Habían pasado un año desde la batalla de Mustafar. Kaia no había logrado sobreponerse a la tristeza de perder al padre de sus hijos aquel día, de descubrir que se había vuelto malvado.
Ella había logrado sobrevivir, pero era como si estuviera muerta.
Habían pasado todo este tiempo escondidos en Naboo, en un palacio oculto en el País de los Lagos, era la zona más tranquila. Las únicas noticias sobre la situación del Imperio eran las que la Senadora Amidala les comunicaba cuando volvía a su planeta natal.
La rutina de Kaia Gienah era levantarse e ir junto a sus hijos, podía pasar horas encerrada en la habitación de los niños, fingiendo que nada ocurría, que eran felices, imaginando que Anakin volvía... Pero nada de eso era cierto, Anakin ni siquiera sabía que ella existía. Yoda, Obi-Wan y Bail Organa decidieron que lo mejor sería hacer creer que ella había muerto, y esconder a sus hijos. Pensaban que era la mejor manera de mantenerlos a salvo.
Kaia había dejado de comer, y volvía a tener problemas para dormir. Las pesadillas la atacaban cada noche, aunque ahora los recuerdos sobre su padre habían sido sustituido por la imagen de Anakin matando o haciendo daño a personas inocentes. A veces, también veía a su marido encontrando a sus hijos y arrebatándolos de sus brazos, deseaba llevarlos al Lado Oscuro. En el futuro ellos serían poderoso, ella lo sabía, y posiblemente Anakin también podría percibirlo si algún día se encontrase con ellos.
Los Jedi que quedaban vivos, tan sólo Yoda y Kenobi se habían visto obligados a esconderse.
Obi-Wan ahora vivía con ellos. Su misión era cuidarlos y protegerlos.
No sólo se preocupaba de Luke y Leia, también cuidaba a Kaia como si de su propia hija se tratase.Era por la mañana, Kaia abandonó la mesa del desayuno sin probar bocado y fue a observar a sus bebés. La muchacha se sentó en el suelo, y se colocó en frente de Luke, al que le lanzaba un pequeño juguete móvil. Él reía, y eso la hacía feliz, que sus hijos sonrieran era el único matiz de alegría que conocía. Leia se acercó a ella gateando, y la colocó sobre sus piernas.
-¿Estás bien? -Preguntó Obi-Wan sentándose junto a ella.-
-Sí... -Contestó ella.-
-No me mientas, Kaia...
-Estoy bien, de verdad. -Intentó sonreír.-
-¿Qué es lo que te ocurre? -Obi-Wan se agachó junto a Luke, y le dio un pequeño beso en la frente.-
-No he dormido bien esta noche...
-Como de costumbre. -Aseguró el Maestro.-
-Obi-Wan, tengo que confesarte algo...
-¿De qué hablas?
-Anakin y yo tenemos una relación... -Comenzó a relatar, pero el Jedi la interrumpió.-
-Si vas a confesarme que Anakin y tú estabais casados, creo que es un poco tarde. -Comentó irónico.-
-No,no... Entre él y yo hay algo más allá... Algo que no tiene nada que ver con una relación física o social... -Suspiró.- Es como si pudiera sentir lo que pasa por su mente... Como si pudiera saber lo que siente...
-¿Hablas de leer sus pensamientos? -Preguntó Obi-Wan incrédulo.-
-No... No exactamente, pero sé hacia dónde se guían sus acciones. Percibo la forma en la que actúa.
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La Dama Gris | Anakin Skywalker
FanfictionKaia Gienah era una de las mejores Jedi de su época. El día que logró pasar las pruebas para convertirse en Dama Jedi, desapareció. Nadie sabía por qué había desaparecido ni dónde se encontraba. La apodaban la Dama Gris, ya que creían que había s...