Capitulo 1 (parte3)

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No voy a discutir en contra de las opiniones de Haruhi. No me importaría que una hermosa y misteriosa estudiante de intercambio fuera en realidad medio alíen, medio humana. Y si ese idiota de Taniguchi, que estaba ahí cerca sentado intentando espiarnos, fuera en realidad un investigador del futuro, sería muy interesante. Y si Ryoko Asakura, que por algún motivo estaba sonriendo hacia aquí, tuviera algunos poderes sobrenaturales, entonces la vida en la escuela seria mucho más divertida.
Pero todo esto es imposible. Los aliens, viajeros del tiempo y los poderes paranormales no existen. E incluso si existieran, no aparecerían justo delante de nosotros. En serio, no hay ninguna posibilidad de que alguien se acerque a mi y se presente diciendo, "Hey, ¿sabes? En realidad soy un extraterrestre.", sin ningún motivo aparente.
"¡Es por eso!"
Haruhi gritó, al tiempo que se levantaba, tirando la silla al suelo. Toda la clase se giró hacia nosotros.
"por eso me estoy esforzando tanto."
"¡Lo siento, llego tarde!"
El profesor de gimnasia Okabe-sensei, con un aspecto radiante y alegre, entró en clase casi sin aliento, cuando observo a Haruhi, de pie con el puño en alto y la cabeza erguida y a toda la clase observándola, entonces se quedo parado, todo desconcertado.
"Ah... la clase va a empezar."
Haruhi volvió a sentarse en su silla y se quedó mirando a un rincón de su mesa. Fiuu.
Me volví hacia delante, el resto de la clase hizo lo mismo, y Okabe-sensei subió a la tarima y se aclaró la garganta.
"Lo siento, llego tarde. Ah... empecemos con la clase."
Y tras haber repetido dos veces lo mismo, volvimos a nuestra rutina diaria. Esta aburrida rutina es probablemente lo que mas detesta Haruhi.
¿Pero no es así la vida?
Aun así. No podía ignorar ese ilógico sentimiento en el fondo de mi corazón que envidiaba la manera de Haruhi en entender la vida.
Ella sigue pacientemente esperando una oportunidad para encontrarse con lo extraordinario, algo que yo ya descarté hace tiempo. Y no se puedes negar que se esta moviendo para conseguirlo.
Algo así no caen del cielo así como así, no importa cuanto esperes. En ese caso, tendremos que ir a buscarlos. De ahí las señales en el suelo, las pinturas del techo y los talismanes por todo el colegio.
Dios santo (¿todavía se dice esto?)
No sé cuando Haruhi empezó a hacer cosas que la hacían parecer chiflada. Pero creo que si ella ya llevaba mucho tiempo esperando antes de que se le acabara la paciencia y empezara a realizar estos extraños rituales sin ningún resultado, entonces tendría mucho sentido que siempre fuera con cara de odiar a todo el mundo ¿no? O puede que no.
"Hey, Kyon."
Durante el descanso, Taniguchi vino a mí con una extraña expresión de incredibilidad. Realmente te hace parecer un idiota, Taniguchi.
"Que te den. Olvídalo, de todos modos, ¿Qué truco de magia has utilizado?"
"¿A que truco te refieres?"
Yo le respondí, mientras recordaba haber oído que la tecnología avanzada no se puede diferenciar de la magia. Apuntando con el dedo al asiento de Haruhi, que, como era habitual, Haruhi ya había dejado libre nada más acabar la clase, Taniguchi dijo.
"Nunca había visto a Haruhi hablar tanto hasta ahora. ¿Qué le has dicho?"
Ni idea, ¿Qué le he dicho? Tengo la sensación de haberle contado lo primero que se me pasó por la cabeza.
"Es el fin del mundo."
Taniguchi puso una exagerada expresión de asombro. Kunikida apareció por detrás de él.
"A Kyon siempre le han gustado las tías raras."
No digas cosas que se puedan malinterpretar.
"No me importa un pimiento que a Kyon le gusten raritas o no. Lo que quiero saber es cómo, cómo Suzumiya mantuvo una conversación con Kyon. No puedo aceptarlo."
"Si tuviera que adivinarlo, yo diría que es porque a Kyon es en realidad un tío bastante raro."
"Claro, por supuesto. Un tío que tiene como apodo Kyon no puede ser normal. Pero ni aun así."
Dejad de decir Kyon, Kyon. Joder, si vais a seguir llamándome por mí entupido apodo, preferiría mucho más que me llamarais por mi nombre. Al menos sí que me gustaría que mi hermanita me llamara "onii-chan".
"A mi también me gustaría saberlo."
Una voz femenina de repente nos interrumpió. Era claramente una soprano. Cuando miré hacia arriba, me encontré con Ryoko Asakura con una sonrisa en su cara que nadie podría imitar jamás.
"Suzumiya-san nunca contesta por mucho que me esfuerce en hablarle. ¿Cómo has conseguido hablar con ella? ¿Hay algún truco o algo?"
Lo pensé por un rato. O mejor dicho, pretendí hacer ver que lo pensaba. La respuesta era obvia después de todo.
"No lo sé."
Asakura rió un poco.
"Hmmm. Pero me siento aliviada ahora. Estaba preocupada de que Suzumiya- san continuara aislándose del resto de la clase. Es bueno que haya conseguido hacer un amigo."
Si te estás preguntando por qué Ryoko Asakura se muestra tan preocupada como si fuera la delegada de clase, es porque es la delegada de clase. Lo decidimos en la hora de tutoría anterior.
"Amigos, huh..."
Incline un poco la cabeza. ¿Eso piensas? Yo creo que el estar mirando la malhumorada cara de Haruhi todo el rato no cuenta como amistad.
"Sigue haciendo lo que sea que hagas para que Suzumiya-san siga abriéndose al resto de la clase. Tenemos suerte de que estemos todos en la misma clase, así podemos ser todos amigos, ¿vale? Cuento contigo."
Cuentas conmigo, huh. Es muy fácil para ti decirlo.
"Sí necesito decirle algo, desde ahora te pediré a ti para que se lo digas por mi."
Oye, espera. Y no soy ningún portavoz ni nada así.
"Venga, por favor."
Incluso juntó las palmas de las manos. No pude más que pronunciar monosílabos como "ah" o "uh", que aparentemente ella interpretó como mi aprobación. Y luego, con una sonrisa como un tulipán amarillo, volvió hacia un grupito de chicas. El hecho que todas las chicas del grupito estuvieran mirando hacia aquí fue suficiente para que mis ánimos bajaran un par de niveles más.
"Kyon, somos colegas, ¿verdad...?"
Taniguchi lo dijo con un sospechoso brillo en los ojos. ¿De que estas hablando? Incluso Kunikida estaba ahí de pie con los ojos cerrados y los brazos cruzados asintiendo con la cabeza por algún motivo desconocido.
Vaya par de idiotas.
Al parecer, se decidió en algún momento que había que cambiar cada mes el sitio donde nos sentábamos. La delegada de clase, Ryoko Asakura, iba con una caja de galletas llena de papelitos cuadros. Yo saqué un excelente sitio al lado de las ventanas que dan al patio, el segundo por detrás de la fila. Y si te preguntas quien sacó el último asiento justo detrás del mió, ¿Cómo ha podido pasar?, Haruhi Suzumiya se sentaba detrás con una cara como si estuviera sufriendo de dolor de muelas.
"Me pregunto si de repente los estudiantes empezarán a desaparecer uno a uno. O quizá encuentren a un profesor asesinado en una clase cerrada."
"Eso suena bastante peligroso."
"Había un club para el estudio de los misterios."
"Heh, ¿y que tal era?"
"Un chiste. No tuvieron ni un solo encuentro, no hubo nada parecido a un caso. Todos los miembros eran frikis de las novelas de misterio. No había ni uno que se pareciera a un detective. "
"Bueno, ¿y que esperabas?"
"Esperaba mucho más del club de investigación de fenómenos paranormales."
"¿En serio?"
"Pero no era mas que una panda de frikis del ocultismo. ¿Qué te parece?"
"Nada de especial."
"Oh, dios. ¡Qué aburrido! ¿Por qué en este instituto no hay ni un club decente?"
"Si no existe, no puedes hacer nada."
"Esperaba que en el instituto hubieran clubs más radicales. Me siento igual de idiota que alguien que planease participar en el campeonato nacional y que al entrar descubriese que no hay club de béisbol. "
Haruhi observo al cielo con ojos de cocodrilo como los de una hechicera que se ha preparado para empezar un ritual con cientos de oraciones, y suspiró como el viento del norte.
¿Se supone que he de compadecerme de ella?
Ignorando todo lo demás, Haruhi no a acabado de definir aún que tipo de club sería el que la satisfaría. ¿Es que no se conoce ni a ella misma? Simplemente dijo algo como "quiero hacer algo divertido.". ¿Qué sería "algo divertido"? ¿Resolver un asesinato? ¿Buscar extraterrestres? ¿Exorcitar demonios? Tengo la impresión de que ni siquiera lo ha decidido aún.
"Si no existe, no puedes hacer nada."
Yo le ofrecí mi opinión.
"Al final, la gente tienen que aceptar lo que tiene delante de sus narices Si lo piensas, las personas que no fueron capaces de hacerlo, fueron los que hacían los descubrimientos o inventos, e hicieron avanzar la civilización. Los aviones se inventaron porque la gente quería volar. Los coches y los trenes se hicieron porque la gente quería mejores maneras de desplazarse. Sin embargo, todo esto llegó de un limitado número de personas que disponían de innovadores ideas y conceptos. En otras palabras, los genios lo hicieron posible. Gente normal como nosotros es mejor que vivamos una vida normal..."
"Cállate."
Haruhi me cortó justo cuando cogía carerilla y miró hacia otro lado. Parecía estar de muy mal humor. Pero bueno, tampoco era ninguna novedad.
A esta chica no le importa lo que sea, mientras se trate de algún fenómeno que desafié la rutinaria realidad. Pero un fenómeno así no es que vaya a ocurrir en este mundo así de fácil. Mejor dicho, no va a ocurrir, punto.
¡Larga vida a las leyes de la física! Ellas son las que nos permiten tener esta vida tranquila y pacifica. Mala suerte para Haruhi.
Al menos eso era lo que yo pensaba.
Bastante razonable, ¿no creéis?
¿Fue esto el desencadenante?
Tal vez está conversación le dio la idea.
Sucedió tan de repente.
Los calidos rayos de sol hacían que me entraran ganas de dormir mientras mi cabeza iba meciéndose peligrosamente hacia adelante y hacia atrás, cuando de repente noté como algo me agarraba del cuello por detrás y me estiró violentamente hacia atrás. Casi a punto de desmayarme, mi cabeza acabó chocando contra el canto de la mesa de atrás. Me saltaron algunas lágrimas.
"¿Qué estás haciendo?"
Cuando me giré todo enfadado e indignado, me encontré a Haruhi de pie agarrándome por el cuello de la camisa mostrando una -la primera vez que la vi- sonrisa radiante como un sol que no verías ni en el ecuador. Si las sonrisas pudieran medirse por temperatura, la suya igualaría la de un bosque tropical.
"Ya lo tengo."
No me escupas.
"¿¡Cómo no me había dado cuenta antes de algo tan simple!?"
Haruhi me miró con sus dos ojos brillando como Cygnus Alpha. No me quedó más opción que preguntar.
"¿Darte cuenta de qué?"
"¡Si no existe uno, no tengo más que hacer el mío propio!"
"¿Hacer el qué?"
"¡Un club!"
De pronto, el golpe en la mesa no era lo único que hacia que me doliera la cabeza.
"Ya veo. Eso es genial. Y por cierto, ya puedes soltarme."
"¿Pero que reacción es esta? Deberías estar un poco más entusiasmado con este descubrimiento."
"Puedes explicarme lo de tu descubrimiento después. Dependiendo de las circunstancias, incluso compartiría tu alegría. Pero ahora, cálmate un poco."
"¿De que estás hablando?"
"Estamos en clase justo ahora."
Haruhi finalmente dejó de agarrarme por el cuello de la camisa. Mientras volvia a girar mi dolorida cabeza de nuevo al frente, pude ver a todos mis compañeros de clase con la boca entreabierta y a la nueva profesora recién licenciada con lágrimas apunto de asomar de sus ojos mientras seguía sujetando la tiza.
Le hice un gesto a Haruhi para que se sentara rápidamente. Entonces levante la mano y la dirigí hacia a la pobre profesora de ingles.
Por favor, continué con la clase.
Tras mascullar algo entre susurros, Haruhi finalmente se sentó, y la profesora siguió escribiendo en la pizarra…
¿Crear un club nuevo…?
Hmmm.
No estará pensando en incluirme a mí como miembro, ¿no?
El dolor en mi cabeza presagiaba malos vientos que se acercaban.

 Suzumiya Haruhi No Yuutsu Vol.1 ("La Melancolía De Haruhi Suzumiya")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora