Mystery | #2 (Teen Wolf)

Capitulo 10 - Jackson

Saque las dagas de mi cinturón y justo cuando Allison estaba por disparar, Isaac la agarro por detrás y la tiro al suelo, hizo lo mismo con Stiles.

Mire a Isaac, no me lo esperaba de el, justo cuando el iba a atacarme lo esquive, trate de tirarle una daga pero el la atrapo justo a tiempo. Al mismo tiempo, lo golpee en la pierna haciendo que cayera al suelo.

—Lo siento—Dije mirándolo desde arriba, el me tomo de los tobillos haciéndome caer mi también.

—Lo siento—Me imito, ambos nos pusimos de pie y continuamos peleando.

Allison se acerco a ayudarme, pero Isaac era demasiado fuerte, no parecía querer dañarnos, o por lo menos a mi.

—¡Allison, ve con Lydia!—Le grite y ella asintio y salio corriendo dejándome con Isaac.

Esta pelea no parecía llegar a ningún lado, ninguno tenia intención de herir al otro, solo atacaba a Isaac cuando intentaba llegar hacia donde estaba Lydia o intentaba atacar a Stiles. Y por lo menos así siguió hasta que Erica llego, de una patada me dejo en el suelo y luego siguió por el camino donde Allison fue.

Deje de pelear con Isaac cuando Allison me paso otra daga, pero esta tenia un liquido transparente, ¡El veneno de Kanima! Antes de que Isaac se diera cuenta rasguñe su brazo con la daga y en unos segundos el quedo en el suelo paralizado.

Allison había logrado paralizar a Erica, y Scott había llegado, ambos la cargaron y la sacaron de la casa mostrandole a Derek lo que hicimos.

—Lo siento—Le repetí a Isaac mientras Scott y yo lo cargábamos, este solo sonrió y lo deje al lado de Erica.

Allison, Stiles, Scott y yo salimos de la casa enfrentándonos así frente a frente con Derek.

—Creo que finalmente entiendo por que sigues negándote, Scott—Hablo Derek.—Tu y Maddie no son Omegas, Scott, ya eres un Alfa, de tu propia manada. Pero saben que no pueden vencerme.

—Puedo encargarme de ti hasta que la policía llegue.—Hablo Scott y sirenas de policía empezaron a sonar muy lejanas, la sonrisa de Derek se borro.

Un sonido parecido al de una serpiente se escucho arriba de nosotros, miramos al techo y ahí estaba el Kanima, que en cuanto nos vio, se espanto y salio de ahí sin que podamos verlo. Justo en ese momento Lydia salio hacia donde nos encontrábamos.

—¡¿Podría alguien decirme que demonios esta pasando aqui?!—Grito.

Si Lydia no era el Kanima, ni yo, eso solo nos deja...

—Es Jackson—Susurré.

( . . . )

Stiles conducía tan rápido como su Jeep lo permitía. Pero al ir en sentido contrario, se detuvo ante una barrera en el suelo que le impedía continuar. Estábamos persiguiendo a Jackson, o mejor dicho, al Kanima.

Scott volteo del asiento de copiloto para decirme algo.

—Quédate aqui—Fue lo único que salio de su boca.

—¿Que hacemos ahora?—Pregunto Stiles volteando a donde antes estaba Scott, pero era demasiado tarde, el ya estaba trepando la cerca y corriendo hacia dentro.

—¿Por que hace eso?—Pregunte en voz baja sin esperar respuesta pero conseguí una.

—¿Hacer que?—Pregunto Stiles.

—Pedirme que me quede aqui, sin hacer nada, cuando puedo ayudar.

—El no cree que puedas—Respondió—Entiende, el lo hace por que quiere protegerte—Hablo y me miro a los ojos—Aunque tu no lo veas así, el te quiere como a una hermana, una hermana pequeña, alguien a quien debe proteger. Yo también te veo así, si el deja que algo te pase, no podría perdonárselo.

—Yo también quiero protegerlo a el—Dije justo antes de que mi celular sonara, era un mensaje de Allison—Es Allison, dice que Lydia no dirá nada, pero esta algo molesta.

—Ya me lo imagino—Dijo suspirando.

—Creo que debemos decirle—Opine—Scott me dijo que la única razón por la que me dijo la verdad, es por que estaba involucrada, ella lo esta ahora, deberíamos decirle.

—Tienes razón—Dijo Stiles y esta vez su celular sonó—Es Scott, tenemos que irnos—Dijo y se puso en marcha.

Nunca me contó hacia donde nos dirigíamos, tampoco me importaba mucho, solo quería ir a donde fuera que estuviera Scott y ayudarlo. Apenas unos minutos después llegamos y nos bajamos del Jeep, al parecer, estábamos en un club, Scott estaba detrás de un muro viendo hacia todos lados. Stiles se dirigió muy rápido hacia el haciendo asustar a Scott.

—Lo siento, lo siento—Dijo.—¿Viste a donde fue?—Pregunto respecto al Kanima.

—Lo perdí.

—¿Que?—Pregunte incrédula.

—¿No pudiste captar un olor?—Pregunto Stiles.

—No creo que tenga uno—Respondió.

—¿Alguna pista hacia donde va?

—A matar a alguien—Hablo Scott seguro.

—Eso explica las garras y los colmillos y todo lo demás. Todo tiene sentido ahora—Respondió Stiles sarcásticamente. Scott y yo lo miramos mal—Vamos, soy sesenta y cinco kilos de piel pálida huesos frágiles, el sarcasmo es mi única defensa.

—Solo ayúdame a encontrar eso—Pidió Scott.

—¡No "Eso"! ¡Jackson!—Respondí.

Debo admitir de que me aliviaba no ser yo la que mataba gente por todos lados, pero tampoco me agradaba la idea de que Jackson, mi enemigo, fuera el Kanima. En cualquier momento, yo podía ser la siguiente, tal vez por eso Scott se preocupaba.

—Lo sé, lo sé—Dijo Scott.

—De acuerdo pero ¿Jackson sabe?—Pregunto Stiles.—¿Alguien mas lo vio en tu casa?

—Digo, no lo creo. Ademas ya paso la prueba de Derek.

—Ese es el asunto ¿Como paso la prueba?

—No lo se.

—Tal vez es como otra cosa.—Opine y ambos voltearon a verme—Derek dijo que una serpiente no puede envenenarse por su propio veneno. ¿Cuando el Kanima no es el Kanima?

—Cuando es Jackson—Respondió Scott.

—Chicos—Llamo Stiles, estaba mirando hacia el techo del local, nos acercamos a ver que estba viendo, la cola del Kanima entrando por el techo—¿Vieron eso?

—Esta dentro—Dije.

—¿Que va a hacer ahí dentro?

—Se por quien va—Dijo Scott de repente.

—¿Que? ¿Como? ¿Olfateaste algo?—Pregunto Stiles.

—Armani—Respondió Scott y lo mire confundida—La loción de Danny—Dirigí mi mirada hacia donde Scott estaba mirando y vi a Danny entrando al club.

Inmediatamente corrimos a la puerta trasera, Stiles intento forzarla pero no pudo abrirla.

—Tal vez haya otra entrada...—Intento decir Stiles pero hasta eso Scott ya había arrancado el picaporte de la puerta abriéndola, se la entrego a Stiles.—o una manija que podemos arrancar con fuerza sobrenatural.

Entramos al club, música electrónica resonaba en todo el lugar y luces intermitentes se hicieron presentes entre la oscuridad. Tarde un poco de tiempo en adaptarme a las luces y analizar el lugar para darme cuenta de que solo había hombres.

Oh.

Era un club gay.