30 | En Mis Brazos

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EN MIS BRAZOS

Después de innumerables abrazos con Nancy ella se fue para ver a otros pacientes, dejándome solo con mis pensamientos. Finalmente me estaba haciendo a la idea de dejar el hospital. No estaba seguro de cuándo, pero sabía que sería pronto.


"Cariño, no pude encontrar mucho, así que será mejor que tu mamá traiga algo rico", me dijo Eleanor mientras abría la puerta. "Louis, ¿estás bien?" me preguntó preocupada cerrando la puerta detrás de ella y se apresurándose a mi lado.

"Estoy bien", le sonreí a ella y al sándwich que tenía en sus manos. "Acabo de tener una especie de conversación profunda con Nancy y - y se puso emocional", me reí entre dientes para que pareciera menos grave.

"¿Necesitas un minuto?"

"No, Eleanor. Todo lo que necesito es una vida contigo", le dije tomando su mano y jalándola a mi lado de una manera cursi, solo para verla sonrojarse.

"Y lo tendrás, toda una vida conmigo y medio sándwich", se echó a reír, entregándome la mitad más grande de su sándwich.


Su gesto me hizo volver a los días en los que teníamos que suplicarle que comiera y fruncí el ceño, pero solo por un segundo. Las cosas habían cambiado mucho para los dos últimamente. Eleanor estaba mucho mejor, pudiendo seguir sus dietas mientras obedecía las instrucciones del Dr. Frederickson. Ella estaba bien y eso me hacía sentir feliz... mi novia estaba feliz y saludable en mis brazos.

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Y contra todo pronóstico, ni mi madre ni mi padre trajeron nada de comer ya que en cuanto colgué el teléfono se subieron al coche con mis hermanas y se fueron al hospital.


"¿Cómo iba a saberlo, Lou?" Mi mamá puso los ojos en blanco y me miró con incredulidad. "¿Mi hijo se pone de pie solo después de meses y quieres que piense en la cena?"

"Algunas cosas no cambian, amor". Mi papá se rió de ella. "Los hombres Tomlinson comen bastante". Bromeó levantando la mano para que yo chocara los cinco con él, lo que hice después de luchar para empujar a mis hermanas lejos de mi cama.

"No tienes que ser tan grosero, Louis". Lottie me regañó y se dirigió a la cama de Eleanor para charlar con ella. El resto de mis hermanas la imitaron y en un segundo, Eleanor estaba rodeada de mis ruidosas hermanas.

"Eleanor", ​​la llamó mi papá desde mi cama, "¿Cómo va tu dieta, cariño? Tal vez pueda pedir permiso para traer algo para celebrar que- "

"En realidad," lo interrumpió mi mamá, levantando la barbilla y sonriendo con picardía. Obviamente, tenía algo en mente. "No hay necesidad de comprar nada".

"Mamá, nos estamos muriendo de hambre". Le dije lentamente para que pudiera entenderlo.

"Si, mamá. Nosotras también tenemos hambre." Fizzy hizo un puchero y me guiñó un ojo justo después. ¡Cuánto la amo!

"¿No confían en su madre? Si digo que no hay necesidad de preocuparse, créanme". En el momento en que dijo eso, la vi guardando su teléfono en su bolsillo mientras sonreía para sí misma.

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Y mi mamá tenía razón. De hecho, no había nada de qué preocuparse porque, siendo el hombre afortunado que soy, mis amigos estaban allí para salvar el día.


"¿DÓNDE ESTÁ NUESTRO TOMMO?" Una voz fuerte llamó cuando la puerta se abrió de golpe, haciéndonos saltar en nuestros lugares. Rápidamente me volví hacia la puerta y me quedé boquiabierto cuando vi a cuatro de mis personas favoritas en el mundo.

CAMAS DE HOSPITAL  • Elounor •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora