Capítulo 4

9.4K 413 14
                                    

Asiento sin pensarlo. Se jugar a esto desde que aprendí a decir mis primeras palabras, es uno de mis pasatiempos favorito. Boxeador, has perdido en tu propia lucha.

Ambos comenzamos a caminar hacia aquel sector. Todos los presentes nos observan, principalmente a el. Ojos abiertos y gritos de aliento es lo único que se logra escuchar. Eiden sonríe victorioso ¿Esto hacen las personas que asisten a una pelea en la que el participa? Mi pregunta no obtendrá respuesta, nunca he asistido a una desus dichosas peleas.

Eiden toma la esfera mediana que sale del juego, sus dedos la sostiene mientras da unos pasos hacia atrás y balancea su brazo derecho hacia delante soltando mi futuro en ella.

-¡¿TRES?! ¿Solo tres?-pregunta para sí mismo colocando sus dos manos detrás de su cabeza. Rio, esto será más sencillo de lo que creí-Ten, supera eso.

-Mira y aprende, novato-le guiño el ojo posicionándome para lanzar. Esta cae en la rampa de madera que ca hacia los pinos blancos. Uno, dos, tres...¿UNO? ¿Qué, pero cómo?

Eiden se echa a reír como si no hubiese mañana, mi cara es un poema, ¡Solo derribe un maldito bolo!

-No puedo aprender de alguien que solo puede tirar un bolo-dice el posicionado nuevamente-Creo que eso de mostrar mi torso lo dejamos para la noche.

-No estés tan seguro, aun no has ganado-la culpa crece en mi. Pienso en Theo y no me gusta para nada la idea de pasar la noche con otro hombre. Esto me pasa por ser tan terca y querer ganar siempre ¿Pero que digo? Yo fui la que asistió a clases gratuitas para aprender a jugar esto. Tengo que ganarle...

-¡GANÉ!-grita Eiden, sacándome de mis pensamientos. Volteo a ver el final de la rampa. Efectivamente, era cierto. Todos los bolos estaban esparcidos por el piso, ¡Me ganó! ¡Un boxeador me ganó en un juego de bolos! Theo va a tener un desequilibrio emocional si se entera. Estúpidos pensamientos que no piensan antes de actuar, es decir los pensamientos no piensan y...

-Ahora tienes que cumplir, la noche aún es joven.

¿Que voy a hacer? No puedo serle infiel a Theo, pero tampoco puedo romper un trato. Eiden lo haría si el perdedor hubiese sido el.

-Va a ser una noche inolvidable-dice sonriéndole a la gente que lo aplaude. Un montón de idiotas, quizá sea el mejor momento para tirar abajo sus ilusiones. 

-¿Disculpa?-pregunto haciéndome la desentendida. Alza una ceja, no se esperaba esa pregunta barra respuesta.

-La apuesta fue que si perdías, ibas a pasar esta noche conmigo...¡Armando, trae el video!

-No es necesario que venga el tal "Armando"-hago comillas-Exactamente, yo accedí a pasar la noche contigo, pero no a acostarnos-suspiro-¡Ay Eiden! Te creía más inteligente 

-Yo me refería a eso-se defiende con su ceño fruncido.

-Pero no lo diste a entender de ese modo. Así que por lo tanto, la noche la pasamos, pero no la mañana-una risa se me escapa. Ver la cara de Eiden enfurecerse  de por un error que el cometió, es grandioso.

Las personas que nos rodean sólo me observan mudos, ¿Qué? ¿Ninguna chica se atrevió a enfrentarlo? Algunos emiten un ¡Uh! Como respuesta, pero ninguno es capaz de hablar ni por mi, ni por Eiden. Solo sirven para gritar cuando Eiden lanza puñetazos o cuando busca su "presa fácil "

-Bien-gruñe Eiden por fin, abriendo paso ante la multitud conmigo detrás.

Su aroma, el mismo que quedo atrapado en mi vestido cuando chocamos, inunda mis fosas nasales. El perfume que usa Theo llega a mi mente, uno totalmente paralelo al de el boxeador. No entiendo qué hago admirando el perfume de un hombre que no es mí hombre. Como unas horas y una cantidad de copas, cambian a un ser. 

No me dí cuenta de ya habíamos salido de "Ciencia y Quimica" ni siquiera recordé de buscar a Josefina y contarle mi triste derrota en los bolos. 

-Llegamos-dice frente un vehículo retro. Eiden abre la puerta del copiloto, invitan tome a introducirme en el espacio delantero de cuero blanco. Creí que íbamos a pasar la noche en su casa o en un lugar con paredes-Prefiero estar en mi auto que en mi casa, Valery

Responde como si supiera lo que pense-¿Cómo sabes mi nombre? Montenegro lo he dicho.

-Valery, lo supe desde que chocarte conmigo; tu collar te delata-¡Lo había olvidado! Mi nombre en dorado cuelga de una fina cadena. Estoy acostumbrada a tenerla en mi cuello que no la siento. Eiden ríe y me abofeteo mentalmente por hacer muecas cuando pienso.

~

N/A

¡Hola lectores!

Perdón si tarde en actualizar. 

¿Que les pareció?

Voten y comenten. Me hace muy feliz que lo hagan, porque de esa forma sé que la historia les gusta y esperan que suba un nuevo capítulo. Es como una recompensa a mi trabajo :) Su opinión libremente pueden comentarla.

Nos leemos mañana.


La Mujer Que Queremos Los Dos © (Hagamos cosas malas, mi boxeador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora