▪Llámame Senpai▪ [Mikayuu]

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La temporada de estudios avanzaba de manera normal en el cuarto mes del año para los estudiante con nivel académico excelente, o también para los estudiantes que solo se encontraban unos cuantos escalones abajo de esa categoría pero de los que no podía decirse lo mismo era de aquellos alumnos irresponsables que dejaban mucho que decear año con año.

Diversos problemas adentro de la institución se daban gracias a esos jóvenes que no se preocupaban ni un poco por su reputación pese a los constantes llamados de atención y castigos impuestos por parte de los maestros, aunque había mucha variedad de ejemplos de estos chicos sin duda el mas problemático siempre fue el de cierto azabache de ojos verdes esmeralda.

Yuichirou Amane era un joven antipático y de bajo rendimiento académico a pesar de que sus mejores amigos eran estudiantes promedios; que mas de alguna vez fueron castigados junto con Yuu al ser descubiertos incubriendo alguna travesura del moreno. El director Guren era reconocido siempre por ser un hombre estricto pero justo con su alumnado, además de tener una personalidad serena y respetuosa para todo aquel que se le acercara, y era obvio que él trataba de serlo hasta con los estudiantes que llegaban por un castigo a su oficina.

Pero estamos hablando de Yuu, que era la única persona que sabia como sacarle canas verdes hasta a la persona con el más alto nivel serenidad en la tierra solo con su personalidad impulsiva.

Yuuichirou llegaba con mucha frecuencia a la oficina de Guren debido a muchas razones, desde incumplimiento de las normas de la institución hasta disputas con otros alumnos igual de bravucones que él. Todo esto tenia su razón según Yuu, ya que en la mayoría de peleas en la que se había visto involucrado era por querer defender a otro pobre chico que estaba siendo molestado y eso era algo que nunca había tolerado desde pequeño, no le parecía justo que otros chicos se burlaran de la gente que tal vez no tenia capacidad de defenderse y para él todos esos problemas eran por una buena causa.

Si bien algunas de todas la riñas eran debido a esto, también estaban las que comenzaban por cualquier tontería y esa era la razón por la que se había vuelto más serio y desinteresado de cierto modo, porque para los amigos de Yuu el nunca había cambiado.

Aunque eso tampoco era una justificación a su pereza por cumplir su deberes y obligaciones, pero eso él no le tomaba mucha importancia.

Guren ya no tenia otra alternativa más que expulsar a aquel niño insolente que tantos problemas le había dado, pero el sabia la situación por la que estaba el azabache se encontraba, al saber que ninguno de sus padres respondería por el comportamiento de su su hijo él inconsientemente tomo la responsabilidad de Yuu como si fuera el suyo y si quería que Yuu mejorara todo su comportamiento tenia que hacer algo de inmediato.

Y sabia exactamente quien podía ayudarlo.

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-¿Y ahora que quieres Guren?-dijo Yuichirou de mala gana cuando entro a la dirección antes del receso después de haber sido llamado por el altavoz que se encontraba en el pasillo. -Todavia es temprano, no he hecho nada aún.

-Callate y sientate de una vez- Guren mostró una sonrisa satisfactoria al ver como Yuu obedecía y esperaba a que este continuase, pronto se acabaría de una vez por todas esa pinta de chico rudo.

-Eres consiente de todos los líos que has causado todo este tiempo, ¿verdad? De todos esos reportes de tus maestros con tus grandes faltas de respeto y los pobres dos chicos que les faltan unos dientes gracias a un puñetazo que les diste solo por llamarte prinse-

-¡Ve al grano de una puta vez! ¿¡quieres!?-a Yuu le hervía la sagre de solo recordar a aquellos tipos que se habían atrevido decirle princeso solo para cabrearlo, acontecimiento que si bien no era correcto, había hecho morir de la risa a Guren.