8 | Celebrar

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CAPÍTULO VIII

"Celebrar"


No fue exactamente lo que había esperado a la mañana siguiente. Se suponía que debía comenzar con mi tratamiento  y estar feliz por eso, pero una presencia a mi lado me recordaba que podría ir de otra manera.

Tomé el desayuno antes de lo habitual; Eleanor todavía estaba dormida, así que simplemente la miraba mientras tomaba mi café. Era una vista a la que me había acostumbrado ya.


"¿Está listo, Sr. Tomlinson?" El médico me preguntó al entrar en la habitación.

"Debería, ¿verdad?"

"Oh, vamos!" Dijo saliendo para traer una silla de ruedas. Cuando la vi en el extremo de la cama me tensé. Me imaginaba el resto de mi vida en esa silla horrible. Traté de esconder mi temor, pero sabía que había fallado.

Él, con otra enfermera, me ayudaron a levantarme  para que me sentara allí. Se sentía horrible, como si hubiera sido puesto en un lugar equivocado. El médico tomó unos segundos para llenar unos papeles y luego empujó mi silla de ruedas fuera de la habitación. Dí una última mirada a Eleanor, pero ella estaba despierta, mirandome.


"Buena suerte", susurró y se movió, muy poco, su mano para decir adiós.

El segundo en el que crucé la puerta, comencé a extrañar su presencia.


Me llevaron a una habitación diferente, llena de camas y diferentes médicos que trabajan con otros pacientes. Todos ellos tenían una cosa en común ... todos ellos estaban inmóviles de alguna manera. Algunos no podían caminar, algunos estaban en sillas de ruedas como yo, y algunos de ellos estaban mejores y comenzando a caminar de nuevo. Pensé si yo sería capaz de llegar a esa etapa algún día...


"Louis, ella es Bella. Ella va a ser tu médica de ahora en adelante," mi viejo médico dijo señalando a una mujer rubia de pie junto a él.

"Hola", le dije.

"Hola hijo. ¿Cómo te sientes hoy?" Por su aspecto, yo diría que tenía la edad de mi madre.

"Estoy bien", le dije, pero mi cara mostró algo diferente.

"Está bien, entonces, no hay tiempo que perder."

Fui "empujado" a una cama vacía entre una anciana y una niña. Me explicaron que la primera etapa del tratamiento consistía en una serie de análisis, seguido de sesiones de masajes. No era mucho, o al menos eso es lo que me parecía.

Me sentí orgulloso de mí mismo; lo estaba tomando todo muy bien, como un hombre muy maduro ... hasta el final.

"Por cierto, doctora-"

"¿Sí?", Me preguntó ayudándome a volver a mi silla después de los masajes.

"Necesito saber algo. ¿Cuántas oportunidades tengo de caminar de nuevo? "


La señora me miró y luego al suelo. Yo sabía cuál sería su respuesta. "No voy a mentirte, Louis. Sufriste un terrible accidente, no te puedo dar ninguna garantía de que vuelvas a tu vida normal".


Y con eso, me llevaron a mi habitación. Lloré todo el camino de vuelta, pero traté de recuperarme antes de entrar y enfrentar a Eleanor. Al menos uno de los dos tenía que ser fuerte.

Tan pronto como el doctor abrió la puerta y empujó mi silla de ruedas, ella buscó mi cara y me preguntó:

"Entonces, ¿cómo fue?!"

Mi falta de respuesta le hizo notar mi inquietud. Cuando nos quedamos solos en la habitación, empecé a llorar de nuevo mirando hacia el techo para que El no pudiera verme.

"Está bien si te sientes mal y tienes ganas de llorar; después de todo, no tenemos nada que celebrar," me dijo, mirando el techo también.



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Y después de meses... volví! 

No voy a pedir un cierto número de comentarios, solo que me digan que siguen leyendo esta novela ♥

Agus -

CAMAS DE HOSPITAL  • Elounor •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora