Naruto; Colapso

Capitulo 2

«Estoy aquí... Y no me iré»

Tsunade caminaba pensativa por los largos pasillos del hospital, estaba angustiada y preocupada por su pequeño nieto. Aun no podía creer lo que estaba pasando, todo había sucedido muy rápido. Le había tomado por sorpresa la llamada de su hijo Minato solicitando una ambulancia para un inconsistente Naruto y para Kurama que debido a la perdida de sangre no logro llegar al hospital con vida.

Minato y Kushina estaban ocupados con la policía y los periodistas, no podían permitir que aquello saliera a la luz, por muy egoísta que sonara... Si todo este asunto se daba a conocer a las masas la reputación de la familia Namikaze-Uzumaki, una de las familias mas adineradas del país, se iría por el caño. También estaba el asunto del funeral de Kurama aunque duela saber que era un bastardo que violaba a su pequeño hermanito, seguía siendo uno de sus hijos y debían darle un entierro digno.

Abrió la puerta de la habitación de Naruto, lo vio sentado en la cama observando la bonita vista del jardín del hospital que la ventana le regalaba.

— Naru...to? — Iba a llamar al pequeño pero sus palabras murieron al verlo voltear hacia ella. Se le veía saludable y no parecía tan tenso ni pálido como ayer pero algo parecía diferente...

Sus ojos... Ya no eran azules

— Hey... Vieja ¿Me recuerdas? — Su tono de voz era diferente, era mas pronunciado y maduro, no había rastro de aquel tono infantil y juguetón que le caracterizaba. Pero... ¿Porque? ¿Porque le resultaba tan familiar aquella voz?

Sera que...

— Ku...¿Kurama? — Pregunto, dudosa y rogando que aquello solo fuera una alucinación y que solo había escuchado mal.

— El mismo — El corazón de Tsunade se detuvo por un segundo — ¿Acaso no puedes reconocer a tu propio nieto? Vaya que senil te estas poniendo he abuela — La mujer estaba en shock — Pero entiendo, es difícil reconocerme así... Ya que este ni siquiera es mi cuerpo — sonrió con sorna.

— Co...como? — Murmuro, petrificada en la entrada del cuarto.

— Yo nunca dejaría solo a mi pequeño Naru — Dijo haciendo énfasis en el mi. — Siempre estaré junto a él. Ni siquiera la muerte puede separarnos — Sonrió con orgullo.

— ¡Deja a Naruto en paz!

— No — Se negó rotundamente — Yo siempre estaré hay para protegerlo, después de todo, no me gusta que otra gente toque mis cosas. — Apunto a su cuerpo — Me gustaría seguir hablando y recordar viejos tiempos contigo abuela pero Naruto esta por despertar... Pero no lo olvides, nadie puede deshacerse de mi — Cerró los ojos y al abrirlos aquel color carmesí había desaparecido.

— ¿Are? ¿Abuelita? — Pregunto algo somnoliento frotándose uno de sus adormilados ojos azules.

Rápidamente la rubia se lanzo a darle un efusivo y cariñoso abrazo.

— Naruto que bueno que estas bien mocoso... — Suspiro con alivio pero en el fondo se preguntaba una y otra vez.. ¿Que mierda acaba de suceder?