La octava del grupo

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ADVERTENCIA
Este capitulo puede contener un nom8re irónico con la personaje siguiente con respecto al título.

Tu nombre es Vriska Serket y estas a punto de golpear con tu brazo biónico a cualquier cosa que se te acercara.

Te habías separado del grupo hace un par de días, no volviste a verlos desde que fueron perseguidos por ese grupo de maníacos. Ahora era otra noche oculta en otra casa vacía.

Hace poco entraste a una casa blanca, grande a tu parecer, de dos pisos y varias habitaciones bajas. No prendiste tu linterna, era suicida. Las ventanas estaban cubiertas por una barricada hechas por tablas de madera y una puerta de enfrente estaba rota e iluminada por la luz de la Luna.

Gracias estúpida Luna, ellos podrán verme. Pensaste.

Caminaste lento, no podías asegurar de que no hubiese nadie por ningún lado. Lo peor de las noches es que ellos no hacían tanto ruido como de día, era más difícil localizarlos.

Tu pierna se topó con algo suave y lijero. Al agacharte a agarrarlo pudiste notar que era un sombrero, blanco según la luz de la Luna.

Ahogaste un grito al ver el cadáver de un hombre frente a ti. Seguramente el dueño del sombrero. Su cuerpo estaba lleno de sangre y a su alrededor había tres figuras en el mismo estado, sólo que llevaban otro color de líquido sobre y debajo de ellos.

Seguiste tu camino dejando el sombrero. No querías seguir viendo cadáveres y sangre.

Subiste a la segunda planta con sigilo, no viste o escuchaste nada pero aun así no bajaste la guardia. Entraste a la primera habitación que viste el cual estaba iluminada por los pocos rayos que sobresalía entre la abarrotada ventana.

Esta vez si encendiste la linterna y apuntaste al piso para no llamar atención. No se veía nada. Miraste el techo, las paredes y bajo la cama. Nada.

Entraste segura y cerraste la puerta tras de ti.

"Shhh... hehehe."

Tragaste seco.

"Mierda."

Miraste a un costado ladeando tu cabeza. Del lado de donde cerrabas la puerta, justo el punto ciego de la habitación por si alguien entraba, uno de ellos estaba parado frente a ti con un dedo puesto sobre su sonrisa ladina. Sus ojos abiertos como platos te miraron fijamente, endemoniados y eufóricos.

Y después de reírse se tiró hacia ti, estirando sus brazos a tu dirección y abriendo su gran sonrisa mostrando su cavidad bucal.
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Tu nombre es Karkat Vantas, y otra vez volviste a despertar gritando.

Era la tercera noche en que las pesadillas te perseguían y te mantenían despierto.

No querías parecer débil, querías poder ayudar a los demás como lo hacía Equius o Kanaya. Pero estabas asustado. Mucho. Y tus comportamientos no te daban mucho por decir. Te ocultabas detrás de tu moirail y evitabas hablar constantemente.

Odiabas las noches más que cualquier momento. Todos los problemas siempre parecían venir en las noches.

"¡Karkat!" Entró Dave a tu habitación. El humano estaba sin remera y sujetando en una de sus palmas una espada un poco rara.

Tu respiración estaba aun agitada de la pesadilla. De tu frente caía gotas de sudor y tus manos aun estaban apretadas contra las sábanas y tu hoz. Ellos sólo tenían camas humanas, aunque era mejor que el piso.

Lo miraste. Había prendido la luz y no llevaba sus lentes, parecía estar buscando algo.

"L-lo siento." Hablaste en voz baja.

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