Una enorme casa antigua, oscurecida y con la pintura desprendiéndose. La madera carcomida y ennegrecida, estaba básicamente abandonada ya que nadie se encargó del mantenimiento en décadas. Dos décadas para ser exactos, por supuesto, una casa tan vieja ya guardaba la historia de alguien.
Los anteriores propietarios que murieron en la casa, fueron una pareja joven que fue asesinada, es perfectamente comprensible que nadie hubiese querido comprarla en todo este tiempo.Kate odió esa casa desde el momento en que la vio por primera vez, tenía una atmósfera de tristeza a su alrededor y todo se volvía gris a su lado contagiando su oscuridad. Pero, en plena crisis, la casa heredada de una tía abuela que nadie conocía era una buena opción para su familia y lo que Kate opinara no importaba.
-¿Estás de coña?-dijo al ver las telarañas en la puerta, empujó esta y sonó un chillido agudo - No puede ser, mamá yo he visto esta película.
-No es gracioso, lo limpiáremos y quedará como nuevo.- gruñó su madre.
-Por favor, la casa esta gritando que está construida sobre un cementerio indio.- a Kate le parecía demasiado obvio.
-¿Qué parte grita eso?- respondió su madre con sarcasmo.
-Todo. A mí me lo han dicho ellas - señaló las gárgolas grises que colgaban en el tejado con las bocas abiertas a modo de desagüe.
-Las quitaremos.- incluso a ella le dieron una sensación extraña.
-No, me gustan, sobre todo esa.- señaló a la tercera desde la izquierda, que mantenía en sus brazos un bebé que estaba a punto de dejar caer.
-¿Pero qué mente perturbada ha podido hacer eso? - su madre estaba tan asqueada que parecía a punto de vomitar.
-La misma que ha hecho esto - ella se había adelantado y estaba frente a un cuadro de un cerebro diseccionado de dos metros de ancho y dos de largo.
-Saca eso de mi casa.- ordenó sin pararse a mirarlo.
-Esto no ha hecho más que empezar,¿tienes idea de lo que puede haber en el sótano?- rió por no llorar.
-Limpialo tú.- amenazó ella.
-¡No! Eso sería un maldito suicidio, ¿y luego qué?¿Voy de noche y con una linterna sin pilas?- Kate vio la cara seria de la mujer que la parió y decidió parar las bromas.
-Hija...
-Madre...
-Katerine...
-Vale- cedió al ver cómo latía la vena del cuello de su madre.- Pero primero preparemos las habitaciones y el comedor.
-Me parece perfecto, ¿estás segura de que estarás cómoda tu sola en la segunda planta?- aquello debía drle miedo a Kate.
-Sí, todas las plantas parecen igual de peligrosas en esta casa.- respondió subiendo los hombros.
-Solo crees que da miedo porque es lo que esas estúpidas películas han hecho que pienses.- la abrazó, y por alguna razón Kate ya se sentía mejor. - Se te está pudriendo el cerebro cielo.
-¿En serio vas a negar que es terrorífico? Por mi experiencia, serás la primera en ver los fantasmas.- todas las películas tenían ese punto en común.
-Muchas gracias.
-Voy a dejar las cosas...-tiró de la maleta con ruedas - ¡Vaya! Escaleras de caracol, ideal para huir en caso de emergencia.
-Cállate ya, pesada.- chilló ella.
-Sí, sí, cuando te resbales con esa alfombra , te caigas y quedes indefensa ya me contarás...
Subió la maleta muy costosamente arrastrando por los peldaños.
Cuando estaba arriba exploró su habitación, el baño y una sala de unos dos metros cuadrados que parecía una especie de almacén grande lleno de trastos.
-¡Mamá! He encontrado la muñeca siniestra.- gritó desde allí.
-¿Qué?- su madre llegó a su lado .- ¿Qué muñeca?
-Esta, la que se mueve sin que nadie la toque y por la noche cobra vida. - sacó del almacén una muñeca del tamaño de un bebé, con un vestido rosa claro, dos trenzas rubias atadas con lacitos rosas y los ojos de cristal totalmente negro. Lo más perturbador era su sonrisa macabra de dientes cuadrados.
-Tírala a la basura, todo lo que haya.- contestó dibujando una cruz en su pecho.
-Bueno...pero antes lo cotillearé.- la miró negando con la cabeza.- Vamos, sabes que soy cotilla por naturaleza.
-Haz lo que quieras, pero te aseguro que no lo querrás aquí de noche. Tengo cosas que hacer, no me molestes más.
Kate colocó sus libros en la estantería y la poca ropa que no había traído ya su madre, porque como todo el mundo sabe no se hace una mudanza en un día, ya estaba todo preparado.
La curiosidad la mataba , no podía quitarse de la cabeza la idea de qué habría en el almacén, como cuando se te pega una canción y no puedes parar de tararear la melodía.
Pero Kate no era tonta, cogió unas cuantas cajas y las bajó al patio, aunque salir corriendo por el bosque mientras llovía no fuera una buena idea, era mejor que quedarse arrinconada en su habitación.
Abrió la primera de las cajas, dentro había un reproductor de cintas antiguas o algo así junto a una cuantas que estaban etiquetadas cómo «Momentos en familia » , más siniestro no podía ser, grabaciones de personas muertas, quizá incluso encontraría al asesino en alguna de ellas.
Abrió la otra, había un espejo envuelto en un pañuelo, debajo había una inscripción casi borrada
- Elisa. - leyó en voz alta, de los árboles del bosque salió una bandada de pájaros con una serie de graznidos molestos.
Inmediatamente Kate pensó en tirarlo, si un animal huye de algo de esa manera no puede ser bueno. Pero no creyó que al dueño de eso, posiblemente un fantasma en su casa, le gustara que se tiraran sus cosas a la basura. Así que decidió volverlo a dejar donde estaba.
Iba a meterlo en la caja, cuando vio que no era lo único que había en ella. Era una pluma de plata adornada con muescas en forma de rosa, esta también tenía una inscripción
-Hunter. - se atrevió a pronunciar, y los pájaros volvieron a salir de entre los árboles.
-¿Pero cuántos pájaros hay en ese maldito bosque?
Los guardó en su caja con cuidado de ponerlos tal y como estaban. Dejó la caja en su sitio, la de las cintas y el reproductor las dejó en su escritorio.
Tenía que seguir vaciando el almacén , de modo que sacó más cajas.
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¿Crees que estoy loca?
HorrorTípica casa que sabes que está encantada y la encantadora familia que se muda, hasta aquí todo como siempre , pero hay una diferencia , Kate no es la chica tonta que grita mucho y se tropieza cuando corre, no es tan fácil de asustar. "No es una de e...