9. La Inquisición: Desarrollo del terror

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"Initium sapientiae, timor Domini" (Proverbios I, 7): El inicio de la sabiduría, el temor del Señor. El miedo es el más útil de los frenos y la Inquisición, del latín inquisitio - "investigar"-, era un tribunal diseñado para infundir miedo y crear terror en los creyentes, según la opinión de los expertos en el tema. Y no se dejaba nada a la improvisación; los Manuales establecían todos los detalles del procedimiento en los métodos y en las técnicas que el inquisidor debía de seguir en su misión de erradicar la herejía.

Veremos distintos pasos y procedimientos de este tribunal, desde la incoación del proceso hasta su desenlace que solía ser la hoguera: La denuncia, el período de gracia, procedimientos para interrogar, la tortura, san benitos, autos de fe, torturas, cárceles y otros.

EL PROCEDIMIENTO INQUISITORIAL. PRIMEROS MANUALES.

Uno de los primeros libros de cabecera de los inquisidores fue el Directorium Inquisitorum (Manual de Inquisidores) de Fray Nicolás Eymeric, escrito hacia 1376 en Aviñón, por este dominico catalán nacido en Gerona en 1322. Es un tratado que recopila las leyes y normas inquisitoriales vigentes que todo inquisidor debe saber y practicar en el correcto uso de sus funciones. Fray Nicolás había sido un polémico inquisidor que persiguió con extremo rigor a los seguidores de las doctrinas de Ramón Llull, por lo que se enemistó con Pedro el Ceremonioso, quien ordenó que fuese expulsado de Gerona en 1375. Después lo sería por Juan I de Aragón, pero gozó de los favores de los Papas Clemente VII y Benedicto VIII.

El Manual de Inquisidores de Eymeric es una síntesis de la documentación existente hasta ese momento; en ella, se amparaba y justificaba la estructura del aparato represor de la Iglesia y se codificaba todo para el ulterior uso de los inquisidores. Todo un montaje jurídico, reeditado muchas veces, para erradicar la peste de la herejía.

Anteriormente, entre 1244 y 1254, en el Languedoc, cuatro frailes dominicos habían redactado otro manujal; también fue famoso, el manual de Bernardo Gui Practica inquisitionis hereticae pravitatis, redactado hacia 1320; y, entre los formularios indispensables, está la colección de los Decretales, establecidos por Raimon de Penyafort en 1230, por orden del Papa Gregorio IX.

Un siglo más tarde asistiremos al nacimiento de otra joya de la Inquisición: el Malleus Maleficarum, que estudiaremos al final de este apartado.

Ante los resultados de tales procedimientos no suenan vacías la palabras de Samuel Usque cuando habla de la Inquisición en el siglo XVI: ... un monstruo salvaje, de forma tan extraña y tan terrible semblante, que toda Europa tiembla con la sola mención de su nombre.

La verdad os hará libres, había dicho Jesús en Juan 8,32. La libertad que aportan estos procedimientos no se ve por ninguna parte. Más bien se puede hablar de mentira y esclavitud.

EL PERÍODO DE GRACIA

Antes de la llegada del Inquisidor con el séquito de sus familiares (colaboradores), se notificaba oficialmente la presencia y sermón del Inquisidor en el templo principal de la ciudad a todas las autoridades pertinentes y en todas las iglesias de la comarca.

Llegado el día y la hora, el templo estaba abarrotado, no cabía una persona más. La tensión y la ansiedad de los feligreses se hacían notar. Iniciada la santa misa, hechas las correspondientes lecturas litúrgicas, epístola y evangelio, el dominico inquisidor, investido con los sagrados ornamentos, sabedor de su papel de delegado Papal -todos los demás asistentes, obispo, sacerdotes, poderes públicos, señores y vasallos, estaban bajo su poder y autoridad-, se prepara para la homilía. Él, de humilde cuna, sólo poseedor de algunos conocimientos de la Filosofía escolástica, de algunos cánones y poco de Teología, inicia el ascenso por la escalinata del púlpito, empavonado de poder y prepotencia, consciente de que, en calidad de juez plenipotenciario, la vida de aquellos pobres seres humanos, que con reverencia y temor estaban esperando su doctrina y sus amenazas, estaba en sus manos.

La otra cara de la Iglesia CatólicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora