuviera y que necesitara o quisiera.
¿Ropa? Nah, ya tenía mucha y además siempre usaba la misma. ¿Dinero? Conociéndola seguramente lo donaría o se lo daría a Dean. No estaba en contra de que le diera dinero a Dean, pero todavía era muy pequeño y, además, se suponía que era su regalo de aniversario.
¿Un viaje? Creía que eso estaría bien. Un viaje a algún lugar con playa. Sol, arena, Jan desnuda... Sonaba como el paraíso para mí. Sería como una segunda luna de miel.
Me encontraba anudando mi corbata para ir al trabajo, cuando Jan entró a la habitación con dos tazas humeantes en las manos luciendo nada más que mi camiseta. Seguía afectándome igual o más de lo que hacía un año atrás. La vida de casada le había sentado bien a las curvas de su cuerpo.
—Buenos días —saludó al tiempo que se ponía de puntillas y me daba un casto beso en los labios.
—Buenos días, preciosa. ¿Cómo amaneciste? —Terminé de hacer el nudo y tomé una de las tazas que ella me ofrecía. Di un pequeño sorbo y el sabor del café con esencia de canela alegró mis papilas.
—Acostada. —Rodé los ojos ante su respuesta. Si en algo no había cambiado, era en lo listilla, terca y enojona. Pero por alguna razón el verla molesta me hacía querer arrancarle la ropa, por lo que siempre buscaba molestarla un poco nada más.
—Desparramada, querrás decir. Yo estaba hecho un ovillo en una esquina del colchón mientras que tú lo abarcabas todo —respondí juguetón. Jan me palmeó el brazo.
—No es así, Derek. Yo estaba acostada en la parte derecha y tú en la izquierda, así que no me vengas con tus mentiras.
Dejé la taza en el tocador y me acerqué a una molesta y sexy Jan.
—Me encanta cómo te ves enojada —murmuré. Ella rodó sus ojos.
—A ti te encanto hasta bañada en lodo —alegó. Pensé en ello un momento y me di cuenta de que tenía razón. Sonreí con picardía.
—Mmm, una fantasía para tener en cuenta. —Palmeó mi pecho al escucharme y puso los ojos en blanco.
—Pervertido —murmuró mientras se alejaba al baño con una sonrisa en su rostro. Reí entre dientes.
Cómo amaba a mi mujer.
—¿Sabes qué día es hoy? —pregunté elevando el volumen para que pudiera escucharme tras la puerta cerrada. El sonido del agua cayendo llegó a mis oídos y me imaginé que ya estaba en la ducha.
—Viernes —me gritó en respuesta. Yo resoplé.
—Sé que es viernes.
—¿Entonces para que preguntas?
—Solo quería que... Bah, olvídalo —me rendí. No sabía por qué me sorprendía que Janelle se hubiera olvidado de nuestro aniversario. Era distraída y siempre tenía otras cosas en mente.
Bajé a la cocina con la intención de prepararme unas tostadas francesas y rellenar mi taza de café, pero cuando llegué ahí, vi un plato lleno de panqueques. Una enorme sonrisa se formó en mi rostro. Me serví unos cuantos en un plato y me serví más café. Estaba saboreando las delicias que había preparado Jan, cuando escuché sus pasos bajando las escaleras.
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Rendirse jamás [PQY #1] ✔ versión 2014
RomancePrimer libro de la serie ¿Por qué yo? [¿Por qué yo? #1] «Todo en esta vida es temporal, así que si las cosas van bien, disfrútalas porque no durarán para siempre. Y si las cosas van mal no te preocupes; tampoco van a durar para siemp...