Capítulo 14: This is...

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-Tsuzuku ya sal del baño, llevas metido toda la mañana. Necesito ducharme-se quejaba Koichi ya vestido con su bata de baño en colores llamativos y tocaba varias veces a la puerta-Abre la puerta Tsuzuku, no estoy jugando-empezaba el oji azul a desesperarse.

-Yo tampoco-fue lo único que replicó el pelinegro. El oji azul ya estaba llegando a su límite.

-"Cálmate Koichi, cálmate. Tu novio esta teniendo una pequeña crisis. Recuerda lo que dijo el psiquiatra, tratar de negociar con él"-pensó Koichi para tratar de tranquilizarse igual. Respiro hondo y empezó a idear los distintos tratos que le ofrecería a su pareja si saliese ya del cuarto de baño- Tsuzuku, si sales de una buena vez de la ducha, te compro todos los pasteles de fresa que quieras-

-Compre suficientes pasteles para un mes-replicó este sin inmutarse.

-No es cierto...-murmuró el peli rosa sin creerlo-tengamos sexo toda la noche-

-Eso se puede sin necesidad de que lo pidas "bambi"-

-"Maldito Tsuzuku... Vamos Koichi, piensa.... ¿Qué otra cosa le gusta a tu novio?...Uhmmm...¡YA SE!" Tsuzuku, ya tiene mucho que no vamos a Sakuragichō... ¿Qué tal si te llevo al festival de otoño de Pikachu?-propuso el oji azul esperando una respuesta afirmativa de su pareja-El baile de Pikachus será algo increíble, sería una lástima no ir, ya que por alguna razón no quieres salir del baño...-como si Kami escuchara las plegarias mentales del peli rosa, Tsuzuku salió a prisa del cuarto de baño, totalmente mojado y con una toalla cubriéndole la cintura.

-Apúrate en ducharte, Koi, esos Pikachus ansían ver a su fiel admirador-comentaba el oji miel desde la habitación. Koichi sonrió satisfecho, después de todo, conseguía lo que deseaba de alguna u otra forma.

****

-¿Disculpen, alguien sabe dónde está Yuuki?-preguntaba Hiyuu a un grupo de pasantes que se encontraba en el pasillo de modelaje.

-¿Yuuki-sama? Uhmm, hace unos minutos lo vimos irse a su oficina. Se veía muy malhumorado-respondió una mirando con interés al peli morado.

-¿Malhumorado, dices?-

-Y además estaba pálido, quien sabe que tiene Yuuki-san-se limitó a responder otra.

-"¿Y pálido? Eso no es normal"-pensó Hiyuu para sus adentros-muchas gracias, y por cierto, suerte en la sesión de esta tarde-comentó él con una sonrisa, haciendo que ellas se sonrojarán demasiado.

Hiyuu tomó el ascensor rumbo al segundo piso. Se extrañaba que la gente (o al menos ellas) lo viesen en ese estado. Hace dos días que no lo había visto, desde que regresaron del Onsen en Yokohama. No le había mandado ningún mensaje o siquiera una llamada como de costumbre.

El ascensor paró en el piso indicado y él salió rumbo al pasillo que conducía a la oficina de su pareja. No demoro demasiado en llegar. Tocó la puerta y no hubo respuesta. Siguió insistiendo y nada. Solía ser respetuoso con la privacidad pero esto había llegado algo lejos. Así que, tomó el picaporte, la giró lentamente y se sorprendió al ver todo oscuro. Buscaba el interruptor de luz pero no la halló en ningún lado, hasta que escucho un gruñido extraño proviniendo del lugar, haciendo que este empezará a sudar frío. Los segundos se volvieron eternos para Hiyuu, solo deseaba encontrar el interruptor, de modo que, lo encontró entre tanto "esfuerzo". Encendió la luz y se sorprendió ver a Yuuki envuelto en una cobija rosa y recostado en el escritorio. Estaba hecho un desastre: el pelo enmarañado, apenas maquillado y totalmente desaliñado con respecto a su ropa.

-Apaguen la maldita luz, quiero dormir-se quejaba Yuuki hundiendo más su cabeza en la cobija.

-¿Pero qué rayos haces, cariño?-preguntó Hiyuu acercándose al escritorio.

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