Capítulo 4

5.2K 178 13
                                    

Aquella chica se sentó junto a makenna, estuvieron ambas respirando en el mismo ambiente, ambas sin decirse nada. ¿Qué estarían pensando? Quizá imaginándose una loca historia de amor entre ellas o simplemente Makenna pensando en Brad y ella... Ella deseando no estar ahí.

La sala se mantuvo en silencio todo el tiempo lo único que se podía escuchar era el pequeño rechinar que provenía de la puerta de Secretaría, la cual era abierta una y otra vez por maestros que llegaban a dejar informes o reportes durante las horas de clase. El silencio se rompió cuando Makenna habló y no precisamente a la chica que tenía a lado sino a la secretaria.

Makenna: ¿Puedo irme ya? Al parecer la Directora se demorará mucho más de lo que imaginaba.

Secretaria: Misuraco estoy muy ocupada como para encargarme de estos temas de adolescentes ahora, así que esperas pacientemente y haz silencio ¿Ok?. —Volviendo su mirada hacia el computador.

***: Si yo fuera tú hace rato me hubiera ido de aquí. —Makenna volteó a su izquierda para observar a la chica que le había dicho eso.

Makenna: Pero yo no soy tú, hay una enorme diferencia.

***: Ok, yo sólo decía. -Callándose y volviendo a sus pensamientos.

Makenna: ¿Por qué estás aquí? No te había visto antes. —La chica más alta sólo la miró y siguió en silencio. —Makenna volvió a hablar. —Te he preguntado algo deberías responderme.

***: Soy nueva y de seguro me verás aquí más seguido. —Perdiendo nuevamente su mirada hacia un punto muerta en la pared.

Makenna: Púes si será así, mucho gusto, Makenna Misuraco —Extendiendo su mano hacia la chica de a lado quien sólo la miro extrañada y respondió.

***: Annie, mucho gusto.

Makenna: Tú nombre es muy dulce para parecer tan ruda.

Annie: Mi madre lo eligió —Respondiendo fríamente y girando ahora su mirada hacia el pasillo.

Makenna: Lo siento si dije algo que te ofendió, sólo fue un comentario.

Annie: Descuida, no pasa nada.

La directora junto a la Madre de Annie salieron de la oficina.

Directora: Misuraco espérame en mi oficina ya entro.

Makenna: Está bien. —Se paró y se iba dirigiendo directo hacia la oficina sin antes voltear y ver por última vez a la Chica alta y despedirse cortésmente —Adiós Annie —Quien le respondió con un frío adiós también.

Y ahora les hablaré de Annie, Annie Pineda, 17 años, parece ruda, pero detrás de esa rudeza se esconde alguien con temor. Su vida no ha sido fácil, descubrió que le gustaban las chicas por su maestra de Educación Física cuando tenía 14 años ¡Que loco! ¿No?. Le importa poco lo que piensen de ella, cuando cumplió 15 empezó a beber y a fumar. Desde entonces lleva una vida descontrolada, alcohol, cigarro, una que otra sustancia extraña, sexo y cada fin de semana es una fiesta para ella, donde no le importa nada sólo embriagarse hasta perder totalmente la cabeza "literal" pero no les hablaré más, mejor dejemos que ella nos cuente un poco sobre como vino a parar hasta aquí.

Narra Annie
Es una mierda que ya esté inscrita en éste asqueroso lugar, o sea, yo no quería cambiarme, no quería dejar atrás a tantas cosas de mi antigua escuela y mi antigua ciudad. Es cierto que decepcioné a Mamá al saber que soy lesbiana. ¿Pero qué se le puede hacer? No es mi culpa que me gusten más las vaginas que los penes, no es mi culpa que prefiera admirar a un cuerpo de una mujer frágil, suave, que a un cuerpo grotesco y fuerte de un hombre. Después de enterarse de todo eso de mi "historia de amor" con Michelle si entre comillas porque a eso no le puedo llamar amor, desechar 2 años de relación por haberme engañado la mitad del año con la tipa de la cafetería de la esquina de su casa. ¡Maldita sea! ¿Dar todo para recibir esto a cambio? Y en fin, creo que después de todo no debería estar enojada con mamá, sé que todo esto ahora apesta y que por ello ahora esté aquí en una nueva ciudad, una nueva escuela, sé que me tomará mucho tiempo adaptarme a éste lugar y más aún cuando se enteren que soy lesbiana. No debería ser un problema para mí, de hecho no lo es, no tengo porque ocultarme, pero de seguro en éste lugar deben haber tantas personas de mente cerrada que me tocará callarles la boca donde se metan conmigo.

¿Tenías que ser tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora