Capítulo 21

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Narra Makenna
La última vez que te vi, cómo pude ser tan ciega, cómo pude ser tan egoísta. Trato de buscar respuestas y no las encuentro. Es que mis impulsos estuvieron de más, el maldito dolor que sentía por el hecho de saber que habías sido nuevamente de aquella persona que te hizo feliz en su momento, lo jodió todo, realmente lo jodió. Me dejé llevar, yo sola lo arruiné, yo sola... Si tan sólo ese día no te hubiera dejado partir sin algún "Te amo" o "Te hice el amor" porque necesitaba hacerte mía una vez más, si tan sólo lo hubiera dicho. No te estaría visitando aquí, en ésta mierda de lugar, con olor a humedad, a culpa, eterna culpa.

¿Sabes? Te echo de menos, lo hago todos los días. Recuerdo cada cosa que pasamos juntas, estoy viviendo a través de recuerdos... Lo sé, no es bueno esto, es una tortura.
Han pasado ya 10 meses, sé que debería dejarte partir de una puta vez, pero no puedo, en serio no puedo. Siento que en cualquier momento te volveré a ver, te volveré a besar y volveré a sentir tus abrazos. Te necesito, te necesito aquí a mi lado, junto a mí. ¡Vuelve! ¡Maldita sea! ¡Vuelve!

Llamada telefónica
Megan: ¿Dónde estás? Te fuimos a buscar a tu casa con Natt y tú mamá dijo que habías salido para verte con nosotras, le tuvimos que inventar que seguramente nos cruzamos y ya estarías esperándonos ahí para platicar. Quizá ella se crea ese cuento pero sabemos que no es así.

Makenna: En el lugar de siempre... —Contestó ignorando todo lo mencionado antes.

Megan: ¡Por Dios! ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo te torturarás de esa forma?

Makenna: No digas más ¡Por favor! —Su voz volviéndose frágil.

Megan: Te estaremos esperando en la cafetería de siempre, espero y ésta vez si llegues. Necesitamos verte.

Y sin más la llamada fue finalizada.

Les narraré un poco lo que ha ocurrido estos largos 10 meses después de la muerte de Annie.

Luego de aquel día cuando Makenna se enteró de la muerte de su novia sus días se tornaron totalmente grises, esperó una semana más para poder acercarse a la Madre de Annie. Un día simplemente llegó hasta ahí y fue inevitable no llorar junta a ella, le ofreció una disculpa por no haber estado antes, la señora la comprendió. Makenna no estaba en las mejores condiciones para haberse dado la oportunidad de haber estado ahí antes. Fueron juntas al cementerio, la llevó hasta donde ahora estaría descansado el cuerpo de aquella chica. Fue una escena muy triste, Makenna se acerco casi de inmediato hacia la tumba y cayó lentamente sobre ella, recostándose y empezando a llorar, lamentándose por todo, la madre de Annie ésta vez sólo observaba, ya no lloraba, ya no quería hacerlo, debía ser fuerte. Le había costado mucho dejar ir a su hija y aceptar que ya no estaba más con ella. Así que sólo observo la escena y cuando vio que fue necesario acercarse y ofrecerle un abrazo a Makenna lo hizo.

Para Makenna ir a visitarla todos los días a su tumba ya formaba parte de su rutina, lo cual era muy preocupante para sus amigas, ya que no la veían tan bien. Seguía con su vida normal...

Su fiesta de graduación la pasó sola en casa, su Madre tuvo que salir de viaje para resolver ciertos problemas con su empleo, así que ese día luego de la ceremonia llego a su casa y ordenó una pizza. Quizá no fue la mejor celebración pero a veces la mejor compañía es estar con uno mismo, pensando y meditando. Y púes echaba de menos a Annie, era su fiesta de graduación también, lastimosamente hay cosas que no pueden darse. Las chicas la estuvieron llamando para salir esa noche y embriagarse hasta perder la cabeza pero ella rechazó la propuesta, en primer lugar no le gustaba ese tipo de cosas y segundo no tenía ánimos de nada, sólo quería estar sola y disfrutar de su propia compañía. Ya se le había hecho costumbre.

***
Megan: Sabía que ésta vez si ibas a venir. —Dándole un abrazo.

Makenna: No les fallaría una vez más. —Acercándose ahora hacia Natt.

Natt: Extrañábamos verte Makki.

Megan: ¿Cómo va todo?

Makenna: Bien, supongo. —Encogiéndose de hombros.

Natt: ¿Supones?

Megan: ¡Vamos! Makenna, ya han pasado muchos meses, deberías dejar de sentirte así.

Makenna: ¿Qué fácil decirlo? ¿no?

Natt: No, no Makki, ella no lo quiso decir en mala onda. Sólo estamos preocupadas por ti, ya casi no te vemos, ni siquiera quieres salir con nosotras, pasas sola en tu casa, cuando sales sólo es para ir a su tumba.

Makenna: Sólo denme un poco más de tiempo, necesito sanar un poco ésta herida, no es fácil.

Cuando alguien que amaste, quisiste y formó parte de ti muere jamás superarás su partida, jamás. Porque al que muere no sé lo supera sólo se lo guarda en un lugar de tus pensamientos y aprendes a vivir con el dolor. Y lo buscarás siempre a través de los recuerdos, de los lugares, los aromas y de todas las formas posibles, lo buscarás.

Annie: ¿Sabes? Quiero volver a los días hermosos, estoy volando sola en esta oscuridad, en mis noches solitarias. La verdad está oculta por las cicatrices... Quiero volver a ese lugar feliz. —Mirando a través de la ventana.

Makenna: ¡Te necesito! —Tratando de acercarse a ella, pero ésta se alejo un poco. Su mente ya no andaba muy bien.

Annie: Es irónico que en esta vida también seamos nosotros quienes nos saboteamos la felicidad... —Caminando a través de la habitación.

Makenna: Lo sé... ¿Nos podremos ver todos los días?

Annie: Todo está en tu cabeza, amor, si tu quieres verme sólo ve ahí y búscame te estaré esperando.

Makenna: Lo haré. —Sentándose sobre el pequeño sofá que había en su habitación y observando por su ventana. —Te extraño. ¿Por qué apareces ahora? Te estuve esperando desde hace mucho ¡Quería verte!

Annie: También lo hago, me buscas todo el tiempo, estás tratando de verme nuevamente y púes ahora estoy aquí —Sentándose junto a ella. —Pero debes continuar sin mí, bebé.

Makenna: No puedo, acaso no ves lo mucho que estoy sufriendo. —Mirándola a los ojos, los cuales aún guardaban un poco de brillo al mirarla pero por otra parte solo expresaban tristeza.

Annie: Debes dormir. —Poniéndose de pie

Makenna: Aún no te vayas. —Suplicó.

Annie: Debes dormir ahora, son casi las 4 de la mañana, debes descansar. —Ordenó

Makenna: ¿Te veré luego? —Preguntó

Annie: Claro. —Respondió para luego desaparecer.

Es un poco extraño como hay cosas que te pueden cambiar, te pueden hacer perder la cabeza hasta el punto de ir perdiendo poco a poco la cordura. Y es que muchas veces tu mente siempre será tú peor enemiga o serás convicto de la realidad.

¿Tenías que ser tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora