Capítulo 13

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   Corrió lo más rápido que pudo, llegó al final de la terraza, giró a la derecha, bajó los escalones de dos en dos y entonces se paró. Miró al final del camino, hacia la puerta de entrada..¿Qué haría una vez la alcanzara? No podía refugiarse en casa de su tía, él no permitiría que lo abandonara nunca. Ahora era su esposa y tenía que cuidar su buen nombre aunque no la quisiera. Intentó tranquilizar su respiración y miró alrededor. No podía esconderse en los jardines tarde o temprano la encontraría. Se acercó a la fuente que se encontraba frente a la escalinata de la entrada, el sonido del agua la tranquilizaba. Se sentó en el borde, sumergió una mano  y se la llevó al pecho para refrescarlo un poco.

    Sintió los agitados latidos de su corazón. Le extrañó que siguiera haciéndolo pues juraría que había escuchado exactamente cuando se le partió en dos hacia apenas unos minutos, pero por lo visto se equivocaba. De lo que estaba absolutamente segura era de que había batido un record, llevaba menos de un día de casada y ya sabía que su marido la engañaba, no físicamente pero su corazón pertenecía a otra, aunque no sabía que era peor. Si ella hubiera tenido constancia desde el principio se habría hecho a la idea, pero ahora...Se pasó la punta de la lengua por los labios resecos y notó algo salado, levantó la mano y se dió cuenta de que estaba llorando...¡NO, no , no! No se permitiria derramar lágrimas por alguien que no la merecía por mucho que le doliera, pero no podía parar, se veía que su reserva de lágrimas había decidido en ese momento expulsar el excedente. Suspiró, y miró hacia la puerta de ahora su hogar, entraría y haría ver que nada había pasado, las personas que estaban allí no tenía porque enterarse de su desdicha y su familia tampoco, por lo menos por ahora, no quería que se preocuparan por algo que era común entre los matrimonios de la clase alta, aunque no para ella...y dolía tanto....

   No tenía muy claro como comportarse ante ese maldito embustero, mentiroso, mezquino ...tendría que ampliar su vocabulario de insultos ya que no recordaba ningún otro que se le pudiera aplicar. Lo anotó mentalmente en la lista de tareas a realizar.

    Se levantó muy despacio y se limpió la cara para que no quedaran rastros de lágrimas. No iba a enterarse nunca del daño que le había hecho, podía tener el corazón partido en más piezas que un puzzle pero si podía salvar algo era su orgullo y hasta ahora no se había dado cuenta que era muy, pero que muy orgullosa. Su matrimonio había empezado con mal pie, se podía decir que ni siquiera había empezado porque no se había consumado todavía... una idea comenzó a formarse en su cabeza y si era capaz de llevarla a cabo quizás el no tendría ganas de consumarlo tampoco, no sabía hasta cuando podía sostener aquella situación pero se daría por satisfecha hasta tocarle un poco su orgullo, ya que su corazón no se lo podía partir, su orgullo masculino si que podía bajar unos cuantos puntos.

   Más animada, que no menos dolida, subió la escalinata para reunirse con sus invitados.

   Nick se giró para salir corriendo detrás de ella pero Damon lo sujetó por el brazo impidiéndoselo y casi provoca que los dos dieran con sus huesos en el suelo.

   -Sueltame, Damon. Tengo que... - miró a su amigo y dió un tirón del brazo para soltarse.

   -Nick, dejala unos minutos que se tranquilize y después habla con ella no sabes que es lo que imagina para que haya salido corriendo de esa manera.

    Nick lo interrumpio con un gruñido.

    -¡Por Dios, Damon! ¿Crees de verdad, que puede pensar algo bueno depués de verla correr más rápido que un conejo en una cacería? ¿Viste su cara?.

   - Claro que la vi, pero si se calma un poco quizá esté más predispuesta a tus explicaciones que si os embarcais en una discusión.

   Starling miraba a su amigo y después en la dirección en la que su, ahora, furiosa esposa había desaparecido. No sabía que hacer, tenía que aclarar lo que ella creía haber oido o pensara haber oido o lo que quiera que hubiera oido ¡Maldita sea!. Estaría escondida en algún lugar, llorando y no podía imaginarla de ese modo, no por algo por lo que ella creía que él tenía la culpa.

Saga Londres 1 " Matrimonio a la fuerza "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora