Capítulo IX - Bienvenida al mundo, princesita

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Un mes después decidí salir un rato, sola. Ya no me importan los paparazzis. Me cansé de ocultar lo inocultable.

Salí simplemente a tomar aire fresco, darme un tiempo a mí misma. Dejar de pensar en las cosas que me ponen triste y comenzar a ver la parte feliz de mi asquerosa vida.

Me compré un helado de fresa. Un simple antojo.

Iba caminando al lado de una fuente, y lo vi, era él; con su hermoso cabello rizado y sus ojos marrones, con su perfecto y redondo trastero.

En ese momento recordé cuando todo ese cuerpo era mío, nadie más lo podía tocar. Recordé los días en que reímos juntos, como cuando nos conocimos, y las veces que lloramos juntos, como cuando murió mi madre. Recordé sus manos recorrer cada centímetro de mi piel desnuda, demostrandome amor en cada embestida, recuerdo sus besos con sabor a miel. Pero más que nada, recuerdo mi felicidad, no había problemas entre nosotros, éramos felices.

Todas esas imágenes se me vinieron a la mente y me paralicé. Justamente me vengo aquí para no pensar en él y viene y se aparece. Que bien.

Veo que viene hacia acá, pero no me puedo ni mover.

—¿Estás embarazada? —Soltó de golpe sin siquiera saludar.

—S-Sí... —Tartamudeaba.

—¿De quién es el niño?

—Eso no te interesa.

—Claro que me interesa, y me lo dirás ahora.

—¿Quién me obliga?

—Yo.

—El niño no es tuyo, si es lo que quieres saber. Ahora, me tengo que ir.

Intenté caminar pero él me lo impidió.

—Chloe, dime la verdad —Tenía los ojos cristalinos.

—No es tuyo, Michael —Dije con frialdad.

Me soltó del brazo y me fui.

Michael se quedó muy deprimido por lo que Chloe le había dicho, él piensa que no es su hijo, por la manera en que se lo dijo. Él cree que su ex-novia no puede mentir tan bien, lo que no sabe es que en estos seis meses que lleva sin él, el odio en su corazón ha crecido y por lo tanto, está más fría y distante.

(...)

Ya han pasado los nueve meses. Estoy nerviosa. El doctor dijo que podía estar sintiendo dolores en las próximas setenta y dos horas. Tengo un poco de miedo.

Estaba en la cama de Kenzie, leyendo cuando sentí una puntada en el vientre, era un dolor sumamente horrible. Se calmó un poco, pero a los pocos segundo estaba ahí de nuevo, y se hacía cada vez más fuerte.

—Ca... Ca... ¡Catrinah! —Me temblaba la voz.

—¿Qué ocurre, Chloe?

—Duele... Mucho...

Catrinah y Jessie me llevaron a la clínica en un taxi, pero había tráfico. Le escribí un mensaje a Frank: <<Ya va a nacer>>.

No sé ni por qué lo hice, sólo lo hice y ya.

Al fin llegamos a la clínica. Me pusieron en trabajo de parto.

Frank recibió el mensaje de Chloe y se quedó un poco preocupado.

Estaba en su despacho acomodando documentos, firmando cosas, organizando viajes... Hasta que entró Michael.

—Hola, Frank.

—Hola.

—¿Qué haces?

—Arreglando asuntos de tu gira. No podemos seguir aplazandola. Tus fans quieren verte.

—Ya lo hemos hablado, Frank, te dije que no me siento con ánimos de cantar ahora.

—La extrañas...

—¡Claro que no!

—Buscala, dile que la amas.

—¡Tú no lo entiendes!

—Michael... Ella está dando a luz a tu hijo.

—¿Qué?

—¡Ese niño es tuyo, Michael! ¡Debes ir!

—Ese bebé no es mío.

—Claro que lo es, Michael. Ella está embarazada desde que la echaste de aquí. No puede ser de nadie más.

—Pero ella no me querrá ahí. Me correrá.

—¿Qué importa? No te puede impedir que veas a tu hijo. No es de nadie más que tuyo.

—Bueno, me arriesgaré. Sólo por mi bebé.

—Voy contigo.

Y así es como Michael y Frank se fueron en el auto de Bobby a la clínica.

—Chloe Jones —Dijo Mike a la recepcionista.

—Está dando a luz en la sala de partos.

—Soy el padre del niño, ¿podría pasar a verla?

—Por supuesto. Dígame su nombre.

—Michael Jackson.

Una enfermera lo guió hasta la sala de parto, en dónde se encontró con el amor de su vida y con su pequeña hija.

—¡Michael! ¡¿Qué haces aquí?! —Dije en medio del dolor que esto me causaba.

—No me podía perder el nacimiento de mi hijo.

—Es una niña.

—Una princesita... Como su mamá.

No dije nada, esto dolia demasiado como para hablar ahora.

Comencé a gritar, no aguantaba. La bebé saldría en cualquier momento.

La enfermera me decía que pujara.

Sentí la mano de Michael agarrar la mía. Sentí un escalofrío recorrerme todo el cuerpo.

Apreté su mano mientras pujaba lo más fuerte que podía. Repetí esto varias veces hasta que ya no sentía nada. No había dolor y no tenía nada dentro; había nacido.

Cogieron a la bebé y la limpiaron un poco. Sentía cómo las lágrimas resbalaban por mis mejillas. Miré a Michael y él estaba igual que yo.

La envolvieron en una cobija y se la dieron a Michael. Él la tomó en sus brazos, se veía que le estaba poniendo todo el amor del mundo. Esta escena era demasiado tierna. La miró con dulzura y dijo:

—Bienvenida al mundo, princesita.

Dedicado a Laura_1958

Espero que les haya gustado:3.

Perdón por tardar. Ya empecé el instituto y estoy full. Creo que las actualizaciones serán los fines de semana a partir de ahora. Lo siento.

¿Quién quiere que le dedique el próximo?

Ya la gente no comenta como antes:(. A mí me gusta leer opiniones.

Si comentan, les doy un tarro de Nutella:D.

Las amo.

Bye.

Mi Sueño, Mi Pesadilla: Solo ella y yo [Michael Jackson] {#2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora