Dos días después.

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Efectivamente, lo único que necesitaba era descansar , en un par de días había conseguido darse cuenta de lo estúpido que había sido todo aquello, nunca hubo ningún fantasma ni nada por el estilo , solo eran imaginaciones suyas y ahora Kate estaba segura de ello.

-Kate, ¿puedo pasar?- se oyó la voz de Jack al otro lado de la puerta.

-Si.

Él pasó con una bandeja donde llevaba el desayuno, como todos los días.

Jack la había estado cuidando mientras se recuperaba.

-¿Qué lleva la infusión?

-Ya te he dicho que es una receta secreta y si te lo contara ya no lo sería.

-Vale, vale. Ayúdame a levantarme.- Kate extendió los brazos y él se los bajó con delicadeza.

-Tienes que descansar...

-Ya estoy bien, no he vuelto a ver nada.

-Kate, creo que te prepararé otra infusión.

-Ya no quiero más infusiones, estoy harta , me dan asco.

-Te vendrá bien...¿No te muevas vale?

-Está bien.- dijo con pesadez, sabía que discutir en ese momento era una batalla perdida.

En cuanto oyó sus pisadas lejos se levantó de la cama, llevaba días ahí tumbada y se le habían hecho eternos, cada vez se encontraba peor , no físicamente pero estaba deprimida y apagada, y creía saber por qué , ayer tiró la asquerosa infusión que Jack había preparado en la maceta del cactus y lo mismo hizo con las otras tres , se encontraba mucho mejor desde entonces.

Los pasos se acercaron a la habitación y ella se lanzó sobre la cama mientras se pasaba la manta por encima.

-Aquí tienes, con dos cucharadas de azúcar, ¿es así como te gusta no?

-En realidad prefiero tres.

-Mierda, ahora vuelvo.- dejó la bandeja en la mesilla y salió de nuevo.

-Aquí tienes, con dos cucharadas de azúcar.- dijo Kate mientras tiraba la infusión en la maceta.

Jack volvió con el azucarero tan rápido que a Kate no le dio tiempo a levantarse y estirar las piernas.

-Ya te traía el azúcar...

-Tenía sed.- respondió ella cortante.

-¿Te encuentras bien? -dijo él.

Kate temió que la hubiese descubierto así que fingió estar desanimada.

-La verdad es que no... me siento agotada...

-No te preocupes yo te cuidaré- Jack se sentó en el borde de la cama y la acarició el pelo dejando que se enredara en sus dedos.- Si necesitas cualquier cosa yo te ayudaré, no vuelvas a pasar sed, solo llámame ¿vale?

«Necesito que dejes de envenenarme maldito capullo.» pensó Kate.

-Gra...gracias -dijo en su lugar.- Me estás aplastando el brazo.- mintió Kate, no le gustaba que estuviera tan cerca no hacía más que contribuir a sus ganas de partirle la cara y salir corriendo.

-Perdón. Perdona. Lo siento. Lo siento mucho.- Jack se apartó de un salto.

-No...no importa.

-¿Necesitas algo más?- se removió nervioso.

-No.

-¿Estás segura?

-Si, solo estoy cansada...

-Uy, perdona te estoy molestando, ya me voy...- se paró en la puerta.-Kate.

-¿Si?

-Te quiero.

-¿Qué?

¿Cómo podía quererla? Solo eran mentiras para a saber qué.

-Solo quería que lo supieras...- su voz sonaba triste incluso parecía real y no una actuación.- Te prepararé otra infusión...

A Kate el corazón le dio un vuelco,¡más infusiones no! El cactus iba a reventar, en estos momentos se arrepentía de tener un cactus y no un almendro o un manzano en su habitación.

-Jack .- estas palabras le iban a doler como puñaladas en la garganta pero eran necesarias.- Yo también te quiero.

-¿Lo dices en serio?- en sus ojos brilló una chispa.

-Si...es solo que no sé qué me pasa...

-Dímelo otra vez.- agarró sus manos frías y las llevó a su cuello mientras le apartaba el cabello de la cara.- Por favor, necesito oírlo.

-Jack...te quiero.

-Kate, voy a besarte.- se acercó a sus labios, de su boca emergía olor a café, Kate giró la cabeza bruscamente para apartarse.- N-n-o...no lo entiendo...dijiste que me querías.

La coartada de Kate pendía de un hilo.

-No, si yo te quiero, pero estoy... no sé ...es como que no soy yo.

-Supongo que es demasiado pronto.

Jack se levantó , la tapó con la manta y se fue.

Kate se puso en pie , se cambió de ropa, ya que un camisón no es muy cómodo para correr y salió de la habitación.

¿Crees que estoy loca?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora