Capítulo VII

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- La mujer de Bobby. - Esas palabras son como un balde con agua fría. Es imposible... ¿Mi papá engañaba a mi mamá, la mujer que tanto amaba?.

- Es imposible, mi papá no tenía otra mujer además de mi mamá. - Le digo cortante, algo ya muy común en mi.

- Lo siento cariño, pero no sé de qué estás hablando, mi Bobby no tenía ninguna hija además de nuestro Harry.

- Me parece que te equivocaste de persona, porque yo no tengo ningún hermanastro.

Wow Ashley, menos mal que tomaste las pastillas si yo esa mujer ya estaría muerta.

- Hum, yo no me equivoqué de persona, acá dice perfectamente Bobby Brooks. - Me voy a desmayar, estoy segura. Si antes mi cabeza estaba echa un lío, ahora peor.

- ¿Cómo te llamas, cielo?. - ¿Es joda? ¡¿Nos acabamos de enterar que mi papa nos mentía y me pregunta cómo me llamo?!.

- Me dices que eras la mujer de mi papa, el cual hasta que murió estaba con mi mama, ¡¿y no haces más que preguntarme cómo mierda me llamo?!. - Las pastillas ya están dejando de hacer efecto, definitivamente.

- Hey, tranquila, solo quiero tomar todo con calma... Yo soy Alexandra Johnson, ¿y tú eres..?.

Sé amable una vez en tu vida.

- Ashley, Ashley Brooks. - No quiero ser amable.

¿Ustedes no estarían mucho peor si se enteran que su padre tenía otra vida además de esta? Yo siento que voy a explotar.

- Muy bien Ashley, ¿por qué mejor no vamos a una cafetería a hablar mejor? No es agradable hablar en un cementerio.

Asiento y nos dirigimos hacia su auto.

(...)

Resulta ser que Alexandra estuvo con mi papa tiempo después de que él se casara con mi mamá. También tengo un hermanastro dos años mayor que yo.

Estoy tan enojada que por poco me sale humo por las orejas. Pienso en mi papa y en vez de extrañarlo, me dan náuseas.

El hecho de que estuvo con otra mujer no me agrada para nada. Y Alexandra me invitó a su casa el viernes por la noche, porque quiere conocerme mejor. Cosa que yo no acepté, y le dije que por el momento no estoy interesada en hablar con la amante de mi padre.

Ahora estoy esperando a Emmett, necesito hablar con alguien o voy a morir.

Ya estoy acostumbrada a pasar cumpleaños de mierda, pero nunca como este.

En el momento en que iba a ir a la cocina para prepararme algo de comer, suena el timbre.

- ¡Emmett!. - Digo corriendo a sus brazos, cada vez que lo necesito siempre viene.

- Princesa, ¿Qué pasa? Nunca estás tan cariñosa. - Hay que decir que a mi amigo le tomó por sorpresa el abrazo, pero no dudo ni un segundo en corresponderme.

- Es que necesitaba uno, Emmett, mi papa tenía otra mujer. - Suelto abrazándolo otra vez, pero con lágrimas.

Puede que uno intente ser fuerte. Pero serlo no significa que no se pueda llorar, aunque no quieran llorar les hace bien, y si se preocupan por verse débiles por hacerlo. Quiero decirles que son unas idiotas, porque hasta el más fuerte llora, y les digo algo... ¡Llorar no es un delito!.

— ¿Qué? ¿De qué estás hablando Brooks?. — Mi amigo está igual que impresionado que yo cuando me enteré.

— Lo que escuchaste. Conocí a esa puta mujer en el cementerio, empezaron a salir dos años después de que mis papas se casaran. ¡Y adivina que! Tengo un hermanastro, dos años mayor que yo... Ah y me olvidaba, Alexandra me invitó a cenar el viernes por la noche, obvio le dije que no.

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