Cap. 14 | MALDITO ENFERMO

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Al despertar, sentí la cálida y lenta respiración de Brian estrellarse contra mi nuca y resbalarse por mi espina dorsal. Sus dos brazos estaban enredados alrededor mi cadera, entre un agarre suave pero al mismo tiempo posesivo. Con mucho cuidado quité sus manos de mi cadera y puse un pie fuera de la cama, luego otro, y antes de salir a hurtadillas de la habitación me volví para ver un Brian vulnerable y cansado profundamente dormido que en una muy remota parte de su subconsciente, todavía piensa que estoy acostada a su lado, muy protegida y a salvo entre sus brazos; y yo rezaba para que no tuviera un ataque cuando despertara y no me encontrara a su lado. Me detuve frente a su cama y lo cubrí muy bien con la sábana, luego acaricié con el dorso de la mano su mejilla y me rechacé las ganas de darle un beso en los labios, pues no quería despertarlo. Unos segundos después, salí de su cuarto, me di una rápida ducha y me fui caminando antes de que dieran las siete de la mañana hacia la casa de Megan.

Miraba el vaivén de mis pies para distraerme de la realidad, y la realidad era nada más y nada menos que Alice estaba viva, que no sabía cómo reaccionaría Brian al enterarse de esto y que Uriah era un pervertido que de alguna manera u otra irrumpía en mi habitación y me sacaba fotos dormida. La simple posibilidad de que en mi estado de sueño, ese bastardo se hubiese aprovechado de mí me daba tanto asco que ahora mismo, mientras el sol aún no había salido del todo y la mayor parte de la población de Holmes Chapel no estaba despierta, me asaltaron unas terribles ganas de gritar y tirarme de los cabellos hasta quedarme calva.

Maldito enfermo.

Cuando llegué al final de la calle en donde se encontraba el Sgt. Pepper's, doblé hacia el mismo callejón en donde se realizaban las carreras ilegales y después me metí por una avenida que giraba bruscamente hacia la izquierda. Derecha, izquierda, derecha, izquierda, entonces caí en una muy reducida urbanización de más o menos cinco casas, una más grande que otra, gradualmente. Todo estaba tan silencioso que me pregunté si esta era la dirección correcta. Este lugar daba la impresión de que por aquí no habitaba ni una sola alma, y era de esperarse, porque nadie, a menos que no se quiera, sería capaz de vivir en estas condiciones.

Y en la casa número cuatro, una destartalada construcción metida entre dos casas en un estado mucho más estable que ésta, me encontré con Megan, que fumaba un cigarrillo, bajo el deprimente porche de madera vieja y podrida.

-Pensé que no vendrías-me dijo cuando estuve parada en frente de ella. Miré mi reloj de muñeca y luego volví a reparar en ella, su mirada azul enfocada en un punto distante.

-Son justamente las siete de la mañana-repliqué.

Megan se encogió de hombros mientras expulsaba una densa nube de humo de su boca. Después me sonrió antes de echar un rápido vistazo hacia ambos lados, asegurándose de que nadie nos estuviese mirando, supuse. Yo, confundida, hice lo mismo.

-Entra, tenemos muchas cosas de qué hablar.

-Em...ok.

La habitación de mi hermana Reagan era más grande que la sala principal de esta casa, y por mucho. Noté las filtraciones afectar las paredes, y a mi parecer, Megan había querido disimularlas colocando cuadros baratos sobre las áreas afectadas por la humedad en las paredes. Hacía mucho calor aquí, y ni siquiera estábamos a mediados de marzo. A unos pocos pasos de distancia, había una pequeña estufa pegada contra el muro. Estaba tan oxidada que dudaría de la pureza de cualquier alimento cocinado en aquella cosa. Megan me ofreció asiento en el único sofá que había en la habitación y nos sentamos frente a un televisor pequeño y apagado. Intente no hacer preguntas innecesarias pero simplemente no pude contenerme.

-¿Vives aquí tú sola?

-Desde que Alice "murió" sí, desde ese entonces he vivido sola.

-¿Qué pasó con tus papás?-solté rápidamente. Ella se rio con amargura y aplastó la colilla del cigarrillo en un cenicero que estaba colocado sobre la mesa. En ese instante deseé no habérselo preguntado. Era la persona más estúpida de este deprimente planeta tierra, y ni siquiera era rubia.

Trouble Boy | SEGUNDA TEMPORADA (Synyster Gates y tú) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora