Estábamos en una nave de camino a Naboo. No podía creer que nuestra boda vaya a hacerse realidad. Es algo con lo que llevo soñando desde el momento en el que Anakin me pidió matrimonio.
Él habló con Obi-Wan, y le pidió un poco de tiempo. Su Maestro consiguió que le concedieran un retiro meditativo. Con respecto a mí, a nadie le importaba que me fuera ahora. No tenía responsabilidades por el momento, al menos hasta que el Consejo considerase que me había recuperado por completo.
Estábamos solos, y así íbamos a seguir durante toda una semana. Únicamente estábamos acompañados por C-3PO y R2-D2.
—Estoy nerviosa. —Le dije mientras me tumbaba sobre sus piernas.—
—¿Por qué?
—Nunca me he casado. —Añadí divertida.—
—Yo tampoco. —Me acarició la mejilla.— Y tengo la suerte de tener la futura esposa más bella de todas.
Sonreí. Estábamos en una nave cuyo trayecto era largo y estaba cansada, así que me dejé llevar y me dormí apoyando mi cabeza sobre el regazo de Anakin. Siempre había tenido problemas para dormir, pero con él todos mis problemas desaparecían.
[...]
Estaba atardeciendo. Me había instalado en una habitación diferente a la que Anakin se encontraba. Me encontraba vistiéndome, con un largo vestido blanco de encaje. Llevaba un velo a juego al rededor de mi cabeza. Me miré al espejo y me impresioné, nunca creí que algún día fuese a verme así.
—Señorita Kaia. —Alegó C-3PO entrando en la estancia donde me encontraba.— Está preciosa.
—Gracias 3PO.
—El amo Ani la espera.
—Claro.
El droide de protocolo me alargó su mano para que la tomara y me guió hasta el balcón principal de la casa del lago. Allí, estaba Anakin, acompañado por R2 y un sabio de Naboo, que sería quien oficiaría la boda.
Me coloqué frente a mi prometido y C-3PO caminó hacia un lateral, donde se encontraba R2.
Anakin sonreía, y yo también lo hacía. No podía parar de mirarlo, no llevaba su usual túnica de Jedi, sino una larga y de color oscuro. No pude evitar derramar una lágrima, creo que me sentía demasiado feliz, más de lo que nunca lo había estado. Anakin acarició mi rostro, limpió mis lágrimas y el sabio comenzó a leer nuestros votos.
No escuchaba. No creo que fuese necesario. Amaría a Anakin en los momentos buenos y malos, durante toda mi vida y después de mi muerte, no me importaba que pudiese ocurrir si estaba a su lado. Junto a él, el mundo era feliz, y hacía mucho que no me sentía perdida o enfadada. Él daba sentido y cordura a mi vida.
El sabio hizo una reverencia y nos abandonó. Yo miré fijamente al que ya era mi esposo y agarré sus manos. No quería que este momento se acabase, probablemente iba a ser el día más feliz de mi vida, probablemente no volvería a sentirme tan viva como me siento ahora mismo.
Me besó, consolidando así nuestra unión. Era el mejor de todos los besos que nunca me había dado.
Después de estar unos segundos mirándonos a los ojos, entramos a cenar.
—Te quiero. —Le dije.—
—Yo te quiero mucho más. —Me susurró.—
—No sé cómo va a salir todo esto. —Comenté refiriéndome a la boda.— Pero me siento muy feliz.
—Eres lo mejor que me ha pasado, Kaia. —Sonrió embelesado.—
Terminamos de cenar, la casa del lago estaba vacía, la familia de Padmé no estaba, ni se encontraba allí ningún empleado.
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La Dama Gris | Anakin Skywalker
FanfictionKaia Gienah era una de las mejores Jedi de su época. El día que logró pasar las pruebas para convertirse en Dama Jedi, desapareció. Nadie sabía por qué había desaparecido ni dónde se encontraba. La apodaban la Dama Gris, ya que creían que había s...