MDQ 2

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Día 2

Mientras nos besábamos, se me levantó un poco la pollera y él vio las marcas en mi pierna. Fue duro explicárselo pero entendió. Intenté convencerlo de que no era su culpa, ya que esa fue su primera reacción. Puede que si él hubiese estado cuando yo sufria máa, yo no hubiese caído tan bajo pero no puedo despojarme de mi culpa. fue total y completamente reesponsable de esto, aunque el mundo no ayudara en nada.

Perdonen si esto les parece irrespetuoso o demasiado, pero se quedó a dormir en mi habitación. Dormimos juntos en mi cama, con mis otras 2 amigas en sus respectivos lugares. No sucedió nada, solo nos abrazamos. Cuando desperté, fui al baño y me lavé los dientes. Me puse presentable para regresar y verlo aún dormido. Disfruté de la vista y luego bajé a desayunar. No desayuné. Me senté, ollisquié, hice comentarios sobre comida deliciosa y mencioné una excusa para retirarme.

En mi piso estaban las habitaciones de los coordinadores, ya que era uno de los más altos. Al salir de la habitación para pedir silencio ante los gritos, vi al mellizo casado (mellizo 4) junto con sus amigos justo en frente. Sin remera, chicas. No es que haya reparado mucho en ello si no el hecho de que, cuando les pedí que se cayaran, él contestara: "Callate vos". Y uno de sus amigos dijiera, sonriendo: "¿Este el nuevo Match Point de (apodo de 5)?". Decidí cerrarles la puerta en la cara y continuar con mi vida.

Por la mañana salimos a hacer una especie de tour donde nos tomamos fotos y recorrimos MDQ. Él no me hablaba pero yo lo consideraba correcto, tampoco quería depender de él todo el tiempo. Uno de los mellizos (Si, el que me atraía porque estaba buenísimo) me habló un rato durante el tour pero nada del otro mundo. Nos conocíamos desde antes y solo trataba de ser amable. Okay, puede que se me haya caído un poco de baba. Apesar de eso, esta super-enamoradisimo de otro y 5 no me daría ese tipo de atención nunca.

Supongo que fue culpa de la felicidad, sentirme por fin querida y bonita. Ese chico, con un simple beso, había logrado bajar mi guardia. Mi protección había caído y ya no me sentía fuerte porque lo tenía a él para sostenerme. Ese día, comí. Mucho pan, carne y papa fritas. Perdóname, Ana. Corrí al baño pero solo para una persona y la gente empezaba a hacer fila. Te fallé, Mia. Perdónenme, jamás volverá a ocurrir.

A la tarde, con buzos y pantalones largo, fuimos a la playa. Sacaron más foto y algunos hicieron surf. "Mi chico", nuevo apodo de mis amigas, fue uno de ellos. Yo estuve la primera hora tan aburrida que podía ahogarme hasta que, regresando hacía el kiosco por el caminito de madera, alguien tocó mi pierna. Me volteé para ver a 5, el mellizo más alto, flaco y soltero. Estaba tocando el ukulele y me ofreció quedarme a escucharlo. Acepté pero apenas empezó a cantar supe que fue un error. Rodeada de sus amigos (completos desconocidos), me enamoré de esos ojos. Dios, era hermosos y trasmitían tranquilidad y tanto cariño que me dañaba el alma.

Hablamos durante un rato pero apenas me miraba y todos sus compañeras empezaban a notar mi baba. Bien, era muy lindo pero solo me veía como  a una hermanita. Genial. Cuando empezaron a salir del agua los surfista, le dije que tenía que marcharme. Llevaba apenas horas con alguien y no pensaba insitar a pensar que ya no lo quería. Regresé con mia amigas, quienes no paraban de hablar del mellizo 5. Una de mis antiguas amigas (persona que me odia y solía ser mi más cercana) casi me saca los ojos diciéndome que ella se hablaba con él pero no le dio más bola. Para haberlo superado, parecía realmente afectada de que haya pasado la tarde con él.

Deben entender que yo no me habló con nadie, no soy sociable ni segura de mi misma ni buena onda. Soy tímida con desconocidos, nadie se fija en mí de manera física ni emocional y soy bastante solitaria con constantes cambios de humor que asustan. Haberme sentado a escuchar la canción fue un logro para mi, el simple hecho de que él quisiera hablar conmigo me sonroja. Me sentía alagada por un chico lindo (muy), pero eso era todo. Yo quería a otro.

Esa tarde comí un pancho. Rogué por la piedad de las princesas, pero la culpa y el pecado no pudieron salvarme. Entendí que la felicidad me hacía débil, pero por primera vez me sentía viva. Nos sabía que debía hacer, me encontraba perdida. Y encontrada, tal vez por la persona o solución equivocada.

Al volver al hotel para cambiarnos, él apareció en mi puerta. Intenté echarlo pero vio mis pulseras hasta el codo y noté su expresión. Me vio por primera vez en un año, aterrado y con cara de pánico. Sabía lo que escondía, pude notarlo en su mirada. Cerré la puerta y traté de explicárselo en el pasillo. Estaba negado, asustado. Me contó que una prima se había intentado suicidar y yo lo consolé. Terminamos con unos besos y, más calmado, regresó a su habitación.

Más tarde apareció el mellizo soltero. Yo acaba de salir de la ducha pero había llegado a ponerme la ropa para el boliche de aquella noche. 5 llevaba unos anteojos de sol y tenía un aire superior que no había notado antes. Hizo chistes y  realizó comentario sobre mi vestuario.

"¿Así vas a ir?", dijo. Afirmé con un "Si" cortante. "La temática de la fiesta es playa.", agregó. "¿Y?", solté. Sus amigos aparecieron para llevárselo antes de que pudiera decir nada y un "Nos vemos esta noche"  logró salir de su boca antes de que desapareciera de mi vista por la escalera. Casi hice giratoria la puerta la cerrarla. No era Match Point de nadie y ya estaba con alguien (o algo parecido). Además, esa nueva faceta de superior, ganador y egocéntrico me ponía los pelos de punta de las ganas de pegarle. Decidí ignorar mi furia y continuar cambiándome.

El boliche consistió en evitar al mellizo y, peor, al chico del cual estaba empezando a enamorarme más y más cada día.  Cuando 5 vino a acusarme de robarle los lentes (invento de una no tan amiga mía), lo traté tan cortante como me fue posible pero Él me vio y corrió a llenarme de preguntas celosas. Logré tranquilizarlo y regresar a bailar pero el mellizo me tomó por el brazo y dijo algo como: "¿Te está molestando?" y "Avisame si te molesta que lo mato". En verdad parecía una película todo, pero puedo jurar que fue lo que pasó.

Esa misma noche MM, la amiga que había comenzado todo, vio mis cicatrices en la pierna y me preguntó que me pasó. Inventé una terrible excusa y salí corriendo como toda una cobarde. Me pesiguió pero logré escapar y cuando regresamos al Hotel, ella actuaba como si nada hubiese pasado. Aprecié eso mucho de ella, saber darse cuenta que necesditaba mi espacio y tiempo.

Al día siguiente, regresamos. El viaje fue largo pero aún así no dormí y volví a tomar fotos de los principes y princesas durmientes. Regresé con comida en mi estómago y pulseras en mis brazos, pero también con un secreto silencioso compartido con una de mis amigas más queridas, con amigos más que únicos, con un chico que apesar de ser un mujeriego (luego me enteré de que se besó con una de mis compañeras de colegio en la escalera) logró subirme un poco el autoestima, con el chico que me gusta admitiendo que le gusto y con, más que nada, la esperanza de que las cosas podían mejorar.

Ana, Mia y Auto lesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora