Kate bajó las escaleras de dos en dos y fue a la cocina dónde estaban todos , no sabía por qué se sentía enérgica con ganas de hacer cosas, correr, saltar, y todo a la vez .Era uno de esos extraños días en los que sus hormonas se apoderaban de ella.
—Kate, cielo, he estado hablando con María y hemos pensado que podrían pasar todas las vacaciones de Navidad aquí.— dijo su madre quitándole la taza vacía de las manos para lavarla.
—A mí me da igual.— dijo Kate casi sin pensar.— ¿Dónde está Jack?
—Jackie se ha prestado para limpiar el sótano, podrías ayudarle ahora que os lleváis tan bien.
—¿Por qué lo dices?— a Kate ya no le resultaba tan repulsivo, pero nada más, ¿cómo sabía eso su madre?
—Os hemos visto esta mañana , durmiendo, abrazados, los dos juntos, en la misma cama...— María se estaba viniendo arriba demasiado.— Ya te dije que tú y mi Jackie os llevaríais bien.
—Voy a bajar a ayudarle.— A Kate le importaba bien poco ayudar solo quería abandonar esa conversación incómoda.
Kate no era fácil de asustar, pero en este momento estaba francamente con un miedo que no podía aguantar.
La escalera era estrecha y sin barandilla así que llevaba una mano a cada lado de la pared , al final de los escalones había una esquina que conducía a un pasillo , la pintura blanca se caía a pedazos y por el techo circulaban unas tuberías negras cuya cobertura colgaba desgarrada, las telarañas se extendían por todas partes.
Kate notó unas garras clavándose a la altura de sus hombros desde atrás, una sensación de angustia inundó su pecho , sintió que se le acababa el aire y no podía respirar.
Echó el codo atrás golpeando con fuerza a... nada, solo rozó una fina tela, como el tacto de una mariposa , solo pudo ver un destello blanco de reojo pero al girarse no encontró nada.
—¡Jack!
Él apareció corriendo por el pasillo, a Kate le pareció que su madre tenía razón cuando decía que era guapo, Jack no estaba nada mal en realidad, lástima no poder meter a otra persona en ese cuerpo.
—Dime.
Kate se acercó y sin mucho reparo le puso la mano en el pecho, quería comprobar que era real, y lo era.
—¿Kate?— él sonrió y cogió su mano .— Por lo menos invítame a cenar primero.
—¿Lo has visto?
—¿Ver qué?
—Joder, esa cosa, estaba...
—¿Cómo te has hecho esto?— Jack señaló unas hendiduras en forma de herradura que tenía Kate en los hombros, su camiseta se había rajado en torno a las marcas.
—¿No lo has visto?
—Kate, si es una broma no tiene ninguna gracia, ¿estás viendo cosas?
No era broma, Kate juraría haber visto algo , algo de un blanco radiante que desprendía una luz cegadora, parecía totalmente real ...¿O no? Ya no estaba tan segura, entró allí con miedo y no era raro que su imaginación le jugase malas pasadas.
—No, era una broma .—ella sonrió— creí que no caerías , estabas a punto de picar.
—Has hecho una buena actuación y el escenario era perfecto, tu casa da miedo.
—No es mi casa, es solo provisional...
—¿Vienes a ayudar con los trastos?
—Vengo a escapar de nuestras madres canturreando que somos novios.
—Pues bienvenida al club.
—¿A ti también?
—Ya estaban tomando medidas para el traje de novia .— Jack cogió unas cuantas cajas para subirlas y Kate hizo lo mismo.
—No será verdad.
—Por supuesto que no.— Jack apagó la luz.— Usarás el traje que llevó tu madre, amorcito.
—¡Cierra la boca!
Sacaron las cajas al jardín que ya estaba lleno de las que había subido Jack.
—¿Qué hacemos con ellas?— le dijo Jack mientras dejaba las cajas en el suelo.
—¿Qué hay dentro?
—Ni idea.
—¿Llevas toda la mañana moviéndolas y no las has mirado?
—No son mías.
—Ni mías tampoco.
Kate abrió una caja que tenía a sus pies, era una cuna blanca de madera y parecía antigua, había algo escrito en el cabecero.
—Rossie.— leyó Jack, los pájaros volaron graznando como locos y él dio un salto.— Joder, ¿qué acaba de pasar?
Kate pensó en decírselo, que no era casualidad, que pasó lo mismo cuando nombró a los padres de la niña, pero no pensaba ser la loca de los espíritus, de ninguna manera.
—Se estará acercando una tormenta.
—¿No es mucha casualidad?
—Cosas más raras se han visto.— dijo Kate mordiéndose la lengua (no literalmente).
Jack cogió otra caja y al abrirla se quedó boquiabierto.
Kate se acercó, estaba llena de sábanas blancas manchadas de sangre.
—Llama a la policía.— dijo Kate.
—No, no puede ser, no es posible, puede que no sea lo que parece... puede que sobreviviera, quizá solo le vino la regla...
—Llama a la policía ahora mismo.— Kate cerró la caja y la llevó a la cocina.
—¿Te pasa algo cielo?—preguntó María cuando dejó la caja sobre la mesa.
—Estaba en el sótano.— Sin decir nada más abrió la caja y las dos palidecieron.
—Oh Dios mío.— dijo la madre de Kate tapándose la boca y alejándose.
—Hay que abrir las demás cajas.— María no estaba escandalizada ni horrorizada, sacó las sábanas de la caja y Kate se fijó en lo que estaba bordado en ellas, «ROSSIE ».
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¿Crees que estoy loca?
HorrorTípica casa que sabes que está encantada y la encantadora familia que se muda, hasta aquí todo como siempre , pero hay una diferencia , Kate no es la chica tonta que grita mucho y se tropieza cuando corre, no es tan fácil de asustar. "No es una de e...