Prólogo

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Preguntarle a alguien hasta cuando siguió creyendo en Santa Claus es tan absurdo que no sirve ni como tema de conversación para pasar el rato. Si aún así insistes en preguntarme cuanto tiempo de mi infancia lo pasé creyendo en un hombre mayor metido en un traje rojo, puedo decirte sin ninguna duda que nunca creí en él desde el principio.
Ya sabía que el Santa de preescolar era falso. Y si mal no recuerdo, por la cara que ponían el resto de chavales al ver a nuestro director vestido de santa, ellos tampoco debían creer que fuera real.
De hecho, creo que simplemente fui un niño precoz que ya cuestionaba la existencia de un viejo que solo trabajaba en navidad incluso antes de ver a mi madre besándolo. En cambio, con los aliens, viajeros del tiempo, fantasmas, demonios, y personas con poderes, o las batallas entre organizaciones malvadas con los típicos héroes de los dibujos animados, pelis de serie B y mangas , no me di cuenta de que no eran reales hasta no hace mucho.
No. Seguramente ya lo sabía. Es simplemente que no quería admitirlo.
En el fondo, siempre he deseado que los aliens, viajeros del tiempo, fantasmas, demonios, personas con poderes o malvadas organizaciones apareciesen justo delante de mí.
Comparado con este aburrido mundo en el que me acuesto y levanto cada día, esos otros mundos que aparecen en los dibujos, las pelis cutres y los manga, tienen un cierto encanto la verdad.
¡Ojala hubiera nacido en uno de esos otros mundos!
Salvar a una chica que ha sido secuestrada por extraterrestres y encerrada en una enorme prisión en forma botella. Enfrentarme a los disparos láser de un viajero del tiempo que intenta cambiar la historia para su provecho contando solo con mi astucia y valentía. Hacer desaparece demonios y espíritus malignos de un solo hechizo. Librar una dura batalla contra personas con poderes paranormales de una organización secreta.
Básicamente, ¡estas son la clase de cosas que desearía hacer!
Espera, calmémonos un momento. Asumiendo que los aliens, y demás vinieran a atacarme, yo, sin tener ningún tipo de poder especial, no tendría ninguna posibilidad de presentarles batalla. Habría que pensar en algo más.
Un misterioso estudiante de intercambio llega a mi clase un buen día. Este estudiante resulta que es un alíen, o que viene del futuro o lo que sea, simplemente algo que le permita poseer unos poderes desconocidos. Luego resulta que se dedica a luchar contra bandas de malvados, así que yo simplemente he de encontrar la manera de verme involucrado en la pelea. El seria el que lucharía, yo solo estaría como soporte. Hey, pues eso suena bien. Que listo que soy.
O, tal vez esto. Un día me despierto y resulta que tengo extraordinarios poderes, telepatía o psicokinesia o algo así. Y resulta que hay varios tíos más con poderes especiales. Por supuesto hay una organización que va reclutando a esta gente. Miembros de la organización buena vienen a buscarme, así que termino luchando junto a ellos contra la organización mala que pretende dominar el mundo.
Sin embargo, la realidad es bastante cruel.
La verdad es que nadie ha sido transferido nunca a mi clase. Nunca he visto un solo ovni. He visitado todos los lugares supuestamente malditos de la ciudad y no he visto ni un solo espíritu o demonio. Mirar fijamente a un lápiz durante dos horas no hace que se mueva un solo milímetro. Y no hay manera de leer la mente de mi compañero por mucho que me fije en su nuca.
Uno tiene que admirar lo bien que están escritas las leyes de la física. Y entonces sentir un impulso incontrolable de reírse de si mismo. En algún momento, dejé de estar pendiente de los programas sobre ovnis y fenómenos paranormales. No pueden existir, de ninguna manera... eso pensaba, a pesar de que continuaba deseándolo. Así que supongo que mi habilidad para mantener mis convicciones al mismo tiempo que asumía la realidad, es una señal de que he madurado.
Cuando me gradué de la secundaría, me gradué también de estos sueños infantiles y me acostumbré a la rutina de este mundo. El fin de año 1999 fue mi última esperanza, y tampoco esperaba que pasara nada del otro mundo. La humanidad ahora ha llegado al siglo XXI sin haber llegar más allá de la luna. Parece que lo de viajar a Alfa Centauri y volver en un día es algo que no veré durante mi vida.
Con estos pensamientos en un rincón de mi mente, ingresé en el instituto sin esperar demasiado del mundo...
Hasta que me encontré con Haruhi Suzumiya.

 Suzumiya Haruhi No Yuutsu Vol.1 ("La Melancolía De Haruhi Suzumiya")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora