Capitulo 2(parte 2)

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Asahina-san se quedo con la boca cerrada con una expresión de resignación en su cara. Yuki Nagato era un extra. Y yo fui incapaz de decir nada. Como consecuencia, el nombre “Brigada SOS” se aprobó con un voto a favor y tres abstenciones. ¡Aleluya!
Has lo que quieras.
Después de que Haruhi nos ordenara venir aquí cada día al acabar las clases, la reunión acabó. Los suspiros de Asahina-san mientras se iba despacio por el pasillo con los hombros caídos eran tan tristes que…
“Asahina-san.”
“¿Qué pasa?
Asahina-san, que para nada parecía que fuera mayor que yo, inclino su inocente cara, una imagen de pureza, hacia mí.
“No tienes porque unirte a un club tan raro. No te preocupes por ella. Ya hablaré con ella luego.”
“No.”
Se paró, y sus ojos se cerraron levemente.
“Está bien. Voy a unirme.”
“Pero dudo realmente que esto acabe bien.”
“Estaré bien. Además, tu también estas aquí, ¿verdad?”
Cierto. ¿Por qué estoy aquí?”
“Probablemente sea inevitable que esto ocurra en este plano temporal…”
Sus ojos, en su hermosa y redonda cara, se quedaron fijos perdidos en el infinito.
“¿huh?”
“Y tengo curiosidad sobre por qué Nagato-san está aquí…”
“¿Curiosidad?”
“Ah. No, no es nada.”
Asahina-san meneó la cabeza como si se hubiera puesto nerviosa. Sus delicados mechones de pelo se agitaron suavemente.
Luego Asahina-san, sonrió como avergonzada, e hizo una amplia reverencia.
“Puede que sea algo inexperta, pero espero llevarme bien con todos.”
“Bueno, si tu lo dices…”
“Ah, y si lo prefieres, puedes llamarme Mikuru-chan.”
Sonrió con dulzura.
Díos. Es tan guapa que podría desmayarme y todo.
Estaba hablando con Haruhi un día.
“¿Qué crees que necesitamos ahora?”
“Me rindo.”
“Estaba pensando en conseguir a un misterioso estudiante transferido.”
“Me gustaría que primero definieras lo de ‘misterioso’.”
“Ya han pasado dos meses desde que empezó el curso. Cualquiera que sea transferido a estas alturas tiene que ser calificado como misterioso, ¿no crees?”
“Puede que su padre haya sido trasladado de repente.”
“No, eso no seria normal.”
“¿Pero qué consideras normal tú? Me gustaría saberlo.”
“Ojala que apareciera algún misterioso estudiante trasferido.”
En otras palabras, que pasas de lo que diga, ¿verdad?
Parece ser que empezó a difundirse el rumor de que Haruhi y yo planeábamos algo.
“Habla. ¿Qué estáis tramado Suzumiya y tú?”
El que me preguntó esto fue evidentemente Taniguchi.
“No me digas que estáis saliendo juntos.”
Absolutamente no. Soy yo el que quisiera saber que demonios estamos haciendo.
“No hagas nada exagerado. Ya no estamos en secundaria. Si dejáis el patio echo un asco, puede que hasta te expulsen.”
Si Haruhi llegará a hacerlo, no me importaría ir borrando sus pintadas tras sus pasos. Pero como mínimo, tengo que prevenir a Yuki Nagato y a Mikuru Asahina de que les pase nada malo. Estoy bastante orgulloso de lo considerado que soy.
Aunque dudo de que pueda hacer algo para detener a Haruhi si se pone en modo hiperactivo.
“Un ordenador también nos vendría bien.”
Después de que la Brigada SOS se fundara, la habitación del club de literatura, que previamente solo contaba con una mesa larga, sillas metálicas y estanterías, empezó a acumular una serie de trastos.
No tengo ni idea de donde sacó todo esto, pero ahora había un perchero con ruedas en un rincón de la habitación. Un hornillo eléctrico, una tetera, y tazas para que todos tengamos una a mano. Un equipo stereo pero sin una mini cadena y una pequeña nevera. Un fogón de camping, tazones, una sartén y varios utensilios de cocina. ¿Para que son tantos trastos? ¿Es que piensa vivir aquí?
Haruhi en estos momentos se encontraba sentada con las piernas y brazos cruzados sobre un escritorio que pilló de alguna clase. Sobre el escritorio había una pirámide negra con las palabras “comandante” pintadas con retulador blanco.
“Vivimos en la era de la información y ni siquiera tenemos un ordenador. Es imperdonable.”
¿A quien no puedes perdonar?
Los miembros estábamos básicamente apalancados. Yuki Nagato estaba en su posición habitual ocupada leyendo un libro de tapa gruesa que hablaba de la caída de una de las lunas de Saturno o algo así a juzgar por el titulo. Asahina- san, que no hacia falta que viniera pero que obedientemente vino de todos modos, estaba sentada en una silla sin nada que hacer.
[NdT: El Libro en cuestión es The Fall of Hyperion(La caída de Hyperion) de Dan Simmons, parece que Kyon no lo conoce y por eso interpreta el titulo literalmente (Hyperion es una de las lunas menores de Saturno)]
Haruhi bajó del escritorio y sonrió hacia donde estaba yo, dándome muy malas sensaciones.
“Vamos a conseguir uno.”
Dijo Haruhi, como un cazador que se dirige a buscar su presa.
“¿Conseguir un ordenador? ¿De donde? ¿Piensas saquear una tienda de electrónica?”
“Claro que no. Hay un sitio mucho más cerca.”
Tras ordenarnos que la siguiésemos, Haruhi nos condujo a Asahina-san y a mí hacia nuestro objetivo, la sociedad para el estudio de la informática, dos puertas más abajo.
Ya veo...
“Aguanta esto.”
Dijo al tiempo que me entregaba una cámara de fotos.
“¿Lo pillas? Voy a explicarte el plan, así que más te vale seguirlo al pie de la letra. Y no la cagues con la sincronización.”
Haruhi me agarro y me susurró el “plan” al oído.
“¿Hah? Eso es ridículo.”
“Seguro que funciona.”
Para ti puede que funcione. Mire a Asahina-san, que nos observaba con curiosidad, e intente hacerle señas.
Seria una buena idea salir corriendo ahora.
Cuando la mire intensamente y le guiñé un ojo, Asahina-san me miro dubitativa, luego, tras aplicar no se que tipo de extraña lógica, se puso colorada. Que no. No está pillando el mensaje.
Mientras tanto, Haruhi ya había abierto tranquilamente la puerta sin tan siquiera llamar.
“¡Buenas--! ¡Hemos venido a coger un ordenador y algunos periféricos--!”
La Habitación era bastante similar, solo que esta era un poco más estrecha. Había varios monitores y torres sobre las mesas uniformemente distribuidas. El leve zumbido de los ventiladores resonaba por el cuarto.
Los cuatro chicos que habían dejaron de teclear centraron su atención en Haruhi, de pie en frente de la puerta llevando a cabo su misión.
“¿Quién manda aquí?”
Haruhi dijo bastante arrogantemente con una sonrisa en la cara. Uno de ellos se levantó como respuesta.
“Ese soy yo. ¿Necesitas algo?”
“Ya te he dicho lo que quiero. Con uno es suficiente. Así que dame un ordenador.”
EL presidente de la asociación para el estudio de la informática, un desconocido senpai, tenia una expresión de “¿de que me estas hablando?” al tiempo que ladeaba la cabeza.
“Ni hablar. La subvención del instituto no es suficiente para cubrir todos los costes, así que hemos tenido que ser nosotros mismo quienes reunimos el dinero para comprar estos hace poco. No vamos sobrados de equipamiento para ir regalándoselo al primero que lo pida.”
“Por uno no pasa nada. Tenéis muchos aquí.”
“Oye tú… espera. ¿Quiénes sois vosotros?”
“Yo soy la comandante de la Brigada SOS, Haruhi Suzumiya. Estos son mis subordinados numero uno y numero dos.”
Tampoco hace falta llamarnos subordinados.
“Yo te lo ordeno en nombre de la Brigada SOS. Deja de quejarte y danos uno.”
“No sé quien diantre sois, pero no significa no. Id y compraros uno.”
“En ese caso, tengo mis propios planes al respecto.”
Los ojos de Haruhi brillaron de audacia. No era buena señal.
Trajo a Asahina-san, que se había quedado cerca de mí, y la dejó justo frente a ella, luego acercó al presidente. Y justo cuando me di cuenta de que había cogido el brazo del presidente, Haruhi estrujó la mano del presidente contra el pecho de Asahina a la velocidad de la luz.
“¡Fugya--!”
“¡Uwah--!”
Clic.
Con los dos gritos de fondo, presioné el botón de la camera.
Mientras agarraba a Asahina que intentaba escapar, Haruhi utilizaba su mano derecha para colocar la mano del presidente firmemente agarrada al pecho de la pequeña Asahina.
" Kyon. Saca otra foto.”
Sin pensarlo presioné el botón. Perdonarme, Asahina-san y presidente desconocido. El presidente finalmente se liberó de la garra de Haruhi y retrocedió un par de pasos justo cuando Haruhi estaba apunto de introducirle su mano por debajo de la falda de Asahina.
“¿¡Qué estás haciendo!?”
Haruhi meneó gracilmente su dedo índice delante de la sonrojada cara del presidente.
“Tsk. Tsk. Tsk. Tengo fotos de tu acoso sexual ahora. Si no quieres que difunda estas imágenes por todo el instituto, danos un ordenador.”
“¡Eso es ridículo!”
Esa fue la furiosa objeción del presidente. Lo siento por ti.
“¡Tu me has forzado a hacerlo! ¡Soy inocente!”
“¿Y cuanta gente crees que se tragará esa historia?”
Miré hacia Asahina-san y me la encontré inmóvil tirada en el suelo. Más que sorprendida parecía estar gravemente traumatizada.
Mientras, el presidente seguía protestando.
“¡Todos los miembros del club son testigos! ¡Fue en contra de mi voluntad!”
Los tres miembros restantes que se habían quedad petrificados con la boca abierta, aparentemente recobraron la compostura y asintieron.
“¡Es verdad!”
“¡No ha sido culpa del presidente!”
Ese débil recital conjunto no funcionaria contra Haruhi.
“¡Entonces diré que todo el club la violó!”
Todo el mundo en la habitación, incluidos Asahina-san y yo, se quedó pálido. Eso es ir demasiado lejos.
“¡Su-Su-Su-Suzumiya-san…!”
Asahina-san se agarró a la pierna de Haruhi, pero esta se deshizo de ella sacudiendo el pie, luego cogió aire y dijo orgullosamente.
“¿Qué vais a hacer? ¿Vais a darme un ordenador o no?”
La cara del presidente, que había pasado del rojo al blanco, ahora estaba gris.
Estaba completamente derrotado.
“Coge el que quieras…”
El presidente se derrumbo sobre la silla. Los otros miembros se abalanzaron sobre él.
“¡Presidente!”
“¡Aguanta!”
“¡Intenta sobreponerte!”
Su cabeza estaba agachada como la de una marioneta a la que le han cortado los hilos. Puede que sea cómplice de toda esta parodia, pero no pude evitar sentir lastima por él.
“¿Cuál es el más moderno?”
Tiene el corazón de hielo esta chica.
“¿¡Por que tengo que decírtelo!?”
Haruhi respondió a los gritos de furia de los miembros de la sociedad señalando a la cámara en mi mano.
“¡Maldita seas! ¡Ese de ahí!”
Haruhi se fijó en la marca y el modelo de la torre del ordenador y sacó un panfleto del bolsillo de la falda.
“Me pasé por una tiende de informática ayer y un empleado me enseño todos los últimos modelos. Este no es ninguno de ellos.”
Su atención por los detalles me asustó.
Haruhi se paseó entre las mesas comprobando todos los ordenadores antes de señalar a uno.
“Dadme este.”
“¡Espera! ¡Este justo lo compramos el mes pasado…!”
“Foto, Foto.”
“¡…Cógelo! ¡Ladrona!”
Éramos en efecto ladrones. No puedo negarlo.
Pero este no fue el fin de las demandas de Haruhi. Después de desconectar todos los cables, exigió que la pantalla y los otros periféricos fueran trasladados al club de literatura y reconectados. También hizo que nos instalaran un cable LAN entre las dos habitaciones para poder conectarnos a internet con la conexión del instituto. Todo lo hicieron los miembros de la asociación de informática. Es lo que se puede llamar una extorsión en toda regla.
“Asahina-san.”
Habiendo permanecido desamparada todo el rato, me acerque a la pequeña chica acurrucada en posición fetal con las manos cubriéndose el rostro.
“Venga, volvamos ya.”
“Uuuuu…”
Ayude a la sollozante Asahina-san a levantarse. Haruhi ya podría haber utilizado sus propias tetas para que las manosearan. Si no le importa lo más mínimo cambiarse delante de los chicos, seguramente no tendría problemas con esto tampoco. Mientras trataba de consolar a Asahina-san, que seguía llorando, me preguntaba para que iba a utilizar el ordenador.
Bueno, supongo que me enteraré pronto.
El lanzamiento de la web de la Brigada SOS.
Parece ser que esto es lo perseguía Haruhi. ¿Y ahora qué? ¿Quién se va a encargar de hacerla? Esta pagina web o lo que sea.
“Tú.”
Eso es lo que dijo Haruhi.
“Tú tienes tiempo libre, ¿verdad? Hazla tú. Yo tengo que encontrar más miembros.”
El ordenador estaba sobre la mesa con la pirámide de “Comandante”. Haruhi estaba manejando el ratón navegando por Internet.
“Tiene que estar acabada en un día o dos. No podemos realizar ninguna actividad hasta que no tengamos web.”
Yuki Nagato, leyendo su libro, y Mikuru Asahina, desplomada sobre la mesa con los hombros temblorosos, actuaban como si esto no les afectara para nada. Parece ser que yo era el único que escuchaba a Haruhi. Y como era el único que escuchaba sus demandas, tenía que hacerle caso. Al menos estoy convencido de que eso es lo que debe pensar Haruhi.
“Para ti es fácil decirlo.”
Eso es lo que dije, aunque tan poco era para tanto. No. No es que me haya acostumbrado a seguir las órdenes de Haruhi. Es por lo de hacer una pagina web. No he hecho ninguna antes, pero parece entretenido, ¿no crees?
Y así es como fue. Mañana será el primer capitulo de la historia sobre mis batallas para hacer una pagina web.
Tras pensar en lo que dije, resulta que no fue ninguna batalla difícil después de todo. La asociación para el estudio de la informática, haciendo honor a su nombre, ya había instalado la mayoría de los programas necesarios. Lo único que tenia que hacer era abrir una pagina por defecto y luego un poco de copiar pegar.
El problema era sobre lo que había que poner en la web.
Después de todo, sigo sin tener ni idea de a que se dedica la Brigada SOS. No puedo escribir sobre las actividades del club porque no existen aun, así que tras colocar una imagen que decía “¡Bienvenido a la página de la Brigada SOS!” arriba del todo de la página, me quedé sin nada que hacer. Las palabras de Haruhi de que me diera prisa resonaban incesantemente por mis orejas. Es por eso que estaba sentado aquí con el ratón en la mano mientras comía.
“Nagato, ¿Tú tienes algo que quieras que pongamos en la web?”
Lo intenté preguntando a Nagato, que también estaba aquí sentada leyendo durante la hora de comer.
“Nada.”
Ni siquiera alzó la mirada. No es que me importe, ¿pero al menos irá a clase, no?
Devolví mi atención de Yuki Nagato al monitor de 17” y seguí pensando.
Hay otro problema. ¿Es correcto que utilicemos el dominio del instituto para la dirección de la web de una cuestionable brigada que no llega ni a asociación de estudiantes aprobada por la escuela?
Lo que no conoces no puede herirte. Esa sería la defensa de Haruhi. Si se dan cuenta de eso, simplemente quita la web. En estas cosas, ¡solo ganan los que se lanzan!
Siento un poco de envidia de su actitud tan optimista.
Añadí un contador de visitas y puse una dirección de e-mail –aún era demasiado pronto para montar un foro- y subí el sitio web que consistía en una página de inicio sin contenido.
Con eso será suficiente.
Tras comprobar que la pagina se veía correctamente, cerré todos los programas y apague el ordenador. Entonces, cuando estaba apunto de estírame de brazos, me encontré con Nagato de pie justo detrás de mi y me levante de un salto.
Es como si no estuviera presente. Antes de que me diera cuenta, Yuki Nagato se encontraba de pie detrás de mí con su pálida cara que recordaba a una Mascara Noh. Con una cara de póquer que te seria imposible imitar, se quedó mirándome como si yo fuera uno de eso carteles llenos de letras de los oculistas para comprobar la vista.
“Toma.”
Sujetaba un libro grueso. Reflexivamente lo cogí. Pesaba lo suyo. Mirando la cubierta, me di cuenta de que era ese libro de ciencia ficción extranjero que Nagato había estado leyendo hace unos días.
“Te lo dejo.”
Tras esa corta frase, Nagato dejó la habitación antes de que incluso pudiera rehusarlo. ¿Para que me deja un libro tan tocho? Solo en la habitación, pude oír el timbre que anunciaba el fin de la hora de comer. Parece que estoy rodeado de gente que no le importa lo mas mínimo lo que piense.
Había vuelto a clase con el libro de tapa dura cuando noté la punta de un boli clavándoseme en la espalda.
“¿Y bien? ¿Ya está lista la web?”
Haruhi estaba apoyándose sobre el borde de su mesa con expresión malhumorada. Estaba escribiendo violentamente vete tú a saber qué en la hoja de una libreta. Fingí despreocupación para evitar la atención de los compañeros de clase.
“Esta echa. Pero no es más que una web vacía que los visitantes abandonaran nada mas entrar.”
“Eso es suficiente por ahora. Solo necesitamos una dirección de correo.”
¿Por qué no utilizas tu propio e-mail?
“Eso no funcionaria. Tendremos que tratar con una avalancha de correos.”
¿Cómo va llenarse de correos una cuenta de e-mail recién creada?
“Es secreto.”
Luego mostró de nuevo esa siniestra sonrisa en su cara. Me da escalofríos.
“Lo sabrás en cuanto se acaben las clases. Por ahora es alto secreto.”
Preferiría que permaneciera alto secreto para siempre.
Haruhi desapareció durante la sexta hora. Uno podría pensar que se habría ido a casa, pero era francamente improbable. Era el preludio de sus fechorías.

 Suzumiya Haruhi No Yuutsu Vol.1 ("La Melancolía De Haruhi Suzumiya")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora