Capitulo 2(parte3)

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Ya han acabado las clases. Todavía mantengo mis dudas sobre qué estamos haciendo y por qué mis piernas me llevan hacia el cuarto del club. Mientras me disgregaba entre estas observaciones metafóricas, me encontré delante de la puerta del club.
“Buenas.”
Naturalmente, Yuki Nagato ya se encontraba aquí junto con Mikuru Asahina- san, sentada en una silla con las manos juntas.
Quizás no sea la persona indicada para decirlo, ¿pero no están muy aburridas estas dos?
Asahina-san recompensó mi entrada con una indudable expresión de alivio. Supongo que estar en una habitación solo con Nagato puede resultar muy estresante.
Pero vaya. ¿Sigues viniendo a pesar de lo que pasó ayer?
“¿Dónde está Suzumiya-san?”
“Ni idea. Se largo antes de empezar la sexta clase. A lo mejor esta por ahí saqueando nuevo equipamiento.”
“¿Tendré que volver a hacer algo como lo de ayer….?”
“No te preocupes. La próxima vez que te fuerce a hacer algo como eso, haré lo que sea para impedírselo. Puede utilizar su propio cuerpo para hacer estas cosas. Eso no supone un problema para Suzumiya.”
“Gracias.”
La imagen de ella inclinando la cabeza mientras sonreía tímidamente era tan adorable que me lanzaría a abrazarla con mis brazos. Pero no lo haré.
“Cuento contigo entonces.”
“Puedes estar tranquila.”
Mi garantía tendría algún valor si no se hubiera desmoronado como una teoría infundada, un castillo de naipes, o un átomo de hidrogeno dentro del sol, pasado apenas cinco minutos. No sirvo para nada.
“¡Ya-hooo!”
Haruhi grito al entrar en la habitación. Mis ojos se centraron en las dos grandes bolsas de papel que sostenía en ambas manos.
“He tardado un poco más de lo esperado. Lo siento.”
Es factible asumir que cuando Haruhi está de buen humor, es porque está tramando algo que acabará trayendo problemas a otra gente.
Haruhi dejó las bolsas de papel en el suelo y se volvió para echarle el pestillo a la puerta. Asahina-san reflexivamente se sobresaltó ante ese sonido.
“¿Qué planeas hacer esta vez, Suzumiya? Solo quiero hacerte saber que no voy a participar en ningún otro chantaje o robo.”
“¿De que estas hablando? Yo nunca he hecho nada de eso.”
Entonces explica lo del ordenador de encima del escritorio.
“Lo conseguí utilizando métodos pacíficos. Olvida eso. Mira. Fíjate en esto.”
Haruhi sacó un paquete de folios DIN A4 de una de las bolsas de papel. Parece que había algo impreso en ellos.
“Estos son panfletos que he hecho para difundir el nombre de la Brigada SOS. Me colé en la habitación de la fotocopiadora e hice 200 copias.”
Haruhi nos pasó los panfletos. Así que esto es lo que hacías mientras te saltabas la clase, huh. Es impresionante que nadie te pillara. No tenia ningún interés particular en fijarme en el panfleto, pero para entonces, ya le había echado una mirada.
“Proclamaciones fundamentales de la Brigada SOS.
Nosotros, la Brigada SOS, estamos buscando los misterios de este mundo. Gente que haya experimentado algo misterios en el pasado. Gente que haya experimentado algo misterios recientemente. Gente que quiera experimentar algo misterios en el futuro. Si os sentís identificados con una de estas situaciones, ¡venid a vernos! ¡Nosotros resolveremos vuestros problemas enseguida! Garantizado. No obstante, no nos sirven los misterios normales.
Tiene que ser un misterio que nos impresione de verdad. ¡Tenedlo muy presente esto! Nuestro e-mail es…
Creo que empiezo a entender el propósito de esta brigada. Parece que Haruhi planea sumergirse ella misma en un mundo de la ciencia ficción, de fantasía, o de terror.
“Vamos a repartirlos ahora.”
“¿Dónde?”
“En la puerta de entrada. Justo ahora debe estar llena de estudiantes que vuelven a casa.”
Lo que tú digas, fue mi contestación, al tiempo que me disponía a coger la bolsa de papel, pero Haruhi me detuvo.
“Tú no hace falta que vengas. Mikuru-chan será la que me acompañe.”
“¿Qué?”
Asahina-san, que sostenía uno de los panfletos mientras leía su cutre contenido, volvió su cabeza. Haruhi metió la mano en la otra bolsa de papel y saco algo de ella.
“¡Ta-da!”
Con la apariencia triunfal de cierto gato robótico, Haruhi sacó lo que parecía una prenda de ropa negra. Pero, ¡Oh-no! Después de que Haruhi acabará de sacar cosas de su bolsa cuatri-dimensional, me di cuenta de que es lo que había planeado Haruhi para Asahina-san, así que empecé a rezar por ella. Que tu alma descanse en paz.
Leotardos, medias de rejilla, orejas de conejo y corbata de color negro, y un collar, puños y cola de color blanco.
Sin duda alguna un traje de conejita.
“Um, um, um, ¿Y esto para que es…?”
Esa era Asahina-san, con un tono asustado.
“¿Que no lo ves? Conejita.”
Y esta era Haruhi, con tono sereno.
“N-n-no esperarás que me ponga…”
“Por supuesto. Hay uno para ti también.”
“¡N- No puedo ponerme algo así!”
“No te preocupes. Creo que la talla es la correcta.”
“No es eso a lo que me refiero. Um. ¿Vamos a ponernos esto y repartir folletos en la entrada del instituto…?”
“¿Es que no es obvio?”
“¡No quiero hacerlo!”
“Cállate.”
Mierda. Tenía esa expresión inflexible en sus ojos. Haruhi saltó sobre Asahina- san como una leona que se abalanza sobre una indefensa gacela y empezó a quitarle el uniforme de marinera a pesar de la resistencia de Asahina.
“¡Noooo-!”
“¡Deja de resistirte!”
Mientras hacia semejantes demandas, Haruhi tumbó a Asahina-san. Fácilmente consiguió bajarle la blusa y movió sus dedos hacia los botones de la falda, fue entonces cuando pensé que tenía que detener esto y me acerqué cuando me encontré con los ojos de Asahina.
“¡No mires!”
Tras oír ese grito, me quedé con cara de idiota y salí corriendo hacia la puerta –mierda, estaba cerrada- me entretuve un poco en sacar el pestillo antes de poder salir fuera.
Y mientras pasaba todo esto, pude ver de reojo durante un instante, que Yuki Nagato seguía leyendo como si no pasara nada.
¿Es que no tienes nada que decir sobre todo esto?
Una vez tras la puerta, puede oír…
“¡Ah!” “¡No!” “Al menos… de-déjame desvestirme yo sola… ¡Hiii!”
…Los lamentables chillidos de Asahina-san…
“¡Urya-!” “¡Venga! ¡Sácatelo todo!” “¡Deberías haberme hecho caso desde el principio!”
…los triunfales gritos de Haruhi. Dios. Mentiría si os dijera que no quiero saber que esta pasando ahí dentro, naturalmente.
Al cabo de un rato, recibí la señal.
“¡Ya puedes entrar!”
Cuando entré vacilantemente de nuevo en el cuarto, me encontré con la visión de dos increíblemente perfectas conejitas. Tanto Haruhi como Asahina estaban esplendidas.
Un escote enorme y la espalda al descubierto. El muslo quedaba descubierto desde la ingle hasta la cintura mientras las medias de rejilla envolvían todas sus piernas. Las orejas de conejo se balanceaban sobre sus cabezas y el collar y los puños blancos no hacían más que incrementar la puntuación. Aunque no sé de que va esto de los puntos.
La combinación de Haruhi, que tenia un cuerpo esbelto y bien proporcionado, junto con Asahina-san, más pequeña pero con una silueta perfecta, era demasiado para mis ojos.
Mientras reflexionaba sobre si debía decirle “te queda bien,” a la sollozante Asahina-san, Haruhi dijo.
“¿Qué te parece?”
¿Qué que me parece? Creo que tus facultades mentales no están bien.
“¡Esto será perfecto para atraer la atención! La gente sí aceptara panfletos si nos vestimos así. ¿¡No crees!?”
“Pues claro. Dos chicas vestidas así en la entrada del instituto desde luego que llamaran la atención… ¿y que pasa con Nagato?”
“Solo tenia para comprar dos. Cogí el conjunto completo, así que salió caro.”
“¿Dónde compraste esto?”
“Lo compré por Internet.”
“…ya veo.”
Me estaba preguntando como es que no tenía que bajar la mirada para observarla, como era habitual, cuando vi que había sido tan detallista como para ponerse también zapatos de tacones.
Haruhi cogió la bolsa con los panfletos.
“¡Vamos, Mikuru-chan!”
Asahina-san, con los brazos cruzados sobre el pecho, me miro hacia mí buscando salvación. Yo solo podía contemplarla en su traje de conejita.
Lo siento. Para ser honesto, no puedo hacer nada contra ese vestido.
Asahina-san lloriqueaba como una niña mientras se aferraba a la mesa, pero no siendo rival para la extraordinaria fuerza de Haruhi, ella y sus débiles gemidos fueron arrastrados, así los dos conejitas desaparecieron de la habitación. Me senté en mi silla con un abrumador sentimiento de culpa.
“Ahí.”
Yuki Nagato señalo al suelo. Al mirar, descubrí dos uniformes de marinerita escampados por el suelo junto con… ¿eso es un sostén?
La chica de las gafas y pelo corto, permaneció muda mientras señalaba el perchero antes de volver a su lectura como si su trabajo ya hubiera concluido.
Manda huevos.
Resignado, empecé a guardar los uniformes de las chicas en el perchero. Gah. Todavía puedo notar su calor corporal. Está todo caliente.
Treinta minutos después, una hundida Asahina-san volvió. Whoa. Sus ojos ahora están rojos como los de un conejo de verdad. No es momento de estar diciendo esto. Rápidamente me levanté y le ofrecí la silla. Y justo igual que antes, Asahina se derrumbó sobre la mesa, sus redondos hombros empezaron a temblar. Parece que no tiene ni fuerzas para cambiarse. Tenía media espalda a la vista por lo que no sabia donde dirigir mi mirada. Me quite la chaqueta y le cubre su pálida y temblorosa espalda. La inconsolable lloriqueante chica, la irresponsable rata de biblioteca, y el desconcertado y cobarde bastardo (yo) permanecieron silenciosamente en la habitación durante un rato alcanzando un nuevo record de tensión en el ambiente… En la lejanía se podía oír claramente el sonido de las trompetas de la banda y los indiscriminados gritos del equipo de béisbol.
Cuando estaba dedicado a pensar en cosas insignificantes como que habría hoy para cenar, Haruhi hizo su heroica reaparición. Lo primero que salió de su boca fue…
“¡Estoy cabreada! ¿Qué les pasa a estos estúpidos profesores? ¡Tenían que venir y meterse en mi camino!”
Iba gritando aún con su traje de conejita. Tenía una idea general de lo que debía haber pasado, pero pregunté de todos modos.
“¿Qué ha habido algún problema?”
“¡Más que eso! ¡No hemos podido ni repartir la mitad de los folletos cuando unos profesores vinieron y nos dijeron que paráramos! ¿¡Pero quienes se creen que son!?”
Es de esperar. Si chicas vestidas de conejitas empiezan a repartir panfletos delante de la entrada, cualquiera aunque no sea un profesor vendría a detenerte.
“Hicieron llorar a Mikuru-chan Y A mi me llevaron a la oficina de atención al estudiante. Incluso ese idiota del balonmano, Okabe, vino ahí.
Probablemente ni el director de la oficina ni nuestro tutor Okabe-sensei se atrevieron a mirarte directamente.
“¡De todos modos, estoy cabreada! Es suficiente por hoy. Se terminó la sesión.”
Haruhi se saco la orejas de conejo, las lanzó al suelo y empezó a quitarse el traje de conejita. Rápidamente corrí hacia la puerta.
“¿¡Cuánto tiempo piensas seguir llorando!? Venga va. ¡Cámbiate ya!”
Me dirigí a la pared del pasillo mientras esperaba a que acabaran. No es que Haruhi sea una exhibicionista. Probablemente lo que pasa es que no tiene ni idea del efecto que tiene su cuerpo semidesnudo en los hombres. Del mismo modo que no eligió el vestido de conejita por su sensualidad, sino simplemente porque atrae la atención.
No creo que llegue a tener nunca una relación seria.
Desearía que fuera más considerada con lo que piensan los chicos, ¡o al menos con lo que pienso yo! Honestamente, tratar con una persona tan loca como está es realmente agotador. Tengo que buscar alguna manera para mejorar esto, al menos por el bien de Asahina-san. Y de todos modos… ya podrías decir algo, Nagato.
Al cabo de un rato Asahina-san salió de la habitación, tambaleándose y temblorosa, como un estudiante que acaba de suspender la prueba de acceso a la universidad por segundo año. Sin saber bien que decir, permanecí en silencio…
“Kyon-kun…”
Sonaba como un fantasma de un crucero de lujo que se hundió en las profundidades del océano.
“…Si me vuelvo indigna para el matrimonio, ¿Tú harás cargo de mi…?”
¿Qué debería decir? Un momento. ¿Tú también vas a llamarme por ese nombre?”
Asahina-san, moviéndose como un robot al que se le acaba la cuerda, me devolvió la chaqueta. Por un momento, pensé que saltaría a mis brazos y empezaría a llorar, pero siguió caminando con el ánimo hundido.
Que escena más triste.
Al día siguiente Asahina no vino a la escuela.
El nombre de Haruhi Suzumiya ya era conocido por toda la escuela, pero gracias al incidente de las conejitas, su nombre fue más allá de los simples comentarios y paso a formar parte de la leyenda del instituto. A mi no me importaba lo mas mínimo. No tenia nada que ver conmigo que la escuela entera supiera de las paranoias de Haruhi.
El problema era que también el nombre de Mikuru Asahina empezó a difundirse así como su asociación con Haruhi, y empecé a notar como si la gente me mirara de forma extraña.
“Hey tío, Kyon… al final te has convertido en colega de Suzumiya.”
Era el descanso. Taniguchi sonaba irritantemente simpático.
“Nunca imaginé que Suzumiya hiciera amigos… parece que nada es imposible en este mundo.”
Déjame en paz.
“En serio. Fue un bombazo ayer. Iba a volver a casa cuando vi un par de conejitas delante la puerta. Después de comprobar que no era un sueño, empecé a preocuparme por si me estaba volviendo loco.”
Dijo Taniguchi, que iba meneando una hoja de papel bastante familiar.
“¿Que es esto de la Brigada SOS? ¿Qué se hace ahí?”
Pregúntale a Haruhi. Yo no tengo ni idea. Tampoco quiero saberlo. Incluso aunque lo supiera, no quería contárselo a nadie.
“Aquí dice que expliquemos nuestras experiencias con algún misterio. ¿Qué significa exactamente? Y no acabo de entender esta parte de que un misterio normal no sirve.”
Incluso Ryoko Asakura vino a dar su opinión y todo
“Parece que os lo estáis pasando bien. Pero seria mejor si no hirierais la sensibilidad de las personas. Lo de ayer fue ir demasiado lejos.”
También yo debería haber hecho campana.
Haruhi seguía enfadada. No tanto por el hecho de que la interrumpieron durante la distribución de folletos, sino por qué ha pasado un día y no ha llegado ni un solo correo al e-mail de la Brigada SOS. Yo esperaba encontrar algún que otro correo de cachondeo, pero parece que en el mundo hay más sentido común de lo que creía. Tenía la convicción de que era debido a que todo el mundo se había dado cuenta de que involucrarse con Haruhi solo traería problemas.
Haruhi observo la cuenta de correo vacía con una ceja fruncida mientras movía el ratón óptico.
“¿Por qué no tenemos ni un correo?”
“Solo ha pasado un día. Tal vez haya gente con increíbles historias de sucesos sobrenaturales, pero que no piensa contárselo a semejante brigada de dudosa credibilidad.”
Le dije eso para calmarla. Pero en realidad…
¿Sabes de algún misterio que haya ocurrido? Sí, por supuesto. Oh, eso es fantástico. Explícamelo por favor. Claro, veras…
Como si algo así fuera a pasar. Escucha Haruhi. Estas cosas solo pasan en los mangas o en las novelas de ciencia ficción. La realidad es mucho más dura y seria. En este insignificante instituto de prefactura en el culo del mundo no se esta llevando a cabo ninguna conspiración para provocar el fin del mundo. Aquí no hay no-humanos paseando tranquilamente por la zona residencial. No hay ninguna nave espacial enterrada en al colina de detrás de la escuela. Nada de esto pasará jamás. Nada en absoluto. Lo sabes ¿verdad? En realidad lo entiendes todo esto, ¿no es así? Es solo que no sabes como deshacerte de las frustraciones de tu infancia, y estas inquietudes te están llevando por el camino equivocado. Despierta ya. ¿Por qué no te vas a buscara a un chico guapo con el que volver juntos a casa o ir a ver una película el domingo? O únete a algún club deportivo y déjate de historias. Seguro que te harán miembro del primer equipo en seguida.
…Bueno, esto es lo que debería haberle dicho, pero tenía la sensación de que me hubiera comido el puño de Haruhi antes de completar cinco frases, así que pasé.
“¿No ha venido Mikuru hoy?”
“No creo que vuelva más. Pobre chica. Espero que no le queden secuelas permanentes.”
“Incluso le había comprado un nuevo vestido para ella.”
“Póntelo tú.”
“Claro que podría ponérmelo yo también. Pero no es divertido si no está Mikuru-chan por aquí.”
Yuki Nagato, con su virtualmente inexistente presencia, parecía como si se hubiera fusionado con la silla. No tienes porque tomarla tanto con Asahina-san. Puedes usar a Nagato como tu muñeca para jugar a los vestiditos. Aunque no creo que seria ninguna mejora. Pero seguro que a diferencia de la llorona de Asahina-san, Nagato se pondría el traje de conejita sin rechistar si se lo ordenasen. Y no me importaría verla así además.

Finalmente el esperado estudiante de intercambio llegó.
Eso es lo que me dijo Haruhi durante la corta pausa que hay entre clases por la mañana.
“¿No crees que es fantástico? ¡Al final ha venido!”
Haruhi se asomaba por fuera de su mesa con una brillante sonrisa como la de una niña de preescolar que acababa de recibir el regalo que tanto deseaba.
No sé cómo se había enterado Haruhi, pero al parecer, ese estudiante había sido asignado a la clase 1-9 hoy.
“Es una oportunidad única en la vida. Es una lastima que no lo hayan metido en nuestra clase, pero sigue siendo un misterioso estudiante transferido. No hay ninguna duda.”
¿Cómo lo sabes si ni siquiera lo has visto?
“¿No te lo dije ya? ¡Las estadísticas indican que un estudiante que es transferido en mitad del curso es prácticamente seguro que se trate de un misterioso estudiante transferido!”
¿Quién, cuándo y cómo se han elaborado esas estadísticas? Eso sí es un misterio.
Si se puede considerar que un estudiante transferido en mayo es misterioso, entonces Japón está lleno de misterios estudiantes transferidos.
Pero claro, está original teoría de Haruhi no sigue las leyes universales del sentido común. Haruhi desapareció justo cuando acabó la segunda clase. Seguramente debía estar en la clase 1-9 a chequear al misterioso estudiante transferido.
Y justo antes de que sonara el timbre, Haruhi volvió con la cara todo seria.
“¿Era misterioso el estudiante?”
“Mmm… la verdad es que no lo parecía mucho.”
Pues claro.
“Hablamos un rato, pero no sé suficiente como para poder estar segura. Puede que este disimulando para parecer un estudiante normal. Creo que es lo más probable. Seria absurdo revelar tu verdadera identidad ya de entrada en el primer día. Iré a hacerle mas preguntas en el siguiente descanso.”
No. Seguramente asustes a la gente del 1-9- Déjame imaginármelo. Haruhi, que prácticamente no ha iniciado nunca una conversación con alguien, de repente entra en tu clase y agarra a quien tiene más cerca. “¿Quién es el nuevo estudiante?” Pregunta y al instante le contestan, luego se marcha hacia esa dirección. Entonces seguramente irrumpa en medio de un grupo de felices estudiantes que intentan saber cosas de él y se abre camino hasta el centro, hasta acabar frente al sorprendido estúdiate transferido.”¿De donde provienes?” ¿Cuál es tu verdadera identidad?” Como si se tratara de una test.
Entonces pensé en algo.
“¿Es un chico o una chica?”
“Costaba distinguirlo. Pero por ahora parece un tío.”
Entonces es un chico.
Lo que significa que ahora la Brigada SOS contará con otro miembro masculino. Seguramente se verá forzado a entrar sin importar lo que diga, solo por el hecho de ser un estudiante transferido. Pero puede que no sea tan amable como Asahina-san o yo. ¿En serio puede ir todo tan bien? No importa cuanto opresiva sea Haruhi, alguien con mayor fuerza de voluntad podría resistirse a ella ¿no?
Si consigue reunir suficientes miembros, podríamos acabando realizando esa absurda asociación de estudiantes. “Para salvar el mundo con una sobredosis de diversión la brigada de Haruhi Suzumiya,” ¿no? Otra cosa es que la escuela lo acepte o no, pero la persona que se encargaría de hacer todo los tramites sería, quien si no, yo. Y entonces quedaría marcado como “el subordinado de Haruhi Suzumiya” por los siguientes tres años.
Todavía no tengo pensado que haré después del instituto, pero tal vez quiera ir a una universidad, así que preferiría evitar hacer nada que quedara marcado en mi expediente. Pero mientras siga junto Haruhi, no parece que vaya a ser posible.
¿Qué debería hacer?
No se me ocurre nada.
Sé que debería haberme enfrentado a ella y hacer que deshiciera la Brigada SOS. Luego debería hablarle directamente y persuadirla de que viviera una vida normal.

Olvídate de aliens, viajeros del tiempo y poderes paranormales y encuentra a un chico en el que dirigir tus esfuerzos para crear una relación, o unirte a un club deportivo. Así es como debería pasar sus tres años como una estudiante normal.
Solo si pudiera decírselo.
Solo si tuviera una voluntad más fuerte o más sentido del deber, podría haberme librado de este torrente que es Haruhi Suzumiya y no habría acabado en un mar de extravagancias. El mundo habría conservado su dignidad. Habríamos vivido normalmente durante tres años y luego graduarnos con una ceremonia formal.
…seguramente.
El motivo por el que estoy hablando de estas cosas, es debido a ciertos sucesos que experimenté y que eran cualquier cosa menos normales. Si has estado atento al transcurso de la historia, deberías habértelo imaginado ya.
¿Por donde empiezo?
Creo que por cuando el nuevo estudiante transferido entró en la habitación del club.

 Suzumiya Haruhi No Yuutsu Vol.1 ("La Melancolía De Haruhi Suzumiya")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora