Capítulo 7(Parte1)

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Autoproclamada como una interfaz humana creada por aliens. Autoproclamada como una viajera del tiempo. Autoproclamado como miembro de una organización de gente con poderes psíquicos. Cada uno de ellos me ha mostrado pruebas irrefutables de su autentica identidad. Al parecer, los tres, cada cual por sus propias razones, se han dedicado a investigar a Haruhi Suzumiya. Muy bien, puedo vivir con eso. O no, ¿Cómo demonios voy a vivir tranquilo con esto? Aun que aceptara todo lo que ha sucedido o dicho hasta ahora, todavía hay una cosa que no llego a comprender.
¿Por qué yo?
Según Koizumi, los aliens, viajeros del tiempo y gente con poderes se están reuniendo alrededor de Haruhi porque ella deseaba que esto pasara.
¿Pero que pasa conmigo?
¿Por qué me he vito metido en este delirante desastre? Yo soy cien por cien un genuino ser humano normal y corriente. Nunca me he despertado de golpe con recuerdos de una extraña vida pasada. No he hecho nunca nada de importante que mereciera ser contado. No tengo ningún súper poder ni nada parecido. No soy más que un estudiante normal de instituto.
¿Quién ha escrito semejante guión?
¿O a lo mejor alguien me ha dado alguna extraña droga, y resulta que ahora estoy alucinando? ¿Tal vez sea todo una fantasía? ¿Quién esta detrás de todos esto?
¿Eres tú, Haruhi?
Sí, seguro.
Aunque no es de mi incumbencia.
¿Por qué tengo que preocuparme tanto por este asunto? Parece que todo es culpa de Haruhi. En ese caso, ella es la única quien debería de preocuparse por todo esto, no yo. No tengo ningún motivo por el que estar confuso para empezar. Ninguno. Ni uno en absoluto digo. Lo he decidido. Y respecto a Nagato, Koizumi y Asahina-san, si quieren seguir incordiándome con sus secretitos, ¿por qué no se lo dicen todo directamente a Haruhi? Le pase lo que le pase al mundo después es responsabilidad de Haruhi. No tiene nada que ver conmigo.
Haced lo que os dé la gana. Pero no me metáis a mi de por medio.
El inicio oficial del verano parece que está acelerando su llegada. Estaba subiendo la colina todo sudoroso, me saqué la chaqueta y me sequé el sudor antes de aflojarme la corbata y de desabrocharme lentamente los tres primeros botones de la camisa. Si ya hacia este calor por la mañana, ni me imagino como estaremos al mediodía. Mientras reflexionaba sobre lo desesperante que era realizar cada mañana esta especia de excursión, alguien me golpeó en el hombro. No me toques. Me das aún más calor. Me giré sólo para ver la sonriente cara de Taniguchi.
“¡Buenas!”
Taniguchi se puso a mi altura, también estaba sudando a mares. Se le veía bastante animado mientras hablaba de tonterías. “Vaya mierda. Tanto que me costó peinarme bien y ahora estoy todo sudado.”
“Taniguchi.”
Le interrumpí en cuando se puso a hablar de su perro, un tema que me la pelaba completamente, para hacerle la siguiente pregunta.
“Soy un estudiante normal de instituto, ¿verdad?”
“¿Huh?”
Taniguchi puso una forzada cara de diversión, como si acabara de escuchar un divertido chiste por primera vez.
“Define normal primero. Luego te lo diré.”
No debí de preguntarle a él.
“Era broma, era broma. ¿Que si eres normal me dices? Pues mira, no es muy normal tirarse contra una chica en el suelo de una clase vacía.”
Parece que aún se acuerda de eso, cosa bastante obvia.
“Pero yo también soy un tío. Tengo el suficiente conocimiento y orgullo como para no implorar que me expliques la historia. Pera ya sabes, ¿verdad?”
Ni idea.
“¿Cómo conseguiste acercarte tanto así de repente? Y con Yuki Nagato, una de tipo A- según mi escala.
Es una A-, vaya. Pero…
“Pues la verdad…”
Se lo expliqué. La historia que tenía Taniguchi en mente no era más que una ilusión, una fantasía, una historia ficticia. Nagato no es más que una desafortunada victima de cuando Haruhi invadió el cuarto de su club. Ella estaba desesperada porque no podía realizar las actividades del club de literatura, así que vino a mí en busca de ayuda. Quería preguntarme si había alguna manera de hacer que Haruhi se fuera del cuarto. Simpatizaba con la causa de la pobre chica así que sentí que tenía que ayudarla. Decidimos que teníamos que planear alguna tipo de medida en algún lugar donde Haruhi no nos pudiera encontrar. Así que se me ocurrió de encontrarnos en clase después de que Haruhi se hubiera ido. Entonces a Nagato le sobrevino su anemia crónica y se desmayó, yo enseguida me lancé para cogerla y que no cayera contra el suelo. Entonces es cuando entraste tú, Taniguchi. De acuerdo, ya que la verdad había salido a la luz, no se me ocurrió nada más que la típica excusa.
“Mentiroso.”
Inmediatamente descartada. Mierda. Creí que mi mezcla de realidad y ficción habría creado la historia perfecta.
“Incluso aunque me tragara tus bolas, el hecho que la antisocial Yuki Nagato viniese a ti a buscar ayuda ya te convierte en alguien poco normal.”
¿Nagato era tan popular, huh?
“Además, eres de la banda de Suzumiya. Si tú te consideras un estudiante normal, entonces yo soy tan normal como una pulga de agua.”
Supongo que no pierdo nada por preguntar.
“Oye Taniguchi. ¿Tú tienes poderes paranormales?
“¿Heh?”
La cara de idiota que puso era de postal. Parece como si te acabaras de enterar de que tu hermosa novia acaba de unirse a una secta religiosa de esas peligrosas, Taniguchi.
“…Ya veo, al final te has quedado infectado por el virus de Suzumiya… No ha sido por mucho tiempo, pero ha sido un placer conocerte. Aléjate de mi o me contagiaras la suzumiyaria.”
Le di un golpe con el codo, y luego se empezó a reír a saco. Si el tiene poderes, entonces yo soy el secretario general de la ONU.
Mientras caminábamos por el patio de cemento que hay entre la entrada del instituto y el edificio principal, supongo que me sentí como agradecido. Al final pude olvidarme del calor por un momento.
Parece que ni siquiera Haruhi puede con este calor. Estaba estirada sobre su mesa mirando con indiferencia las montañas a lo lejos.
“Kyon, me estoy achicharrando.”
Claro, y yo también.
“Abanícame.”
“No voy a abanicar a nadie, solo a mi mismo. No tengo tanta energía como para ir gastándola contigo de buena mañana.”
Haruhi se quedo mirando al frente, como si nunca hubiera dicho todo eso de ayer.
“¿Qué es lo próximo que debería llevar Mikuru-chan?”
Después de conejita y criada lo siguiente tendría que ser… Espera, ¿pero aún hay más?
“¿Orejas de gato? ¿De enfermera? ¿O tal vez de reina?”
Me imaginé a la pequeña figura de Asahina-san vestida con las diferentes posibilidades, me sonrojé. Se me iba la cabeza. Es que es tan guapa.
Mientras pensaba en cual quedaría mejor, Haruhi estrecho las cejas, me miró fijamente, y jugueteó con el pelo de detrás de la oreja.
“Pervertido.”
Esa era la impresión que le daba. Pero si has sido tú quien has sacado el tema. Bueno, puede que en el fondo tenga razón, así que tampoco puedo objetar nada. Se estaba abanicaba el pecho con una libreta…
“En serio, que aburrimiento.”
Los labios de Haruhi se curvaron creado una autentica ‘v’ al revés. Parecía un personaje de comic.
La infernal clase de gimnasia de la tarde que acabó siendo una barbacoa bajo la radiación del sol terminó al fin. No nos hagas correr durante dos horas, maldiciendo a Okabe-sensei de varias formas nos fuimos a la clase 1-6 para cambiarnos empapados de sudor. Luego volvimos a la 1-5.
Las chicas se fueron un poco antes por lo que ya estaban cambiadas, pero aunque la última hora se hacia en clase, algunos de los que estaban en clubs deportivos siguieron con la ropa de gimnasia. Por algún motivo, Haruhi, que no estaba apuntada a ningún club deportivo, también llevaba el uniforme de gimnasia.
“Porque hace calor.”
Ese era el por qué.
“Y que más da. Tengo que cambiarme igualmente cuando vaya al cuarto del club. Y esta semana me toca limpiar. Es mas fácil moverse vestida así.”
“Supongo que tiene sentido.”
Este podría ser el nuevo disfraz para Asahina-san. Aunque teóricamente no seria ningún disfraz. A pesar de no poder asegurar que realmente lo sea, al menos por ahora es una estudiante de bachillerato.
“¿Ya estas con tus fantasías de nuevo?
Se quedó mirándome después de ese perturbadoramente acertado comentario. Es como si pudiera leerme la mente.
“No hagas nada pervertido con Mikuru-chan hasta que yo venga.”
Me tragué el comentario “¿entonces sí puedo hacerlo si estas ahí?” y levante las palmas de las manos al aire como un forajido que está siendo apuntado por el sheriff en lun westerns.
Como de costumbre, esperé una respuesta a mi llamada antes de entrar en la habitación. Sentada en la silla como una muñeca de porcelana, la criada me dió la bienvenida con una sonrisa como un girasol en medio un prado verde. Me reconfortó el alma al instante.
Nagato, pasando las hojas de su libro en su rincón, parecía como una camelia que había florecido en la estación errónea. Pues si, yo tampoco entiendo muy bien mis metáforas.
“Iré a preparar té.”
Asahina-san se ajustó su cinta del pelo antes de dirigirse a la mesa llena de trastos. Estaba colocando delicadamente las hojas de té en la tetera.
Estaba sentado en la silla de comandante mientras observaba a Asahina-san preparando el té cuando de golpe me vino una cosa a la cabeza.
Encendí el ordenador y esperé a que cargara el Sistema Operativo. Esperé que el icono del ratón cambiara del reloj de arena al puntero. Luego abrí el visor de imágenes gratuito e introduje la contraseña para la carpeta /Mikuru. Entiendo porque la sociedad para el estudio de la informática lloró tanto al darnos este ordenador. Las vistas en miniatura de las imágenes de Asahina-san en traje de sirvienta se cargaron al instante.
Mientras que con un ojo comprobaba que Asahina-san seguía preparando el té, abrí una de las imágenes e hice zoom.
Es la de cuando Haruhi la forzó a hacer la pose de leopardo. Mire a la parte superior de su amplio y expuesto escote. Había un puntito negro en su pecho izquierdo. Hice zoom de nuevo. La mancha quedaba algo borrosa, pero efectivamente tenia forma de estrella.
“Ya veo. Eso es a lo que se refería.”
“¿Qué es lo que acabas de descubrir?”
Cerré la ventana segundos antes de que dejará la taza de té sobre la mesa. Fui bastante meticuloso, así que cuando Asahina-san se quedó a mi lado mirando a la pantalla, ya no había nada que ver.
“¿Huh? ¿Qué es esto? ¿Qué es esta carpeta /Mikuru?”
Gah. Vaya pillada.
“¿Por qué tiene mi nombre? Venga, venga. ¿Qué tiene dentro? Enséñamelo, Enséñamelo.”
“Uh, no es más que, bueno... la verdad es que no lo sé. Seguro que no es nada importante. Sí, seguro que no es nada.”
“No me lo creo.”
Asahina-san intentó agarrar el ratón con una sonrisa de júbilo en su cara y se abalanzó sobre mi intentado llegar hasta mi mano derecha. Eso no va a pasar. Aparte el ratón lo más que pude. La cara de Asahina estaba sobre mi hombro mientras que su suave cuerpo presionaba sobre mi espalda. Podía sentir el suave aliento en mi nuca.
“Uh, Asahina-san. Déjalo ya, venga…”
“Enséñamelo—“
Sus pechos se incrustaban en mi espalda mientras se aferraba a mi hombro con su mano izquierda, al tiempo que con el brazo derecho intentaba alcanzar el ratón. Esta sensación tan agradable me está matando.
“¿Qué estáis haciendo?”
Una voz a -237ºC nos congeló a Asahina-san y a mi. Haruhi estaba de pie en su uniforme de gimnasia y con su bolsa colgando del hombro mirándonos como si acabara de pillar a su padre con otra.
Asahina-san reaccionó. Se apartó de mí dando unos pasos atrás con movimientos roboticos y con la falda con bolardos moviéndose ligeramente. Se dejó caer sobre una silla como un ASIMO al que se le han acabó las baterías.
Haruhi dejo ir un ‘Hmph’ antes de venir dando pistones hacia la mesa mientras me miraba.
“¿Así que te van las criadas, eh?”
“¿De qué estás hablando?”
“Voy a cambiarme.”
Pues adelante. Me relajé y di un sorbo al té que preparó Asahina.
“He dicho que voy a cambiarme.”
¿Y que pasa?
“¡Vete!”
Prácticamente fui echado a patadas hasta el pasillo. Luego me cerró la puerta en las narices.
“¿Qué le pasa ahora?”
Ni siquiera tuve tiempo de dejar la taza de té. Me escurrí la camisa empapada de té y me recosté contra la puerta.
¿Por qué noto que algo va mal? Hay algo que no me cuadraba.
“Oh, claro, ya lo tengo”
Haruhi no tiene ningún reparo en cambiarse en la clase, pero ahora le ha dado por sacarme fuera. Eso era lo que me estaba intrigando.
Oh bueno, ¿será que ya ha madurado y que ya adquirido un mínimo de vergüenza? La verdad es que no lo sé, ya que tenemos por costumbre que los chicos salgamos corriendo de clase justo antes de la clase de gimnasia. Y ahora que lo piensa, la persona que nos instauró este hábito, Asakura, ya no esta aquí.
Dejé la taza en el suelo y me senté con las piernas cruzadas.
Tras un rato, el ruido que venia del cuarto cesó sin que nadie me avisara para entrar. Me puse de pie y esperé diez minutos.
“Puedes entrar…”
Oí la débil voz de Asahina-san a través de la puerta. Asahina-san abrió la puerta por mi como una autentica criada, cuando entré vi a Haruhi, con pinta de estar aburrida con los codos apoyados sobre la mesa, y a sus largas y pálidas piernas. En su cabeza colgaban unas orejas de conejita. La familiar visión de ella en su traje de conejita. Aunque no parecía que se había puesto en serio. No llevaba ni el collar ni los puños. Sus piernas desnudas no estaban cubiertas por las medias de rejilla. Pero aun así las orejas de coneja estaban ahí arriba mientras Haruhi permanecía sentada con las piernas cruzadas.
“Así tengo los brazos y la espalda más fresquitos, pero este traje no transpira mucho.”
Haruhi dijo mientras sorbía su té. Nagato pasó otra página.
Rodeado por una conejita y una criada, no sabia ni como actuar en este momento. Me preguntaba cuanto ganaría si ofreciera a estas dos para un trabajo a media jornada para atraer clientes.
“Wuau, ¿Qué está pasando aquí?”
Ese era Koizumi, que hacía acto de presencia diciendo eso con un tono casi chillón mientras mantenía una sonrisa en la cara.
“¿Oh? ¿Qué había una fiesta de disfraces hoy? Lo siento, pero yo no me he preparado nada.”
No digas cosas que compliquen aún más la situación.
“Mikuru-chan, siéntate aquí.”
Haruhi señaló la silla metálica que tenía justo delante. Asahina-san estaba obviamente asustada mientras tímidamente se sentó en la silla con la espalda hacia Haruhi. Me preguntaba que estaba planeando Haruhi cuando cogió el pelo castaño de Asahina-san y empezó a entrelazarlo.
Si observaras únicamente esta escena, parecería la hermosa visión de la hermana mayor trenzando el pelo de su hermana menor, solo que Asahina- san tenia una cara tensa de miedo mientras que Haruhi estaba toda seria. Seguramente solo quiera convertirla en una sirvienta con coletas.
Me giré hacia Koizumi, riendo entre dientes mientras observaba la escena, y le pregunté.
“¿Hace una partida de Othello?”
“Suena fantástico. Hace tiempo que no jugamos.”
Nos pasamos todo el rato siguiente en una feroz batalla entre blancas y negras (Koizumi dejaba bastante que desear para ser alguien capaz de convertirse en una esfera de luz), mientras que Haruhi trenzaba y destrenzaba el pelo de Asahina-san, luego jugó haciéndole dos coletas, luego un moño (Asahina-san se estremecía cada vez que Haruhi la tocaba). Nagato estaba absorta en su lectura y no levantó la vista ni un segundo.
¿Por qué estamos todos aquí? Cada vez me resultaba más y más difícil de entender.
Sí. Ese día realizamos las actividades habituales de la Brigada SOS. Nada de aliens hablando de alguna distorsión en la información espacial. Nada de visitas des del futuro. Nada de gigantes azules. Ninguna esfera roja brillante. Nada en absoluto. No sabíamos que hacer. No sabíamos que teníamos que hacer. Simplemente dejamos que las agujas del reloj avanzaran mientras nosotros vivíamos una especie de vida escolar. El transcurso habitual en un mundo natural.
Cuando me sentía un poco disgustado porque no pasaba nada, siempre me decía a mi mismo “Oh bueno. Tengo mucho tiempo por delante.”, Y me dirigía hacia un nuevo día para repetir el proceso.
Era bastante divertido pensándolo bien. Nos juntábamos todos en este cuarto sin que tuviéramos ningún motivo. Podía ver a Asahina-san ocupada en sus tareas de criada. Podía ver a Nagato permanecer inmóvil como una estatua de buda. Podía ver a la inofensiva y perfecta sonrisa de Koizumi. Podía ver la cara de Haruhi con todos sus altos y bajos. Todas esas cosas y su leve esencia poco ordinaria. Y todo eso era parte de esta extraordinaria pero satisfactoria vida escolar que tenía. Y por lo menos eso de ser casi asesinado por una compañera de clase o encontrarse con un descomunal monstruo en un mundo gris e inhabitado, no sucedía muy a menudo. Aunque no sabia si considerarlos alucinaciones, hipnosis o sueños.
Sí que había estado resentido con Haruhi por haberme traído aquí y tratarme de esta manera, pero únicamente yo he tenido la fortuna de verme envuelto, de diversas formas, con un grupo de gente tan interesante. Por ahora, simplemente voy a dejar a un lado la cuestión de por qué yo he sido el único. Puede que algún día otro humano normal se una a nosotros.
Es verdad. Quería que todo siguiese como estaba.
¿No estáis todos de acuerdo? Naturalmente.
Pero había alguien que no estaba de acuerdo.
Ya sabéis quien.. Haruhi Suzumiya

 Suzumiya Haruhi No Yuutsu Vol.1 ("La Melancolía De Haruhi Suzumiya")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora