Especial: Marketing de la Iglesia en pleno siglo XXI

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"El Papa revoluciona la idea de familia católica: Los divorciados vueltos a casar no están excomulgados"

Con este título amanecí el día de hoy y decidí hacer un análisis sobre este tema muy controvertido que aqueja a la Iglesia, debido a eso pospondremos para después el capitulo que tenía preparado sobre la Inquisición Católica ya que este asunto muy actual sobre las doctrinas de la familia católica dejaba mucho de que hablar, de como la Iglesia para atraer mas gente es capaz de cambiar la historia de sus propias doctrinas y cambiar hasta la misma Biblia en pleno siglo XXI, júzguelo usted mismo.

Escribe eldiario.es:

"El Papa Francisco parece decidido a cambiar el rostro de la Iglesia católica, y cambiar las condenas por la acogida, la integración y el respeto. Mal que le pese a buena parte de la jerarquía europea -especialmente la italiana, la polaca y la española-, que, tras un fracaso matrimonial, deciden rehacer su vida junto a otra persona, y formar nuevas familias. Así de rotundo se ha mostrado durante su primera audiencia general tras el breve descanso veraniego, donde ha señalado que los divorciados vueltos a casar "no están excomulgados" y que "forman parte de la Iglesia. Propuestas como una vía para que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar, se reconozcan las virtudes objetivas de las uniones no matrimoniales y una mayor acogida a las parejas gay ya fueron suscritas mayoritariamente en la primera fase del Sínodo, celebrada el año pasado, aunque no alcanzaron los dos tercios necesarios. Sin embargo, el propio Papa, en lugar de cerrar el debate, determinó que ambas cuestiones volvieran al orden del día de este encuentro."

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, dedica su carta pastoral al matrimonio y, en alusión a las reformas planteadas dentro de la Iglesia por el Papa Francisco sobre el divorcio y la nulidad matrimonial, ha asegurado que nadie puede deshacer -ni siquiera el Papa- lo que Dios ha unido por voluntad de los esposos en el sacramento del matrimonio. Demetrio Fernández asegura, además, que quien después de divorciado se casa con otra pareja comete adulterio: "¿Puede el hombre casarse con otra mujer, o la mujer con otro hombre? Jesús responde: No. Si se une a otro/a comete adulterio (...) Si el marido o la mujer, dejando a su primer cónyuge vive maritalmente con otro/a, comete adulterio".

El obispo de Córdoba aboga por que la Iglesia se mantenga firme en preservar que "lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre" y señala a quienes lo discuten: "Algunos han tenido la osadía de proponer que la Iglesia suprima esta enseñanza de Jesús". En un párrafo más conciliador, Demetrio Fernández dice que "la Iglesia quiere acercarse a sus hijos que sufren por la fractura de su matrimonio. Y quiere tender su mano hacia los que viven separados o divorciados, e incluso han comenzado una nueva relación. Asegura que la Iglesia les acogerá "como hijos, de manera que no se sientan excluidos o excomulgados" aunque advierte que "no puedan recibir los sacramentos".

Los más beligerantes, sin duda, son una minoría de cardenales -muchos de ellos apartados de sus cargos en los últimos meses- que no dudan en arremeter contra las reformas de Francisco, llegando a dudar incluso de su legitimidad. A las críticas por la nueva normativa sobre las nulidades, se han sumado diversas publicaciones, como la que ha llevado a once purpurados -entre ellos, el exarzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela- , a manifestar su rechazo a que los divorciados que se hayan vuelto a casar puedan comulgar, considerando que las rupturas matrimoniales son una pandemia y afirmado que las uniones de parejas homosexuales desafían el sentido común.

Algunos de ellos, incluso, van más allá, como el cardenal de Bolonia, Carlo Caffarra, quien ha subrayado que admitir "legítimamente" a los divorciados que se han vuelto a casar en la Eucaristía "niega la ontología sacramental del matrimonio y reduce la indisolubilidad a una ley moral". "No es posible. Tal admisión querría decir cambiar la doctrina del matrimonio, de la eucaristía, de la confesión, de la Iglesia sobre la sexualidad y tendría una relevancia pedagógica destructiva porque ante esta decisión, especialmente los jóvenes podrían concluir que no existe un matrimonio indisoluble", asegura.

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