Viaje de vuelta

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Tu nombre es Roxy Lalonde y estas segura de que la zona en la que estaban era totalmente nueva.

Llegaron siete manzanas y media más lejos que la anterior vez y habían mandado a Bec dos veces a llevar animales a la casa, conseguido dos mochilas y encontrado un minimercado en mal estado con barricadas hechas por tablas de Maderas, rotas por el tiempo y los golpes.

Entraron con cuidado. No escucharon nada y Bec tampoco alertaba nada. Había latas tiradas por todos lados, algunas en estantes aun intactas, otras pisadas.

"Sh." Te detuvo Dave. Bec también lo había hecho pero por alguna razón no estaba tan alerta.

El perro avanzó primero y dio la vuelta en el siguiente estante, dejando medio cuerpo escondido. Pudimos ver como movía la cola por lo que bajamos nuestras armas.

Al acercarnos vimos una pequeña Salamandra amarilla parada en dos patas viendo a Bec.

"Bueno. Creo que tenemos un amigo." Dijiste al ver como el pequeño reptil se subía a la cabeza del perro albino.

"Esperaba más a una persona." Bufó Dave viendo las latas. El rubio pateo una de ellas haciendo que esta rodara y chocara contra algo... o mejor dicho, alguien.

Ambos se dieron la vuelta al ver una figura moverse entre estantes.

"Un niño..." Te acercaste. El menor se ocultó un poco más. "No temas. Venimos a rescatarte. Me llamo Roxy."

Se acercó un poco temeroso dejándose ver. Tenía ropajes grises y una banda que decía "MayoR" alrededor suyo. Sostenía una lata de sopa entre sus dedos. Su tez era morena y su pelo de marrón oscuro, su ropa llevaba capucha y cubría parte de su rostro. Sus pies estaban descalzos pero no parecía estar muy sucios.

"Alcalde..." leyó Dave en voz alta.

El menor asintió y se acercó hasta Dave en donde le ofreció su latita. Este sorprendido la tomó y le sonrió a Alcalde, levantó su puño dejándolo en el aire y el pequeño lo chocó con el suyo después de analizarlo unos segundos.

"Me cae bien. ¿Me lo puedo quedar?" Te miró unos segundos. El menor también lo hizo.

Te largaste a reír y acariciaste la melena del menor que se había bajado la capucha.

"Vendrá. Pero no puedes quedártelo."

El menor sonrió y se abrazó a una de tus piernas. Bec se acercó y lamio la mejilla del moreno.

Siguieron tomando camino tranquilamente. El menor de vez en cuando pasaba de ir caminando a ir a los hombros de Dave o la espalda de Bec. Intentaron hablar con él pero este sólo les hacía señas, parecia no conocer como modular. En sus hombros se asomaba la pequeña salamandra amarilla que solía recorrer los brazos y la cabeza del niño.

Metros después tuvieron que detenerse y esconderse. Bec había gruñido y había indicado un escondite. La risa se escuchó rápida y agitada, pero sobre todo repetitiva y aguda. A partir de los tonos pudiste localizar a uno sólo, raro a tu gusto ya que generalmente van en grupos.

Pasaron unos minutos y dejaron de escucharlo, pero no se movieron hasta que Bec lo hizo. Al rededor de la media hora ya todo había pasado, continuaron a paso rápido por la zona, no encontraron mucho y se guiarnos por las indicaciones del Alcalde que los guió a un pequeño río aparentemente limpio. Antes de acercarse les hizo un plano en el piso, con la tierra y un palo, mostrando la figura de un troll y el agua. Parecía una historia. Habían dos en su dibujo, la primera de pelo largo y la otra de dos trenzas. Trazó un par de espirales en el rostro de uno de los dos y, con una flecha sobresaliente del otro, dibujó aparte dos caras; una de enojo y otra de tristeza.

Apocalipsis TricksterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora