CARTA 2

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Creo que me dolió más que nunca fuimos nada, solamente éramos dos personas que se querían pero se negaban a estar juntas. Fuiste quien se negaba, porque de mi parte se hubiera podido todo. Pero él hubiera no existe al igual que el "nosotros".

Me dijiste que no era mi culpa, que me querías y te gustaba, y sigo aun si comprender el por qué lo hiciste, y quizá nunca lo sabré.

Cuando te dije que no quería verte, ni hablarte, que simplemente que te alejaras de mí, lo dije mientras mí alma dolía, diría que en mi corazón pero no tenía caso que me doliera porque ya lo habías roto.


Al día siguiente estaba decidida, no te iba hablar en lo absoluto, cuando llegue a la escuela, lo único que en mi mente se repetía "Sonríe", todo va a estar bien. Cuando llegue al salón y vi que no estabas un largo suspiro salió de mi boca, tuve la esperanza de que ese día no ibas a ir, así que llegue y me senté a lado de Grisel, mi mejor amiga, te juro que trate de sostener el llanto, pero no pude, una que otra lagrima salió. No recordaba que siempre llegabas tarde, así que cuando tocaste la puerta y pediste permiso para entrar, ni siquiera levante la mirada, no entiendo que estaba pasando por tu cabeza cuando decidiste sentarte a lado mío, ni siquiera te mire, levante la mano y pedí permiso para cambiarme a otro lugar, seguía sin mirarte pero sentí la mirada del salón completo.

Ese día fue el peor, solo quería irme a mi casa, de verdad que si no hubiera sido por Grisel no se habría hecho.

Aún recuerdo tu mirada cada vez que participa en clase o cuando me levantaba por alguna razón, tenía tantas ganas de ir a abrazarte y decirte lo mucho que te quería. Pero sabía que mi desprecio te dolía más. Y quería que sufrieras y que lloraras como yo lo hice por ti tantas veces.

Te odio y esa es la más clara razón de que te quise.

Te traste de disculpar muchas veces ese día, pero en el fondo sabía que de verdad no lo sentías así que ninguna de esas veces deje que terminaras con la disculpa. Creo que en ese momento lo único que necesitaba era que me estrecharas en tus brazos y que me trataras de convencer de que todo está bien, y que si me querías.

Pero joder. No podía. Necesitaba odiarte.

Un Idiota MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora