Capítulo 9

10 1 2
                                    

Abrí las puertas del teatro de par en par y corrí hasta las escaleras. Las subí a zancadas y allí donde había un foco me planté con los brazos en jarras y la cabeza alta. Detrás de mí iba Mattie que, aunque no tan entusiasmada como yo, trotó alegre hasta donde estaba.

- Recordad este día porque no creo que vuelva a repetirse.- dije en voz alta.

- Tan poco es para tanto...- comentó Mattie.

- He pasado del 7 en historia, ¡si es para tanto!- No acababa de creérmelo. Hace más de una semana cuando salí del examen abracé a Will en mitad del pasillo y en casa suplí a mi hermano en sus tareas con mucho gusto.- Hoy ha sido un día perfecto.- Esta mañana Sara había vuelto a la universidad, me habían dado el examen, no había habido biología, ¿qué más podía pedir?

- Ten cuidado que lo vas a gafar.-

- Por dios Mattie no me seas agorera- saqué mi guion de la mochila- Oye , ¿Te vas a quedar?-

- Ojalá, pero estoy agotada y tengo presentación de francés mañana.-dijo casi bostezando.

Me sorprendió un poco. Dos días a la semana había ensayo grupal, el día que Mctabish tenía tutorías, hacíamos decorados; los jueves y viernes nos llamaba por escenas a unos pocos. Los días que me tocaba ensayo con Adam, Mattie estudiaba en la biblioteca y luego se pasaba por aquí. Era ya casi oficial que estaban en una relación, los días de entrenamiento ella comía en su mesa pero seguía sin haber nada previsto para el baile. Les había oído intercambiar comentarios sobre si alguno tenía plan para esa noche. "Hasta que no empiece la época de campaña para reyes del baile no creo que Adam haga ningún movimiento" se repetía una y otra vez Mattie. A veces con los tíos se comía mucho la cabeza. Se fijaba no solo en qué le contestaban ni cómo respondían a sus mensajes si no en si utilizaban emoticonos, puntuación...¡y no hablemos ya del tiempo de respuesta! La regla de oro (o cómo la llamaba yo, el principio de deceleración de Mathilda): jamás se ha de enviar un segundo mensaje sin que se haya respondido al primero, y a la hora de responder se ha de tardar un tiempo igual o mayor al de su respuesta anterior. Tiene un millón de normas no escritas sobre el tema. Yo creo que las cosas son algo más simples. Siendo objetiva estoy segura al 99,8% de los hombres de este planeta no se paran a pensar este tipo de cosas y te escriben lo primero que se les ocurre cuando se acuerdan de que tienen móvil.

- ¿Qué vais a hacer hoy? – me preguntó algo distraída. No iba a quedarse todo el ensayo pero no iba a irse a casa hasta haberse despedido de él.

- Supongo que el diálogo del bosque, si vuelve a llegar tarde a lo mejor hacemos mi monólogo. Es increíble lo rápido que vamos, está a punto de acabar el primer cuatrimestre y tenemos ya algo del primer acto.-

- Cuando se trabaja bien es lo que suele pasar,- dijo una voz con acento familiar. El gigante pelirrojo apareció de detrás del telón con una caja de cartón.

- Lewis- le saludé. Al final todos acabamos llamándole por su nombre de pila.- ¿Qué me traes?- me froté las manos. En cada ensayo aparecía con algún cachivache de sonido, un accesorio o algo para la obra.

- Esta vez vestuario.- la puso en el suelo y empezó a sacar telas.- Vamos con el más puro estilo clásico.- y me tendió una toga. Al principio el trapo se veía muy poco lucido pero al darle la vuelta y colocar las capas bien daba mucha mejor impresión.- Adam, justo a tiempo, tengo también algo para ti.-

- Espero que no sea esa máscara de burro... es buen personaje pero moriré asfixiado.- caminó hasta done estábamos, Mattie le cogió la mochila antes de que subiera al escenario.- Vamos a probárnoslo.-

- Yo me voy ya, os veo mañana en clase.- hablaba en plural pero Mattie se dirigía a una persona en concreto.

- Nos vemos.- Adam le guiñó un ojo. Eso le bastó a mi amiga para irse feliz a casa. Lo

Mucho Ruido No Hace Un DramaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora