Camila Pov
Jodido día de mierda el que tenía hoy. Primero se me acabo el gas y me tuve que duchar con agua fría, segundo la esupida ducha dejo de funcionar y tercero cuando fui por un vaso de agua a la cocina la llave se rompio haciendo que todo el agua me saltara en la cara y para empeorar todo en un dia domingo, nadie trabajo un domingo.Maldito el día que me mude a esta casa tan barata.
Tenia que arreglar mi problema asi que me puse a llamar a distintas empresas de plomeria. Ya habia llamado a más de 5 diferentes y ninguna estaba trabajando, solo me quedaba una opción Plomerias Jauregui una de las más cara pero una de las mejores en la ciudad.
"Jauregui ¿en que le puedo ayudar?" Una voz masculina contestó.
"Queria saber si trabajan hoy" pregunté dudosa.
"Si claro, ¿necesita de nuestros servicios?" mi suerte comenzaba a cambiar. Respondi afirmativamente para que despues el hombre me preguntara mi dirección y me dijiera a que hora vendrían.
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El reloj marcaba las 6 de la tarde la cual era la hora designada para que llegara la salvación a mis problemas, ni un minuto mas ni uno menos fueron necesarios para que sonara el timbre. Una chica estaba del otro lado llevaba una polera sin mangas, un overol amarrado a la mitad del cuerpo y su pelo en una coleta. Era guapa pero de seguro se había equivocado y estaba llamando a otra casa.
-¿Si que necesitas?- pregunté cortésmente provocando que la chica más alta leyera algo en en una tabla que tenía un papel.
-Buco a la Señorita Cabello- volvio a subir su mirada hasta mi dejandome ver que sus ojos eran de color verde. Olvide mencionar lo profunda que era su voz que provoco que los pelitos de mi nuca se erizaran.
-Soy yo- extendió su mano para poder saludarme y yo extendi la mia para corresponderle.
-Soy su salvación. Me llamo Lauren Jauregui- una mujer plomera y nada más que la propia hija del dueño. Había escuchado un par de cosas de ella, sabia que trabajaba con su padre y se especulaba que tenía un miembro extra, con eso me refiero a que tenía un pene entre sus piernas. -¿Me deja pasar o no quiere que le arregle sus problemas?- su voz me devolvio a la realidad.
La invite a pasar llevandola hasta la cocina que fue la primera parada, me explico todo lo que haria en la cocina pero mi cabeza solo entendio la mitad de eso. La deje trabajando para poder ir a cambiarme de ropa a mi cuarto por algo más cómodo.
Cuando volvi a la cocina mi boca se seco al instante y mi cuerpo se acaloro, Lauren estaba sudada, los musculos de sus brazos y espalda se marcaban cuando movia las herramientas. Pude ver que su camiseta estaba ligeramente mojada no tan solo por el sudor tambien por agua. Al parecer noto mi presencia porque detuvo su trabajo y se acerco a mí lado, paso una mano por su frente secandose el sudor mientras se aproximaba a mi.
-Señorita tiene una toalla. Es que me moje- mis ojos se abrieron como plato, maldita mente pervertida mía. Se dio cuenta de que habia entendido mal sus palabras haciendola reir. -Su llave volvio a explotar y me baño en agua-
-Si claro acompañame arriba- me encaminé al segundo piso seguida por Lauren. Entramos a mi habitación, busque una toalla y se la entregué. Mientras se secaba su cuello, cara y polera me dedique a mirarla dandome cuenta que su overol estaba mojado dejandolo pegado a su cuerpo en especial en su entrepierna dejandome apreciar su miembro, el cual no era pequeño era bastante grande. Relami mis labios sin poder sacar la mirada del lugar.
-Señorita- nuevamente su voz me saco de mis pensamientos. Un suave rubor se extendia por sus mejillas haciendola lucir muy bien. -Gracias por la toalla debo seguir con mi trabajo- me entrego la toalla, iba casi a salir por la puerta cuando mi gran bocota hablo.
-Lauren- detuvo sus pasos girandose hacia mi. -Si quieres puedo secar tú overol. Esta un poco mojado- me acerqué un poco más a ella viendo como se tensaba debio a su proximidad y su atenta mirada. -Yo te ayudo- no sabia de donde había sacado el coraje para decir eso y comenzar a bajar la prenda de la chica castaña. Mis manos se posaron en la orilla de la prenda bajandola solo un poco dejando a la vista el dobladillo de su boxer.
