Capítulo 3

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Por muy mediocre que sea tu día puede llegar a parecerte fantástico, solo depende de con que lo compares. Pequeñas victorias como llegar a tiempo a clase, que no te castiguen y no tener que ver a tu querida hermana para desayunar pueden devolverte la sonrisa. En general cuando estás feliz parece que todos los problemas tienen solución y que el mundo es más amable contigo. Todo el mundo menos Mattie, llevaba una mañana muy rara: estaba distraida y contestaba con monosílabos. En el descanso de media mañana me pidió que la acompañara al baño a maquillarse.
- Si lo haces por Mctabish es muy preocupante.- dije mientras le sujetaba la puerta- empieza a rozar la obsesión.-
-¿Qué tiene de malo que me guste ir guapa?- sacó el neceser del bolso y comenzó su ritual.- por cierto, ¿qué llevas puesto?-
- Unos vaqueros y una sudadera...-
-Podrías arreglarte un poco más, ¿no crees?.- emepzó a aplicarse la base- Es decir, no estás mal. Tienes buen tipo y eres más o menos alta, te quedarían muy bien los vestidos. Y si ya te pusieras lentillas en vez de gafas sería la bomba, que apenas se te ven los ojos. También te oscurecen la cara, ¿has pensado en ondularte el pelo?- me sorprendieron sus comentarios. Ella solía darme consejos, nunca los he seguido, por pereza más que nada; pero nunca en un tono tan brusco. Era casi desagradable como iba marcando cada uno de mis defectos sin si quiera apartar la vista de su propio reflejo.- si te maquillaras de vez en cuando.. No se... -
- ¿Se puede saber que te pasa? ¿A qué demonios viene todo esto?-
- No entiendo por qué te alteras tanto. Solo te estaba dando un consejo-
- Y yo no entiendo por qué estás tan borde conmigo. Sabes, tu aplastante sinceridad a veces es muy impertinente- ya me había agriado el humor. Dijese lo que dijese no iba a reaccionar bien. Vi como ponía los ojos en blanco mientras seguía con el rimel.- Ibas a decir algo así que venga, suéltalo-
- No...- soltó un largo suspiro y se giró para mirarme directamente- ¿No estás cansada de todo esto? ¿De la gente de...?- le temblaba la voz.
-Eh eh, espera- toda sombra de enfado desapareció- ¿Qué ha pasado?-
-He visto a Tom- fijó sus ojos en el suelo.
- ¿Pero te ha dicho algo?- ver a su exnovio era inevitable, iban a las mismas asignaturas- Hay algo más -
- Le ha pedido a Alba ir al baile de bienvenida- dijo entre sollozos.
- Pues peor para ella, te recuerdo que lo pasaste fatal.-
- Pero se lo ha pedido. Pe Di Do- estaba a punto de romper a llorar, y con razón. La pobre salió con él durante dos años y pudo comprobar por si misma que no es oro todo lo que reluce. A mí nunca me cayó bien, ella lo sabe, pero la apoyé siempre hasta que intento propasarse con ella en el baile del año pasado. Lo peor fue que ella le convenció para ir.

-No merece la pena pensar en ello. Es un cabrón y ya.-
- A veces me gustaría... He pensado...es una tontería pero sentaría tan bien...-
-¿El qué?-
- Pues plantarme en el baile con un tío y restregárselo en la cara.-
- Mattie, si sale con Alba no es para hacerte sufrir sino porque ella es un poco... muy suelta.- entonces lo vi claro- Tu problema no es Tom ni Alba, tú lo que quieres es ir al baile.-
- Es un absurdo acto social que sirve de excusa para poder meterse mano en el aparcamiento y recordarnos que las animadoras son las reinas del mundo...-
- ¿Con quién tenías pensado ir?¿Te lo han pedido?- Ya había dejado de llorar y si miraba al suelo era por timidez.
- Bueno, se me había ocurrido...- se llevó las manos a la cara- ¡qué vergüenza! No te rías, ¿vale?-
- Sorpréndeme. No será tan tertible.-
-¿Te suena el hijo del profesor de historia? ¿El que va a atletismo?-
- ¡Oh madre mía! ¡Te ha invitado! Eso es una cita y lo demás son tonterías-
-¡Qué va! Si probablemente hasta que ayer nos pusieron de pareja en el laboratorio no sabía que existía. Pero es mono, a lo mejor...-
- Si te lo propones ni lo dudes, te llevará al baile.- Cuando a Mattie se le metía algo en la cabeza no había quién la parase, y más cuando se trataba de chicos, pero siendo como es no me extraña. Hasta llorando con la cara roja está mona y adorable. Vibrantes ojos verdes, una sonrisa perfecta gracias a años de ortodoncias, melena castaña por los hombros y una figura impresiomante. Las chicas como ella no tienen muchos problemas, solo con chasquear los dedos tienen a cinco chicos esperándola en la puerta para llevarle los libros.
- ¿Entonces vamos al baile?- se secó las lagrimas con cuidado de no llevarse el maquillaje por delante.
- Wo, wo, wo. ¿Quién ha dicho que yo vaya a ir?Yo te doy mi apoyo moral, te acompaño a elegir vestido y te ayudo con tu absurdo plan para conquistar al de atletismo. - Me echó una mirada de desconcierto- ambas sabemos que tienes una plan. Pero ya lo del baile...no es lo mio.-
- No has ido a ninguno...espera, si que fuiste y con pareja- su boca se curvó en una sonrisa burlona.
- Ya sabes que no son lo mío y además, como todo el mundo estará en el baile las pizzerias estarán vacias.-
- ¿Vas a quedarte en casa viendo películas malas y comiendo pizza?-
- Es lo que hice el año pasado, lo que hicimos hace dos...-
-Y no pienso repetir.-
- No lo pasamos tan mal.-
-Habla por ti.-
- No aprecias el séptimo arte.-
-Lo que tu digas- recogió sus cosas y salimos del baño.- oye lo de antes iba en serio. Si un día te arreglaras un poco tendrías una cita para el baile, que digo una, ¡Cuatro! Iríamos las dos y lo pasaríamos bien.- esta vez lo decía con cariño.
- No se si eres consciente pero no todas podemos jugar al mismo nivel- bromeé pero no podía sino sentir algo de envidia. No me considero poca cosa pero tampoco soy nada fuera de lo normal. Mi pelo negro cada día tiene una forma distinta y me cuesta un imperio alisármelo, me gustan mis ojos pero con mis gafas casi no se ven y mi sonrisa es más bien una mueca.- por mi no te preocupes.-
- Tienes casi un mes para cambiar de opinión- sonó el timbre y empezamos a correr hacia clase. Justo antes de entrar se giró hacia mí- Hazme caso y antes de descartarlo dale una oportunidad.- fui a preguntarle a qué se refería pero ya había cruzado la puerta. La seguí con cierta inseguridad temiéndome lo peor. La busqué por la clase. Para mi sorpresa estaba en primera fila y me había guardado un sitio, justo en frente de Will.

Mucho Ruido No Hace Un DramaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora