Capitulo 1

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Mis lagrimas cayendo por la mejilla, con el sonido de la dulce brisa de la primavera, siempre estaba en el sitio especial cuando conozí a mi mejor amigo. El, escondido en algunos arbustos entre las flores camuflandose, o más bien, espiandome.

-¿Que quieres? -pregunté

-Nada, solo quiero saber lo que te pasa -respondio preocupado.

-Problemas... cosas que a ti no te importan -respondí borde.

-Entiendo... ¿necesitas algo? -dijo preocupado.

-sí, ¿tienes en el bolsillo lo de siempre? -dije con una sonrisa.

-¿quieres decir las gominolas que llevo siempre para ti? -dijo riéndose a carcajadas.

-bueno.. ¿las de fresas no? -respondí riéndome.

-Necesitas más que eso -respondió.

Se sentó al lado mia y me abrazó fuertemente. Sabía que me iba a dar un abrazo, lo conozco desde los cuatro años, el es un trozo de mi corazón. De mientras de que me abrazaba, se me quedaban las lágrimas en mis arrugados ojos celestes. Me saqué un pañuelo, y me quite las lágrimas con el suave pañuelo.

-¿vamos a las clases? -preguntó.

-Y si.. ¿nos saltamos las clases? ¡podríamos ir al sitio que te dije desde hace tiempo! -respondi emocionada.

-Nunca nos hemos saltado las clases.. creo que no.. -respondió.

-¡Jo tío! ¡hazlo por mí! -dije emocionada.

-Cristina no es buena idea.. -respondió Alejandro.

-¡Vale tu ganas! Si no vas, voy yo sola -respondí.

-¿Tu sola? ¿Estas segura de lo que estas haciendo? -respondió.

Le dije que si, me fui corriendo del instituto y después de que acabase el instituto, le estaba esperando en la puerta a Alejandro con unas bolsas del Mac Donald. Esperé y esperé y hay estaba.

-¡Alejandro! ¡aqui tienes! -respondí contenta.

-¡jajajajajaja! Veo que has comprado algo traviesa. -respondió.

-¿vamos a mi casa? No estan mis padres -respondí.

-vale, vamos. -respondió alejandro.

Mientras que caminábamos, los dos estabámos comiendo las hamburguesas del Mac Donald y de repente me empezó a preguntar:

-¿puedo preguntarte algo? -preguntó preocupado.

-¿qué? -respondí

-¿porqué antes estabas llorando? Lo de antes, ¿te acuerdas? -respondió.

-te dije.. que eran asuntos mios -respondí borde.

-¿y no me lo puedes decir? Porfavor no se lo dire a nadie, te lo prometo. -respondió

-si te lo digo te enfadaras.. -respondí nerviosa.

-pues vale, no me importa lo que me digas, ahora dimelo. -respondio entusiasmado.

De repente, me resbalé y caí en una rampa enorme, mientras me caia en la rampa, decia cada segundo mierda, mierda, mierda, hasta llegar a la carretera.

Continuara.. (◕‿◕✿)

La Media Naranja PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora