19 | Por el Resto de Tu Vida

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Por el Resto de Tu Vida


"Vamos Eleanor, por favor".

"Nancy, te juro que no tengo hambre".

"Al igual que ayer y anteayer, y el día anterior..." Nancy suspiró retirando la bandeja con el almuerzo de Eleanor intacto y para llevárselo.

Sentado en mi silla de ruedas, miré a Eleanor que estaba con los brazos cruzados y sus ojos fijos en su teléfono. Estaba empezando a preocuparme porque ella no estaba comiendo nada, rechazando todo el tiempo su comida.

Nancy vino hacia mi para verificar si estaba bien y para llevarse mi bandeja vacía.

"Por favor, fijate si puede convencerla de que coma algo". Me susurró al oído antes de salir de la habitación. Pero tan pronto como miré a Eleanor, ella ya me estaba mirando furiosa.

"Escuché eso." Me informó y volvió a su teléfono.

"Ella solo quiere ayudarte, Eleanor".

"Lo sé, pero pedirte que me controles no funcionará, Louis".

"No voy a controlarte. Te dije que encontraría la manera de ayudarte. Eso es todo."

Ella guardó su teléfono y presionó el botón para bajar su cama a mi altura y me hizo seña para que me acercara. Sonreí porque era la primera vez que ella me lo pedía, así que empujé mi silla y me puse a su lado.

"Lo siento. Sé que a veces puedo ser un dolor de cabeza". Me dijo tomando mi mano.

"No digas eso, Eleanor eres - ¡WOW! Eleanor, tu mano está helada." Tomé su mano con mis dos manos para calentarla. "¿Tienes frío? ¿No necesitas otra manta?"

"Estoy bien. Mis manos siempre están frías."

La miré pensando si estaba diciendo eso para no preocuparme o si era realmente cierto. Los últimos días había tratado de descubrir todo sobre ella. Sin embargo, tenía la sensación de que siempre había algo más que aún tenía que descubrir.

Al principio había sido bastante reservada, pero poco a poco había comenzado a confiar más en mí y a contarme sobre su vida. Sin embargo, todavía era cautelosa acerca de no compartir mucho sobre su condición médica porque sabía que yo me preocuparía mucho más.

"De todos modos, dejando mis manos a un lado... hoy es un gran día. ¿Estás emocionado?"

"Mmm, sí, supongo". Y ahora yo era el que miraba hacia abajo.

"Eres terrible mintiendo, Lou ". Dijo riéndose, pero yo aún miraba mis piernas. Mis piernas no funcionales. "Ey, ¿qué pasa?" me preguntó levantando mi rostro mientras acariciaba mi mejilla. Su mano todavía estaba fría, pero su toque se sentía increíble.

"Solo estoy... asustado". Admití.

"¿Pero por qué? Los médicos te cuidarán. No dejarán que te pase nada malo". Me aseguró presionando mi mano tan fuerte como podía.

"No tengo miedo de eso. Tengo miedo de la recuperación. ¿Qué pasa si descubren que no podré volver a caminar nunca más? "

"Sé que sería terrible para ti, pero aprenderás a lidiar con eso. Y yo estaré allí para empujar tu silla por el resto de tu vida".

Abrí los ojos y me quedé boquiabierto. Ella acababa de decir el resto de tu vida. Sabía que me había sonrojado pero no podía quitarle los ojos de encima.

CAMAS DE HOSPITAL  • Elounor •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora