6 | Fantasmas

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CAPÍTULO VI

"Fantasmas"


Me desperté con el sonido de la puerta cerrándose. Abrí los ojos lo más rápido que pude, tratando de ver quién había entrado en mi habitación. No había nadie allí, ni siquiera Eleanor. Al parecer los médicos se la habían llevado ¿Pero por qué? Desde la noche anterior, cuando ambos aceptamos que éramos monstruos sin decirlo en voz alta, no habíamos hablado de nuevo. Para ser honesto, yo no tenía ganas de hablar con ella nunca más, aunque me estaba preocupando por ella. Eleanor podía ser muy atrevida, pero seguía viéndose tan frágil que me hacía sentir ansioso, como si tuviera que mantenerme al tanto de ella. Tal vez estar atrapado en una cama me estaba volviendo loco, o tal vez era un sentimiento real. Traté de dormir un poco más, pero no pude. Cuando me di por vencido, Nancy, la enfermera, entró.


"Buenos días, hijo", me saludó con un plato grande en sus manos, "Es la hora del desayuno." Me ayudó a sentarme derecho y acomodó la bandeja por encima de mi cama. Odio decir esto, pero me estaba acostumbrando a comer en la cama.

"¿Cómo has dormido?"

"Bien, supongo. Después de lo que pasó anoche creo que sólo podría relajarme, ¿verdad?" Todavía me sentía culpable por mi comportamiento la noche pasada.

"Es normal Louis. Te llevará tiempo...", me dio una mirada adorable y se dirigió a la puerta.

"¡Nancy!", La detuve.

"¿Sí?"

"Hum, ¿Sabes..." Dudé. "¿Sabes lo que pasó con Eleanor?"

"Bueno, no es un día fácil para ella. Su tratamiento se inicia hoy y... es un momento difícil que tiene atravesar de nuevo".

"¿De nuevo?" Estaba tratando de obtener más información sobre la chica sin hablar con ella. La peor manera jamás vista.

"Sí. Esta no es su primera vez aquí", miró a su cama vacía e hizo un gesto doloroso con su cara. Me di cuenta que había movido el brazo roto un poco... me dolía.

"Entonces, ella ha estado aquí antes?"

"Lamentablemente sí. Así que, por favor, se amable con ella."


¿Cómo podría ser bueno si ella parecía odiarme? Lo único que podía hacer era no hablar con ella... o mirarla... o incluso respirar cerca de ella. Tenía que ser una sombra. Y eso es exactamente lo que iba a ser; una sombra, un fantasma. Yo iba a mantener un ojo en ella simplemente ignorándola, sin molestarla. Mi presencia parecía alterarla de una manera que no era capaz de explicar. Así que decidí seguir con mi nuevo plan, pretender que ni siquiera existía. Iba a darle espacio para que no pudiera sentirse "atacada" bajo ninguna circunstancia. Al final, todavía teníamos que compartir la habitación por un tiempo.

Más tarde, estaba perdido en el camión de mis pensamientos cuando la puerta se abrió. Un médico entró y asintió con la cabeza mirándome como un saludo. Asentí de igual forma.

Y allí estaba ella. Entró caminando lo más lentamente posible agarrándose del brazo del médico. Su mano se apretaba con fuerza al doctor. Pude ver sus venas a través de su piel. Me estremecí.


"Bueno, ahora, déjame ayudarte", el médico le dijo levantándola en el aire y la colocándola sobre su cama. Yo sabía que tenía que no mirar y hacer caso omiso de ella, pero cuando la vi de pie junto a mí, ella me recordó la imagen de un fantasma. Eleanor recibió algunas instrucciones que yo no entendía, y entonces el médico salió. Estábamos solos. Estaba realmente incómodo allí porque podía oír sus sollozos. Ella lloraba mirando al techo. Sus muñecas fueron una vez más conectadas a esas máquinas terribles, dándole un aspecto aún más delicado.

Por primera vez entendí lo afortunado que era. Yo estaba en un hospital por no sentir mis piernas, por no sentir ningún dolor en absoluto. Y ella estaba allí conmigo lidiando con todo el dolor que una chica podría manejar. Tal vez más.

Éramos fantasmas en una habitación. Pero yo no nací para ser un fantasma, así que hablé.


"Perdóname..." No tenía ni idea de cómohablarle. "Sé que me vas a maldecir o más probablemente a ignorarme pero..." la boca se me seco. "¿Puedo hacer algo por ti?"

Me miró volviendo la cabeza muy despacio. Me di cuenta de que cualquier movimiento le costaba gran esfuerzo. Sus ojos brillaban a causa de sus lágrimas, su pelo caía con gracia a los lados de su cara y su cuerpo estaba tan rígido como el mío. Ella abrió la boca para contestarme y yo sabía que nada bueno podría suceder a continuación.


"Puedes decirme Eleanor, o El." Su voz sonaba como un susurro, sin vida. Como un fantasma.



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Un giro en la historia. Ojalá les esté gustando este cambio de personalidades en El y Lou. No quise escribir sobre ellos como realmente creo que son. Por alguna razón me gusta esta Eleanor ; ) 

Para el próximo capítulo 23 comentarios, sé que pueden hacerlo! 

Cariños xx

A-

CAMAS DE HOSPITAL  • Elounor •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora